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Todos se miraron entre ellos al escuchar la última frase del muchacho. "No volverán a irse jamás" sonaba algo drástico. De entre ellos, el único que realmente se preocupó por aquello fue Sasuke. Él sabía de qué era capaz Kleho. Aunque...¿era en verdad la casa de Kleho? De todas las veces que había entrado en ella en la aldea de la arena, en ninguna de las ocasiones había nadie mas con él. Ni siquiera rastro de que alguien más que no se encontrara presente habitara allí. El niño subió los escalones de dos en dos encabezando la marcha y al llegar a la cima se volteó para verlos a todos ellos. Todos dudaron un segundo antes de seguir avanzando, sin embargo el primero en poner un pie en los escalones fue Zabuza. Se cargó a Naruto al hombro como si éste fuera una bolsa para subir con mas comodidad. Hinata lo siguió de cerca sin apartar la vista de Naruto. Los demás fueron subiendo hasta estar todos en el porche de la pequeña casa. El niño entro en la casa e inmediatamente, todos entraron detrás de él, Sasuke por último. Lo primero que le sorprendió fue que, esa sensación de ingravidez que siempre se daba durante una milésima de segundo al atravesar el umbral, ésta vez no se había dado en lo absoluto. Todo lo demás estaba como siempre, los libros, las botellas llenas de diferentes y variadas cosas. La chimenea apagada y sus sillones frente a ellas. El mostrador, detrás del cual estaba la escalera que llevaba a quien sabía donde estaba vacío como siempre.

-Maestro, tenemos invitados- dijo el niño a la casa vacía e inmediatamente después de volteó para ver a la comitiva- no tardará en llegar y si realmente no son invitados lo sabrá. Después de eso, sus vidas estarán en sus manos.

Hinata tragó saliva ante la perspectiva de conocer a este sujeto.

-Theo- respondió una voz tranquila y clara desde detrás del mostrador- ya te he dicho mil veces que dejes las teatralidades.

Desde detrás del mostrador surgió un hombre tal como lo había visto Sasuke la ultima vez hace ya unos días, solo que ahora ambos ojos brillaban en un tono casi púrpura.

-Veo que has traído compañía- dijo Kleho paseando su mirada entre las personas que tenía paradas delante, y solo deteniendo la vista en los dos cuerpos aparentemente dormidos- me disculpo por los modales de mi joven aprendiz. Tiene tendencia a inventar dramas donde no los hay.

El siguiente en hablar fue Sasuke.

-Nunca supe que tuvieras un aprendiz- dijo mirando al niño- es nuevo?

-Relativamente- contestó Kleho- lleva un par de años conmigo. No lo conocía aún la última vez que nos vimos.

-Eso fue hace tan solo unos días- Sasuke se veía un tanto desconcertado.

-Días para ti- dijo Theo.

-Déja que yo se lo aclare- lo interrumpió Kleho- hace días nos habremos visto desde tu perspectiva, creo que para mi han sido unos diez años o más.

-¿Donde estamos?- preguntó Itachi hablando por primera vez desde que habían entrado allí.

Kleho pareció meditar unos segundos antes de responder.

-Están en el mar de hierba que rodea una ciudad llamada Iriden.

-No conozco ese nombre- replicó Zabuza.

-Ni deberías conocerlo- dijo Kleho como si fuera lo mas obvio del mundo- es una realidad muy lejana a la de ustedes.

-¿Que tan lejos en el árbol estamos?- preguntó Sasuke.

-Bastante, lo suficiente como para que los cazadores ya no puedan sentirlos- contesto el dueño de la tienda- ¿Cuantos?

-Al menos diez.

-¡¡Diez!!- ahora el que interrumpía era Theo, la cara se le había desencajado en una expresión de incredulidad y sorpresa- ¿como es posible que sigan vivos?

Naruto: Origins RebornDonde viven las historias. Descúbrelo ahora