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Toco el timbre y aún no logro acostumbrarme a llegar a su casa durante los fines de semana, incluso aún que haya pasado casi un mes y medio de que nos conocemos y tenemos esta "especial" trato de alocadas noches de sábados que solo nosotros entend...

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Toco el timbre y aún no logro acostumbrarme a llegar a su casa durante los fines de semana, incluso aún que haya pasado casi un mes y medio de que nos conocemos y tenemos esta "especial" trato de alocadas noches de sábados que solo nosotros entendemos.

Pero Jaehyun  abre la puerta como cada vez que voy, recibiéndome con una sonrisa rodeada por sus sensuales hoyuelos, con el cabello despeinado, short deportivos y una playera más grande que su lindo cuerpo, luciendo relajado, cómodo y muy diferente a cómo estoy acostumbrada a verlo siempre, arreglado y hermoso incluso aún que no vayamos a salir.

Levanto una de mis manos para saludarlo por que las palabras no me salen cuando sonríe aún más ampliamente, causa pequeñas lagunas en mi -literalmente- de forma sorpresiva.
Rápido toma de mi mano elevada y me acerca a su cuerpo, con su otra mano me hace presión en la espalda baja para acercarme a su cuerpo, espero que el esté tan sediento de mi como yo por él y es que desde un sábado hasta el siguiente la semana se me hace eterna sin disfrutar de lo que me proporciona.
Nos besamos, profundamente, como algo más que un saludo, como un té necesité durante toda la semana o así me sentí yo, aún que no se lo admitiría ni a mi propia mente, pero cada día que veía mi celular y ningún mensaje de él aparecía en la pantalla, me decepcionaba, porque soy demasiado orgullosa para mensajearlo primero y verme desesperada, aún que lo esté al nivel de casi llegar por sorpresa a su casa el jueves por la noche.

— Creí que ya no vendrías, te atrasaste unas horas de lo habitual. — Susurra cuando nos alejamos y me sorprendo que esté pendiente de mi hora de llegada. — Es tarde para que andes a estas horas por la calle, debiste enviarme un mensaje para ir por ti.

Me quedo en silencio, imaginando cómo seria que los demás me vieran caminar a su lado o que mis compañeros de trabajo lo vieran esperarme fuera como si tuviésemos algo normal, cosa que no tenemos, porque eso es un paso en una relación que no existe y una que no quiero.

— Lo se, pero es que mi turno termino tarde hoy, se suponía que solo trabajaría hasta las ocho y no se me ocurrió mensajearte para ser sincera, aún que si estuve pensando en ti. — Me quejó haciendo un puchero leve y sus labios otra vez llegan a los míos, pero en segundos se aleja. — Tuvimos un montón de cosas que hacer y la hora se hacía cada vez más eterna cuando pensaba en ti.

Admito pero él ni siquiera me escucha, solo me hace entrar con su mano aún aferrada a la mía y cierra la puerta detrás de mi, para luego apoyarme contra esta, acercar su cuerpo al mío a besarme otra vez, sus labios saben a naranja a jugo de este y ahora si noto la desesperación en sus besos.

— Hueles a cafeína. — Susurra sobre mis labios. — Justo como la droga que eres.

¿Como espera que me tome esas palabras? Por qué no puedo tomarlas como algo simple y ambos acabamos de confesar algo demasiado extraño para analizar, desde yo pensando en estar con él con desesperación como él diciéndome que soy adictiva.
Aún así me río por qué suena convincente de que quizás si le gusto como estuve pensando estos días mientras Na-Ri me decía que tenía a alguien para presentarme, uno de sus raros y intensos compañeros de universidad.

Me suelta después de un largo abrazo que me da, en él que me aferro a su cuerpo esculpido con mis manos ansiosas y veo sus orejas enrojecer causándome un poco de gracia por lo tímido que es, aún que siempre intenta ocultarlo lo noto. Me deja entrar por completo en su agradable departamento cuando decide que ya es suficiente de besos, nuestros pulmones necesitan recomponerse y siento pequeños pies correr hacía mi acompañado con ladridos suaves, hasta que de pronto un pequeño perro está frente a mi saltando para llamar mi atención mientras me quito mis zapatillas.

