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El hombre frente a mi me sonríe presumido, descaradamente coqueto, halagándome por tercera vez por mi cabello cobrizo en una coleta alta; que obviamente es producto de las ideas de la novia de Na-Ri, dijo que en mí se vería bien el tono, por mi mi...

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El hombre frente a mi me sonríe presumido, descaradamente coqueto, halagándome por tercera vez por mi cabello cobrizo en una coleta alta; que obviamente es producto de las ideas de la novia de Na-Ri, dijo que en mí se vería bien el tono, por mi mirada tan fría y la forma tan suave que mi cabello cae por mis hombros, solo accedí por la idea de cambiar algo en mí, además se que mi madre pronto estará visitándome y quiero ver su reacción cuando me vea con el cabello teñido. Ya puedo imaginarla dejando caer su caro bolso al suelo y gritarme que me lo quite enseguida o se verá en la obligación de llevarme arrastras a solucionarlo.

Solo pensar en eso me hace sonreír maliciosa, pero lo evitó por que el hombre sigue mirándome sin dejar de hacerme sentir incómoda.
Me sonríe otra vez, como si yo no me hubiese dado cuenta que viene acompañado, que está precisamente en lo que parece ser una cita en esos momentos. La chica que lo espera en la mesa nos mira y hago una mueca amarga, es muy atractiva para estar con un idiota como él.

— Su pedido saldrá en un momento, puede esperar en su mesa. — Le digo, sin un gesto de gentileza. — Se lo llevarán en un momento.

El hombre ignora mi concejo, sigue interesado en mi, así que se apoya sobre el mesón por un lado de la caja registradora aún mirándome y de seguro ingeniándose algunas palabras que decirme para no cortar la conversación nula que tuvo conmigo, aún que ni siquiera le respondí un Gracias a sus halagos, no se que mas espera para darse cuenta que no me interesa y que está estorbando con los demás clientes.

Me giro a entregar el papel con el pedido de otra persona y cuando vuelvo a mi lugar veo detenerse preciso frente a mi, al hombre de mis pesadillas, aquel que me hizo creer que todos los hombres son unos superficiales, quién arruinó una parte de mi esperanza en mi pasado, él me sonríe ampliamente y siento una presión en mi pecho, como pánico e desesperación, incluso miedo.

— Las trabajadoras aquí son increíblemente hermosas, sobre todo tú. — Susurra mirándome fijamente y eleva sus labios en su sonrisa macabra. — Te encontré al fin Min-Su.

—....

No tengo palabras, solo silencio y desesperación.

— ¿Sabes lo difícil que es localizarte? . — Eleva sus dedos y comienza a enumerar. — Cambiaste tu dirección, tu número de teléfono y a hora tu cabello, oye Min-Su estás esforzándote para desaparecer de mi, pero siempre volveré a encontrarte, nosotros estamos destinados.

— ¿Que-que haces aquí Dong-Yul? — Intentó que la voz me salga con claridad y desafiante, pero noto que fracasó cuando ríe.

Jamás antes he sentido miedo, mi madre me enseñó a que los demás temieran de mi, que con eso me respetarían, pero con una simple vista de su rostro me hace temblar las piernas y querer correr a esconderme, eso me provoca Dong-Yun. Cuando lo conocí, supe que tenía que escapar de él, pero se esforzó en seguirme por años y siguió apareciendo incluso cuando fingía no notarlo entre la multitud.

— Volví por ti Min-Su. — Estira su mano y va a acariciarme pero alcanzó a dar un paso atrás. —Vamos cariños, admite que me extrañaste, me muero por enseñarte todo lo que e aprendido para satisfacerte.

— No- no debes estar aquí. — Me tiembla la voz, recuerdo la última vez que lo vi, cuando me amenazo. — Tienes una orden de alejamiento, vete ahora o llamaré a la policía.

— Lo se, pero estoy aquí como un cliente. — Macabramente se endereza y mira el cartel con pedidos. — Atiéndeme como corresponde Min-Su o me veré en la obligación de quejarme por tu mal comportamiento.

¿Cómo puedo encontrarme en una situación tan incomoda?
Entre un acosador cliente que no deja de mirarme esperando que le de mi número como lo pidió mientras le daba su orden alguien más y un obsesivo hombre que ni siquiera fue mi novio, solo un conocido que se obsesionó conmigo.

