Naruto: Origins Reborn

La Caída Parte 3

La bola de fuego surcó el aire evaporando todas las gotas de lluvia que se atravesaban en su camino, iba dejando un rastro de vapor en su camino a medida que las gotas desaparecían. Impactó de lleno contra la criatura que estaba más cerca de Hinata. A pesar de ello, el fuego no se expandió luego de impactar, solo se desvaneció tan rápido como había surgido, como si las llamas fueran absorbidas por la nada misma. Entonces, ante la vista atónita de Hinata, Itachi aterrizo en el campo. Ella no lo reconoció en absoluto, lo único que vio fue que este ninja recién llegado tenia el Sharingan, al igual que el cuervo, que ahora sacudía las alas para despejarlas de las gotas de lluvia. El cuervo se sacudió una ultima vez y alzó el vuelo abandonando la cabeza de Naruto y fue a posarse en el hombro del recién llegado.

-Son seis-dijo Zabuza- son invisibles. Puedo detectarlos gracias a la lluvia.

-Bien- contestó Itachi- De que aldea son?

-Y una mierda que son de una aldea-dijo Zabuza- esas cosas no son ni siquiera humanas.

-De acuerdo, entonces no sabemos lo que enfrentamos, posiblemente sean una invocación. Hay que buscar al usuario- Entonces centró su atención en la niña arrodillada junto a los dos cuerpos inertes, ella apretaba fuertemente la herida de uno de ellos- Estas bien niña?

-S...S...Si- pero de inmediato bajo la vista hacia los cuerpos de Neji y Naruto- Necesitan atención medica de inmediato.

-La pastilla!- Grito Sasuke desde el lado opuesto del campo mientras tosía sangre- denle la pastilla a Naruto!

Haku bajo la mirada y se encontró con que entre sus pies había un pequeño frasco transparente, con una solitaria pastilla dentro de él. Se agachó y la recogió sin bajar la guardia porque sabia que seguían rodeados por aquellas cosas. Entonces miró a Zabuza. Él asintió y Haku intentó dar un paso hacia Hinata pero antes de poder acercarse siquiera un poco le llegó al mismo tiempo la voz de Itachi y Zabuza.

-Retrocede!

Algo que Haku no pudo ver impactó contra él con gran fuerza y velocidad. Pudo sentir como la fuerza del impacto lo hacia despegar del suelo y salir disparado hacia atrás, el dolor fue inmediato, el golpe lo había alcanzado de lleno y de frente, podía sentir como sus costillas cedían bajo el peso del impacto. Zabuza desapareció de donde estaba parado y volvió a aparecer donde Haku recibió el golpe blandiendo su gran espada como si no pesara nada. La espada surcó el aire como un borrón gris, pero no impactó contra nada, solo cortó el aire hasta dar contra el suelo. El cazador ya se había movido de ese lugar.

-El maldito es rápido- maldijo Zabuza.

Entonces vió el suelo y se encontró con lo que un segundo antes Haku tenia en la mano, el frasco con la pastilla. Por esto atacaron a Haku primero, pensó Zabuza, si no quieren que le demos la pastilla al niño...es justo eso lo que vamos a hacer. Se agachó rápidamente para tomar el frasco y gracias a la lluvia pudo percibir como los otros dos se lanzaban a la vez hacia él. En lugar de  evitar el ataque, tomó su espada en cuanto sintió el movimiento y la blandió hacia sus atacantes. Interpuso la gran arma entre él y los cazadores para que el golpe impactará contra ella. Lo que por un momento lo dejó anonadado fue que la espada, en lugar de resistir el golpe, se quebrara ante la fuerza del impacto como si fuera de cristal. Aún así, complio su cometido, amortiguó lo suficiente para que el ataque del cazador no resultará fatal. Aún así, Zabuza salió disparado hacia atrás y cayó pesadamente junto a Haku que ya intentaba, sin éxito y con un rostro cruzado por el dolor, ponerse en pie. Sintió sus brazos adormecidos por la fuerza del impacto y lo primero que notó fue que, al igual que su compañero, el golpe le hizo soltar el frasco. Y ahora los cazadores volvían a rodearlo pero ya no atacaban. Él había perdido el interés para esas criaturas al no tenes el dichoso frasco en las manos.