Lo primero que noté después de realizar el Izanagi fue que no había vuelto a la realidad. No se realmente como explicar la sensación del Izanagi, pero es como parpadear entre la realidad y la ilusión durante un segundo y después volver en si mismo. En este caso, cuando volví a sentirme vivo otra vez por completo, no me encontraba en el campo de las ruinas como esperaba. Seguía flotando en una negrura espesa que podría decir que hasta era capaz de sentirla con mi mano. Solo que en ese momento, delante de mi había algo que no podia explicar.
Una especie de rio vertical gigante se extendía ante mi. Digo rio porque era como ver un rio desde el cielo. Un tronco principal desde el cual salían cientos y cientos de ramificaciones. Podia ver como hacia arriba se ramificaba mas y mas y, si miraba hacia abajo, el tronco grueso que tenia delante mío se unía a uno mas grueso y así repetidamente hasta el infinito. Parecía fluir como el agua, y emitía una luz entre blanca y celeste no se me ocurre una mejor forma de describirlo. Antes de poder observarlo mejor en aquella ocasión me encontré cayendo hacia la parte que se veía mas gruesa. Aunque cayendo no es la palabra adecuada, estaba siendo succionado hacia él. En cuanto lo toque, todo pareció estallar a mi alrededor y escuche las voces por primera vez. "No deberías estar aquí" como un coro de mil voces a la vez repitiendo las mismas cuatro palabras, las mismas diecinueve letras y siempre sonando mas fuerte el "no".
Cerre los los ojos con fuerza preparado para recibir una gran cantidad de luz de golpe, pero cuando los volvi a abrir sucedia todo lo contrario. Estaba de nuevo rodeado de oscuridad, pero esta vez era una real, una del mundo tal como lo conocemos. Me encontraba parado en una habitación muy oscura en lo mas profundo de las ruinas Otsutsuki. Intenté encontrar la salida a tientas, pero aún me encontraba algo confundido por lo que acababa de ver. Terminé decidiendo por usar el chidori para iluminar el camino. La luz que producía me ayudó a seguir el camino durante los interminables pasillos que se extendían infinitamente en todas direcciones. En aquella ocasión, sólo me movía mientras tenía chakra para mantener el chidori e iluminarme el camino. Ya había pasado varias veces cerca de pozos que daban a abismos imposibles de ver el fondo. Si iba sin luz podría caer en uno y consideré más sensato andarme con cuidado de ello.
En aquella ocasión me tomó lo que pude calcular como alrededor de tres días salir de allí. Realmente no puedo estar seguro, puesto que no tenía forma de controlar la hora. Pero a mi me parecieron tres días, podrían haber sido cuatro. La única forma que tenía de calcular el paso del tiempo era qué tanta hambre y sed tenía.
En mi bolso de provisiones ninja contaba con un par de raciones insuficientes para aguantar tanto tiempo. Por supuesto, tampoco contaba con agua allí. Durante mis extensos viajes durante las misiones me limitaba a llevar todo lo necesario de tal forma que pudiera invocarlos mediante rollos que si llevaba. Pero por algún motivo, cualquier tipo de invocación no funciona ni dentro, ni en los alrededores de las ruinas.
Para cuando llegue a la superficie, pude contar con la suerte de que era de noche y estaba fresco. Pero lo primero que note fue que de aquel gran hoyo dejado por Atsume no había ni el mas mínimo rastro Hubiera pensado mas en ello de no haber estado en un estado de deshidratación tan avanzado. Gracias a las estrellas supe guiarme hasta la aldea de la arena y emprendí el camino sin parar a descansar en lo mas mínimo. A medida que me alejaba de las ruinas iba intentando una y otra vez invocar agua, pero no lo lograba. Para cuando por fin había decidido rendirme de intentarlo, ya tenía ante mi vista las puertas de la aldea de la arena. Acercándome por primera vez, no note ninguna diferencia. Pero diablos que las había. Intenté acercarme como siempre. Por lo general Gaara se enteraba rápidamente de mi presencia y acudía a las puertas a recibirme. Pero para cuando llegue a las puertas no había el más mínimo rastro del Kazekage. En cambio me encontraba con las puertas cerradas y ante guardias que no reconocía en absoluto. Más adelante me iría enterando de sus nombres e incluso más información. En ese momento, la que me paró fue una Kunoichi demasiado perceptiva llamada Gámura. En principio intenté decirle quien era presentándome como lo hubiera hecho en cualquier otro momento. Pero su reacción fue lo que me descolocó por completo. Se reía.
ESTÁS LEYENDO
Naruto: Origins Reborn
FanfictionNaruto se encuentra con un nuevo enemigo del clan Otsutsuki, con habilidades nunca antes vistas. En medio de la batalla, Naruto es enviado por accidente atrás en el tiempo. Donde enfrentara nuevos retos como nunca los imagino. Tendrá que luchar con...