Mientras lo atiendo, anotando el miserable café que llevará, siento que cada vez mis manos tiemblan más y me odio por sentirme vulnerable por un ser tan despreciable como él. Pero me dañó en el pasado, no debería estar ni siquiera a centímetros de mi, ni siquiera entrando a mi trabajo.
Cuando va a sentarse a una mesa puedo sentir su mirada intensa sobre mí mientras hago mi trabajo y no puedo ser normal con él alrededor siendo tan amenazante.

— ¿Min-Su, puedes cambiar con Yeol?, ella no se siente bien y estar preparando todo le hace sentir peor.  — La chica que organiza la cafetería me habla y la miro.

— Por favor Min-Su. — Insiste la peli negra detrás de ella, esperando que no sea una maldita como siempre.

No me gusta darle facilidad a las personas, pero la chica realmente luce más pálida de lo normal, así que la dejo tomar mi lugar detrás de la caja registradora en el asiento girador y tomo su turno preparando los pedidos, en cierta parte me gusta hacer este trabajo pero hoy no estoy disfrutándolo. Aún que ahora preparar los pedidos, me hace estar lejos de los ojos sucios de Dong-Yul y estar en movimiento para no verlo.

Sigo en lo mío por minutos, deseando no ser yo quién vaya a dejar el pedido a la mesa del hombre descarado y mucho menos al de Dong-Yul, se que si me acerco no me dejara en paz, ni volver a mi trabajo, solo espero quedarme resguardada detrás del mesón.

— Min-Su. — Tocan mi hombro y me giro rápido con el corazón acelerado. — Acaban de pedir un café americano y él chico está insistiendo en que te de esta nota.

Tomo el papel y me giro otra vez a ver el café que se está preparando, abro lentamente la servilleta del local sintiendo que algo horrible me puede suceder.

Incluso concentrada eres linda, me gusta tu nuevo color de cabello.
Te envié un mensaje, espero verte esta noche.

Sonrió cuando me giro levantando la vista y veo a Jaehyun sonreírme ampliamente con sus maravillosos hoyuelos, me guiña un ojo y siento que la salvación está frente a mi, ni siquiera me importa ser despida o que los demás crean que él es mi novio, solo quiero que Dong-Yul vea que no estoy sola y que Jaehyun es mil veces más fuerte que él, además de atractivo, que tengo a alguien que puede ayudarme a protegerme.

Así que salgo detrás del mesón y sonriendo llego hasta quedar frente a él, se sorprende, pero más cuando me acerco a besarlo rápidamente, él me corresponde sin dudarlo. Sus labios son sensacionales, son lo que necesito en estos momentos.
Cuando nos alejamos por falta de aire lo abrazo rápidamente y me abraza también acariciando mi espalda.

— ¡Oh! — Suena sorprendido. — No me esperaba esto.

— Me alegro de que estés aquí. — Me aleja y le sonrió. — Gracias.

— Min-Su, hay pedidos que hacer, vuelve aquí. — Me gritan, pero no me alejo de Jaehyn.

— Fui difícil encontrar esta cafetería, hay muchas en esta zona, cuidando me dijiste que la buscara al menos debiste darme otra pista. — Acaricia mi mejilla, no me importa que los demás nos vean, me gusta su caricia ahora la disfruto. — ¿Te encuentras bien? Estás algo temblorosa.

— Mi turno terminará pronto. — Le susurró. — Por favor quédate y espérame, falta menos de media hora.

— Está bien, te esperare, hoy no tengo nada más que hacer. — Dice y comenzamos a alejarnos. — Pero hoy es miércoles Min.

— No me importa.

Vuelvo a mi lugar rápidamente y varios pedidos me esperan, así que comienzo a realizarlos todos, dándole miradas a Jaehyun que se encuentra muy lejos de Dong-Yul, me siento levemente más tranquila, pero él no parece querer moverse de su lugar incluso cuando pasa casi veinte minutos y mi turno está por finalizar.

 𝘉𝘶𝘳𝘯𝘪𝘯𝘨     | |     J. Jaehyun  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora