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third saturday

Abro los ojos lentamente encontrándome con mi cabello cubriendo mi rostro y con una de mis manos que descansaba anteriormente sobre la almohada me quito el cabello con brusquedad

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Abro los ojos lentamente encontrándome con mi cabello cubriendo mi rostro y con una de mis manos que descansaba anteriormente sobre la almohada me quito el cabello con brusquedad.
Cuando mis ojos logran ver, me encuentro con las paredes pintadas de gris y decoraciones que en absoluto yo no tengo en mi habitación, demasiados cuadros y trofeos de básquetbol e otro deportes para mi gusto tan anticuado y perezoso.

— ¿Estas despierta Min-Su? — Susurra él a mi lado, cerca de mi hombro su voz cosquillea y rodea mi cintura desnuda con su cálida mano acercándose.

Si pudiera votar entre alguna opción tentadora o despertar con Jaehyun, definitivamente lo escogería a él. Su áspera y ronca voz me provoca electrizantes escalofríos que son más que sensaciones agradables en mi cuerpo - que  obvio recibo con agrado- y recuerdos de lo que suele suceder entre nuestras paredes, esas son una de las tantas razones por la que acepto ir con él cuando me pregunta si estaré libre los sábados por la noche, después de prometerle a Na-Rin y a mi misma que no iría más desde el segundo fin de semana que comenzamos a vernos, porque obvio lo que hacemos tiene cero responsabilidad afectiva.

Levemente me giro hacía él y esta mirándome con la mitad de su rostro enterrado en la almohada, ensancha una sonrisa con perfectos hoyuelos y el estómago se me retuerce por lo atractivo que es y lo afortunada también que soy en estos momentos por despertar a su lado.
Hay que admitirlo, él es todo lo que se desea cuando eres adulta y quieres a alguien atractivo que alegre tus días.

— ¿Te he despertado, Jaehyun? — Le preguntó subiendo más las cobijas sobre mi cuerpo.

Hace un sonido con sus labios para decirme que no, pero suena más como sus gemidos de la noche anterior y muerdo mi labio mientras sus dedos acarician la superficie donde están mis costillas con suaves roces con la yema de sus dedos, él sonríe aún más porqué sabe que mi reacción nerviosa -sólo literalmente- es nada más que por su culpa.

— ¿Que hora es? — Logró preguntar entre sus caricias suaves, sus dedos suben y bajar por mi abdomen provocando que me retuerza un poco con leves cosquilleos. — Me haces cosquillas, déjalo.

— Es la hora del desayuno. — Dice somnoliento subiendo aún más su mano hasta el borde donde debería estar mi brasear. — ¿Que te gustaría comer Min-Su?, ¿hotcakes o huevos al estilo coreano? Cualquier opción suena delicioso para mi.

Un sin fin de ideas de alimentos que me gustaría comer vienen a mi mente, pero la principal no es comestible o sería canibalismos, más bien es algo que se puede apreciar y disfrutar de otra forma.

Jamás de los tres días sábados que nos hemos visto desde la primera vez, me he quedado a desayunar con él o incluso hemos comido juntos fuera, son solo encuentros puertas adentro, entro a su departamento directo a su habitación o él entra a mi habitación a escondidas de mi compañera de piso y de sus miradas juzgadoras por estar haciendo algo incorrecto según su mente, aún que no tiene nada de malo acostarse con un chico que apenas conoces, no hay sentimientos de por medio y tampoco una relación que perjudicar tanto de él o mía, lo hemos dejado claro desde el primer día.

 𝘉𝘶𝘳𝘯𝘪𝘯𝘨     | |     J. Jaehyun  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora