¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
El timbre suena y se que es él, el único que tendría que llegar a estas horas de la tarde y la única persona que sabe mi dirección. Además que su mensaje de hace quince minutos atrás decía que estaría aquí pronto, cuando le dije que me encontraría sola por qué Na-Ri decidió dárselas de excursionista con su novia, apenas si me dio tiempo de ordenar.
El timbre vuelve a sonar después de algunos minutos, en los que me tardo en cambiarme el pijama y camino rápido hacía la puerta intentando calmar mis manos ansiosas por tocarlo, intento relajar mi rostro para no sonreír por su culpa y abro rápidamente. Él eleva la mirada de su celular hacía mi y amplia sus labios en esa maravillosa sonrisa de siempre, hoyuelos soñadores, así es como lo nombre en mis pensamientos y labios seductores también, sin decir que son adictivos.
— Hola. — Juraría que mi saludo salió como un suspiro desesperado, porque obvio deberíamos ahorrarnos las palabras y ir directo a lo que nos tiene aquí. — Entra, no te quedes ahí.
— ¿Como estas Min-su? — Pregunta dejando el aroma de su perfume al pasar por mi lado, volviendo la mirada a su celular.
— Me encuentro bien. — Comienzo a caminar directo hacía mi habitación, aún que hoy no hay apuros, sabe que no tendremos tampoco una conversación. — ¿Que tal tu?
— Ahora que estás aquí me encuentro mejor. — Intentó sonar coqueta pero solo me sale en tono sarcasmo, así que se ríe.
En dos segundos sus manos están tomando mis caderas mientras me detiene el caminar, su pecho se pega contra mi espalda, su suave respirar se combina con su aroma que sigue llegando a mi y deja cálidos besos sobre mi hombro descubierto por los tirantes de la playera.
— Así que hoy no tengo que esconderme de nadie. — Susurra. — Aún no entiendo porqué tengo que hacerlo, ¿tienes algún novio y yo soy el amante? No me opondría a esa idea, suena bastante excitante, pero dijiste que no tenías a alguien, ¿así que, por que nos escondemos?
Me río mientras muerdo mi labio y me gira, sus ojos llegan directo a los míos, su cabello despeinado le queda bastante bien, las ondas naturales que se le forman son frescas olas de verano.
— Nada de eso, aún que suena mejor a que decir que mi compañera y amiga es un poco reservada. — Sus ojos viajan desde mis labios hasta mis ojos desconcentrándome. — Ella- ella cree que no está bien que solo nos veamos para esto, así que le he dicho que lo dejamos, por qué en su mente cree que solo tú eres él malo aquí.
— ¿Malo, por que? — Su aliento caliente golpea contra mi rostro y sonrió.
— Por qué dice que solo quieres mi cuerpo y que terminaré enamorada de ti sufriendo por tu amor, todas esas ridiculeces que llevan a tu rompiendo mi corazón. — Digo burlándome, se ríe y me encanta su risa. — Así que le mentí, nosotros ya no estamos viéndonos, así que es un secreto que estés aquí.
