Naruto: Origins Reborn

Shannaro!

Los nombres pasaban a gran velocidad uno tras otro sin darle tiempo a identificar ninguno en particular. Solo lograba ver las letras sucederse a gran velocidad. Pronto esa velocidad fue bajando y Naruto apretó con fuerza la baranda hasta que sus dedos se pusieron blancos y se le entumecieron por la presión. Por favor no cambies, por favor no vuelvas a cambiar, pensaba una y otra vez. Los nombres se quedaron quietos y por fin pudo leerlos perfectamente. Esto no va a ser bueno, pensó.

Los nombres que mostraba ahora las letras verdes sobre un fondo negro indicaban el siguiente combate.

-Bajen las...cof, cof...siguientes-dijo en censor.

Sakura y Ten Ten se dirigieron entonces hacia las escaleras y bajaron un detrás de la otra. Pocos segundos después se encontraban frente a frente en medio del campo de combate. Mientras Sakura se ataba su cabello en una coleta para que no interrumpiera su concentración el censor levantaba la mano para dar comienzo al combate. En cuanto se dio comienzo al combate, sin perder un segundo Ten Ten hizo aparecer tres shuriken que lanzo hacia Sakura lo mas fuerte que pudo. Con la misma velocidad Sakura lanzo otras tres provocando que las seis chocaran en el aire entre las dos combatientes y cayeran allí mismo.

-A ver si puedes con esto-dijo Ten Ten.

Que entonces hizo aparecer varias armas que arrojó a gran velocidad. Sakura viendo que no podría rechazarlas como con las anteriores saltó hacia su derecha para evadirlas. Pero una de ellas rozo su pierna izquierda causando un corte largo y fino que de inmediato comenzó a sangrar. Al aterrizar decidió que no podia tomarse el combate a la ligera y modificó la posición de su banda de Konoha al colocarla bien en su frente para protegerse.

-Esto se acaba ahora!- gritó Ten Ten mientras saltaba y hacia girar un pergamino a su alrededor haciendo aparecer un arma tras otra. Pronto caerían de a montones.

Cuando Sakura la vio saltar de inmediato imaginó lo que podría llegar a hacer y pensó que si era capaz de dispersar la lluvia de armas, podría ser capaz de frenarlas. Así tras unos sellos con las manos aparecieron dos clones que corrieron los más rápido posible en diferentes direcciones. Tan como había previsto, las armas se dispersaron mas para cubrir a los tres objetivos. Por lo que a cada uno de ellos les llego una menos cantidad de proyectiles. Los clones desaparecieron dejando tras de si una pequeña nube de humo blanco. Mientras que la Sakura real desviaba todas las armas con dos kunais que sostenía una en cada mano. Sin embargo, no logró desviar absolutamente todas. Una de ellas, una cuchilla en forma de L, que por tener esa forma volaba de manera algo errática, se clavó en su hombro provocando una nueva herida sangrante. La tengo, pensó Ten Ten, mientras aterrizaba en el suelo y miraba a su contrincante con una segunda herida.

Entonces Sakura se derrumbó de rodillas en el suelo y se tanteó el arma que tenía clavada en el hombro. El brazo de esa lado estaba entumecido pero aún conservaba algo de movilidad. No se ha acercado en todo el combate, pensó Sakura, es experta en combate lejano con armas, así que debe preferir evitar el combate cuerpo a cuerpo. Necesito acercarme lo suficiente como para tomarla por sorpresa, es mi única oportunidad.

Sakura entonces levantó la vista hacia su contrincante para calcular a que distancia se encontraba. Estaba al menos a cuatro metros de ella. No se como acercarme, pensó, no puedo rendirme, no puedo decepcionar a Sasuke y a Naruto, pero no se como acercarme. Entonces vió un movimiento detrás de Ten Ten en el balcón. Era Kankuro, que se había girado para hablar con Temari. Claro, pensó Sakura, entonces dirigió su mano a la bolsa de su cintura con la esperanza de encontrar lo que buscaba y lo encontró.

Es el pequeño, pensó, si ella no se acerca no llegará. Entonces miró al suelo entre sus rodillas y unos pelos rosas interrumpieron su mirada. Eran largos. En algún punto una de las armas de Ten Ten había cortado algunos de sus pelos y estos estaban tirados en el suelo frente a ella. No me rendiré, pensó. Sacó entonces de la bolsa el objeto que buscó y con la otra mano sujetó una de las armas tiradas a su alrededor y la apuntó hacia Ten Ten.