— ¿Desde cuando tienes un perro? — Me agacho y lo tomo acariciando su lomo, lame mi rostro y río enternecida viendo que es hembra. — ¡Eres adorable, eres una linda pequeña! ¿Qué haces aquí con este horrible hombre?

La pequeña se emocionada por mis palabras y mueve su cola feliz por mis caricias también. Soy una amante de los animales, pero jamás e tenido uno.

— Es de Taeyong. — Dice Jaehyun pasando por mi lado mientras toma mi bolso dejándolo en el sofá. — Me pidió que la cuidara, él y Ten saldrían de la ciudad por el fin de semana, es demasiado sobre protector con Ruby, no quiso dejarla con sus padres, cree que la cuidaré mejor que ellos.

— Tienes que cuidarle muy bien,  Taeyong tiene una fascinación con los animales en realidad es a los que más quiere en el mundo, recuerdo que cuando estábamos en la escuela tenía un gato, en realidad no era de él pero fingía que si. — Me río recordando aquella época. — El quería impresionar a una chica de nuestra clase que tenía una obsesión con los gatos y después de salir dos días con ella se dio cuenta que era muy extraña y la dejo diciéndole que era alérgico a los gatos. — Jaehyun me escucha con atención con una sonrisa burlona, me callo cuando noto que estoy dando información que no es necesaria. — ¿No fuiste invitado a ir con ellos? — Le preguntó aún acariciando a la cachorra de pelaje blanco y alocado. — Dios mío, mira cómo brillan sus pequeños ojos y su nariz, ¡ay!, su lengua está en mi cara.

Me río mientras ella se apodera de mi rostro, mi madre siempre fue muy estricta conmigo y jamás me dejo tener animales, ni siquiera un aburrido pez, por que mis estudios eran más importantes y tenía que lucir pulcra ante los demás, no se en que afectaba tener una mascota.
Pero si supiera ahora que deje de ser pulcra y que me revuelco con un chico que apenas conozco con el cual no tenemos el propósito siquiera de sentir algo, se caería sobre su rencoroso trasero de vergüenza y me diría; Yo no crié una cualquiera Min-su.

— Claro que si, ellos me insistieron en que los acompañara, pero lo rechace. — Habla desde la cocina. — Por qué sabia que vendrías y preferí quedarme, ¿tienes hambre?

Me quedo en silencio sonriéndole al pequeño cachorro en mis brazos, la elevo hasta que quede frente a mi, ella intenta alcanzar mi rostro con su lengua otra vez y susurró.

— ¿Lo oíste? Prefirió quedarse conmigo. — Me emocionó y espero que él no me escuche, Ruby solo me ladra. — Dios mío, eres demasiado adorable para dejarte sobre el suelo y sobre todo para ser del idiota de Taeyong, podría robarte.

Con la cachorra en mis brazos camino hacía la cocina, los pálidos brazos de Jaehyun me reciben cuando entro, me rodean en un agradable abrazando y besa mi mejilla sonoramente.

— Estuvo su lengua sobre mi rostro, yo que tú no haría eso. — Le digo y arruga su linda nariz, sus manos la agarran. — Cuidado con ella.

— ¿La estás prefiriendo?

— No, solo que se que Taeyong te mataría si algo le sucede. — Espeto y la dejo sobre el suelo, cuando me levanto vuelve a abrazarme y sus labios llegan a mis labios y ya estaba deseando que llegáramos al otro nivel. Decir que soy adicta a estar con él no es correcto, en realidad soy un poco adicta a sus caricias y al sexo que proporciona.

— ¿Quieres comer algo? — Parece tener otros planes diferentes a los míos por los cuales llegue a su casa. — Por qué tendríamos que ir a la tienda, ayer ambos estuvieron aquí dejando a Ruby y devoraron toda mi comida, al menos yo tengo hambre.





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Capítulo especial dedicado a Ruby que descansa en paz. Por favor demos mucho apoyo a los chicos 💖🥺

 𝘉𝘶𝘳𝘯𝘪𝘯𝘨     | |     J. Jaehyun  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora