3.2 (Primer fragmento)

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PARTE 3: 2 (Primer fragmento)

—Con eso vas a poder mandarme un mensaje —dijo Florencia mientras dejaba de mirar su teléfono y lo dejaba en la mesa. Gastón miró el suyo, en donde le había llegado una notificación que le habían cargado crédito—. Cuando llegues allá mandame un mensaje, y cuando estén por volver, y cuando tomes el colectivo.

Bocha no pudo evitar ponerle caras raras y guardarse el teléfono en el bolsillo del short. Su vieja le sonrió y acarició las mejillas.

—Pasala bien, pero no tanto. —Le dejó un beso en la frente—. Y si te ofrecen cosas raras, no las aceptes por más que se burlen.

—Solo vamos a estar en una plaza para pasar el cumpleaños de Fabián...

—Pero es el día de la primavera, todos los años en el noticiero muestran los desastres que pueden llegar a hacer. —Bocha puso los ojos en blanco—. Vos portate bien. Si ves líos, te vas.

—Ya...

Agarró su mochila y se la puso. Ya había guardado la gaseosa y las pocas cositas que había podido comprar para compartir, también tenía el regalo que le había comprado a Fabián en el otro bolsillo del pantalón; se había gastado todos sus ahorros, pero no le importaba, iba a ser la primera vez que iba a poder ofrecerle un regalo. Estaba muy nervioso.

—Vos Pri...

—Sí, sí —la interrumpió antes que le hiciera el mismo sermón—. Voy a estar con mis amigas nada más.

Bocha pudo presentir lo mal que estaban las cosas entre ellas, pero no se animó a tratar de mediar la situación aunque sabía que era su culpa.

—No se vale, ¿por qué ellos pueden no ir a la escuela? —se quejó Agustín, mientras renegaba para desayunar.

—Porque están en la secundaria y no tienen clases —le respondió su vieja, suspirando y dejando de mirar a Priscila—. Después ustedes van a poder pasar el día del estudiante como ellos.

—¡No es justo!

—No es tan malo, nosotros vamos pero no hacemos nada en todo el día —comentó Mati y Tincho le hizo mala cara.

—Sería mejor no ir y poder dormir hasta más tarde —murmuró el otro, todavía inconforme.

—Bueno, chau —dijo él, antes de atrasarse más.

—Pasala bien, Bochita —le dijo su abuelo mientras intentaba que Luca comiera—. Vos también, Pri, pasenla bonito y manden mensajes.

—Siiiii.

Salieron juntos pero no se dirigieron la palabra; Bocha la acompañó hasta la estación, en donde ya la estaban esperando sus amigas. Todavía seguía sin encontrar manera de hablar de todo el tema de David con ella; era casi tan difícil como escribir esa condenada carta.

Pero era el día del estudiante, un día libre de escuela y el cumpleaños de Fabián, quería desconectar su cabeza de todo eso por al menos un día. Solo un día pedía.

Se fue a la plaza San Martín, donde se iba a reunir con Santi, Fran, Fabián y los amigos de éste. Todavía no estaba seguro de haber tomado la decisión correcta por reunirse con los amigos de Fabi, pero Fran lo había convencido, porque decía que era el cumpleaños y tenía que estar ahí porque todos iban a hacerlo.

Miró la hora en su celular y se dio cuenta que había llegado temprano, así que se quedó cerca de la fuente mirando su celular, robando Wi-Fi.

—Estoy nervioso —le mandó a Caro—. ¿Vas a pasar a rescatarme como prometiste?

Si no tuviera corazón (BORRADOR-COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora