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Entramos a la tienda de comestibles, después de convencerme que prefiere preparar algo de comer en vez de pedir comida, solo accedí porque se veía entusiasmado en hacer algo más que lo de siempre, aún que por dentro estoy desesperada por ir direct...

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Entramos a la tienda de comestibles, después de convencerme que prefiere preparar algo de comer en vez de pedir comida, solo accedí porque se veía entusiasmado en hacer algo más que lo de siempre, aún que por dentro estoy desesperada por ir directo a la razón por la cual nos reunimos cada sábado.
Camino con las mano fundidas en mi chaqueta de mezclilla y él se ajusta la gorra mientras camina delante de mi, es de noche, así que me parece ridiculo que lleve su gorra redonda, aún así luce masculino y atractivo con eso puesto.
Nunca había estado en ese lado de la ciudad, más que en su departamento, pero las tiendas son grandes, se ven más familia felices que adolescentes y universitarios como en mi zona, además hay más variedad de comida, incluso una feria de verduras, yo tengo que conformarme con un solo tipo de Ramen por qué los más deliciosos se acaban rápidamente, aún no logro alcanzar mi favorito.

Jaehyun empuja un carrito cuando ingresamos a la tienda y camino a su lado pensando en si debería comprar comprar algo, la verdad comer dulces y snack es mi pasión, así que dejo caer algunos dentro del carro con una sonrisa inocente cuando él me mira.

— ¿Que quieres cenar? — Pregunta. — Podemos comer algo de pancetas o hacer ramen.

Lo pienso unos segundos, que sea nuestra primera cena juntos me hace querer comer algo fuera de lo común, algo que no podamos pedir a domicilio o que prácticamente y venga y solo tienes que agregarle el agua.

— ¿Alguna vez, has comido pasta con champiñones y salsa blanca? — Niega y me sorprendo. — Te estás perdiendo lo más delicioso de tu vida, vamos por eso.

— Está bien.

Caminamos por la tienda buscando los ingredientes necesarios y él se acerca a mi cuerpo cada vez que nos detenemos a ver los productos, su cercanía me vuelve un poco torpe, sobre todo por qué sus manos no se detienen de acercarse a la mía en algunas ocasiones, juntándolas, pero me alejo por qué me incomoda su afecto inesperado sobre todo en público, donde cualquier podría vernos.

Llagamos a pagar a la caja registradora después de recorrer todos los pasillos y busco mi tarjeta en el bolsillo apretado de mi pantalón, pero él toma mi mano deteniendome y me sonríe con sus maravillosos hoyuelos, derritiéndome como un iceberg.

— Tu cocinas, yo pago. — Da un pequeño toque, muy suave en mi mentón que me hace sonreír enternecida. — ¿Te parece bien?

— Si, de acuerdo.

Espero detrás de él mientras entrega a la cajera lo que hemos tirado dentro del carro, aún que la mitad de lo qué hay son snack que he comprado para mi, el aún así se ofreció a pagarlos para mí, aún que no me agrada la idea, no discutiré en un lugar público, miro a mi alrededor y en la caja registradora siguiente hay un pequeño niño sobre un carro mirándome fijamente.
Quizás es mi seriedad la que llama su atención, quizás mi cabello atado en un rodete muy horrible o mis ojos muy fríos - mi madre siempre me dijo que si miraba mucho fijamente causaba un escalofrío en las personas, todo eso fue producto de cómo me crió; La seriedad va de la mano con la delicadeza de una mujer y sonreír te hace parecer estupida; era lo que me decía cuando se me ocurrió la brillante idea de admitir que Ten me traía loca.

 𝘉𝘶𝘳𝘯𝘪𝘯𝘨     | |     J. Jaehyun  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora