Los Hijos Del Caos [ Caos 1.]

†14†

Sky Miravalles

"Ninfa del Infiero."

Adley me ve con cara de querer matarme por lo que hice, pero ya que, probé la sangre no hay vuelta a atrás. Me saco los tacones de un puntapié y se los lanzo a dos tipos que querían atacar por la espalda a Ángel, acaso pensaban que usaba los tacones tan altos por gusto, no señores tenían una daga oculta. Estrelló la tiara de estilo princesa en el piso del gimnasio la estrelle tan fuerte que hizo un sonido seco. Estoy harta de todo esto no soy la verdadera yo y no quiero volver a serlo quiero ser diferente, ¿No? O ¿Sí?

—QUE MIERDA TE PASA, ESTAS LOCA.—Me grita Adley con furia en sus ojos.

—A ESTA HORA DESPIERTAN LOS DEMONIOS, Y ESTE YA DURMIO MUCHO. A LA MIERDA EL AÑO DE TERAPIA Y LA MEDICACIÓN.—Le grito mientras me pongo una corona de reina de los mismos colores de la tiara—EL INFIERNO ESTA POR SER DESATADO POR ESTA NINFA.

No les prestó atención a ellos solo a los encapuchados los recuerdos de las tres personas que ahora cuelgan como un cerdo de matadero solo dos de ellos sabia el infierno que estoy por desatar, mis ojos están inyectados en sangre, mis pupilas están dilatadas convirtiendo mis ojos cafés casi en negros. Salgo de mis pensamientos cuando un ardor se instala en mi muslo, bajo la vista para ver que tengo una flecha disparada por una ballesta.

—Que tienen con mi maldito muslo.—Susurro estresada de que siempre es el mismo.

Repaso el área para ver a todos peleando contra los encapuchados no me importan nadie, en lo absoluto. Solo me importa que la sed de sangre que corre por mis venas sea saciada. No me contengo más y empiezo con todos. Se me atraviesa un tipo no mido la fuerza y le estampo el bate en toda la cara cuando lo saco este viene cubierto de sangre y parte de los ojos, al parecer las púas le explotaron los ojos, el hombre cae al piso y los globos que estaba en el techo explotan dejando caer una lluvia de sangre. La escena es como la del baile de Carrie, estoy cubierta de sangre y dándole con el bate a quien me pase por el frente. Llega un punto donde me aburro del bate y lo tiro al piso al momento que se me viene una tanda de hombres encima, de mi garganta sale una profunda y psicótica risa, y empiezo a repartir golpes con una daga de oro blanco a todos lo que me pasa por el frente. Un tipo moreno se me atraviesa al frente y no dudo al momento de clavarle la daga en el estómago y subirla hasta su garganta, los órganos caen como una cascada y seguido de eso mi carcajada que segundos después es acompañada por la de un Adley decapitando a un tipo con su chuchillo. Esto es ¡MAGNIFICO! Estallo en carcajadas mientras voy matando a todo lo que camine o respire en este lugar, no me importa nada, hombre, mujer o perro todos estos hijos de puta se merecen arder en mi infierno.

«Es hora de que sus suplicas sean escuchadas por el diablo hecho mujer.»

Volteo a ver a mi alrededor y lo único que observo son cuerpos y más cuerpos, me paro en medio de las masas sin vida y me pongo a reír y girar, pero con lo que no contaba era que había alguien vivo puesto que siento un golpe en mi espalda.

Cuando giro por completo se me atraviesa una peliblanco como la nieve, quedo en shock cuando la veo lo único que atino a susurrar es un:

—Alex.—Reparo aquellos hermosos ojos celestes que muchas veces me vieron cargados de amor.

Estoy en shock tenía dos años de no verla desde que deje Múnich, no reacciono hasta que la veo encima de mí con una daga que yo misma le regale, no me pienso deshabilitar por este pequeño o gran error. No reacciono estoy en otra dimensión, no es hasta que siento la daga ser enterrado en mi hombro, como la piel es desagarrada y ese sonido y lo que siento me llena de adrenalina, es como la heroína para un drogadicto. La veo con asombro mientras pruebo lo salado de sus lágrimas que caen en mi boca, escucho sus pequeños sollozos como una niña pequeña.