TREINTA Y DOS

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Mientras pilotaba el Quinjet, T'Challa pensó en llamar a Sarah

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Mientras pilotaba el Quinjet, T'Challa pensó en llamar a Sarah.
Contarle lo que había pasado en el aeropuerto, y que ahora se encontraba detrás de Iron Man.
Permaneció con un dedo sobre el brazalete pero desistió antes de tocarlo; Decirle que planeaba enfrentarse a Barnes, está vez sin un equipo y en un lugar apartado, seguramente la pondría nerviosa. Regresó ambas manos al mando del Quinjet y permaneció con la vista al frente.

No le tomó mucho llegar a lo que parecía una antigua sede abandonada. Aterrizó y bajó a paso apresurado pero silencioso. Siguió las huellas aún marcadas en la nieve y entró por la puerta oxidada. No había ningún sonido a su alrededor, así que fue fácil reconocer las voces delante de él.

Avanzó por el lugar, todo estaba escrito en Alemán pero T'Challa reconoció indicios de que podía encontrarse en un antiguo sitio de experimentación. A medida de que se acercaba podía oír con mayor claridad la conversación entre Barnes, Iron Man y el Capitán Rogers. Ocultó la mitad de su cuerpo tras una puerta, y observó a los tres dentro de un lugar con varios contenedores rodeándolos.

T'Challa paseó la vista cuidadosamente y frunció el ceño al ver a varios hombres y mujeres sentados dentro de ellos, aparentemente dormidos. Más tarde se enteraría de que estaban muertos.

— Yo puedo sobrepasar eso

Las palabras cargadas de confianza de Iron Man regresaron a T'Challa al momento actual.

— Oh apuesto a que si señor Stark — habló una voz a lo lejos, T'Challa la reconoció como el doctor que había atendido a Barnes cuando aún estaba detenido — A su debido tiempo, pero jamás sabrás a que viniste.

— ¿Asesinaste a todas esas personas en Viena solo para traernos? — preguntó El Capitan América

T'Challa se detuvo en seco; Sintió un golpe en el estómago igual al que había sentido al ver a su padre tendido en el suelo cubierto de polvo. La verdad lo golpeó por segunda vez y dio varios pasos atrás para ocultarse.

Había estado siguiendo al hombre equivocado.

Pudo haber atrapado al doctor en el apagón en Berlín, en vez de ir ciegamente detrás del soldado del invierno. Haber puesto satélites y todos sus recursos para perseguirlo. Se lamentó por todos los días perdidos. Quizá de haber sido así, aquello ya habría terminado.
Volvió sobre sus pasos hacía la salida. Y se acercó al borde del acantilado.
Ahora esperaría. Haber perseguido a Barnes erróneamente le había hecho caer en cuenta de lo que Sarah le había dicho, matar al asesino de su padre no haría que su alma descansara. Ese no era trabajo suyo. Se ocultó detrás de un par de rocas y esperó. Entendió el plan del supuesto Doctor hacia los vengadores, volverlos en contra, para de esa forma desmoronar el equipo.  

Así que también sabía que este intentaría escapar. Era ahí cuando T'Challa intervendría, se encargaría de llevarlo ante el secretario y asegurarse de que se hiciera justicia. Tenía el presentimiento de que Los Vengadores se recuperarían, así que por ahora, solo debía enfocarse en atrapar al culpable.

Barón Zemo salió no mucho tiempo después. Caminaba a paso lento y miraba a su alrededor. Subió a una pequeña empinada con vista al acantilado y se dejó caer sobre la nieve, sacó un celular y se lo llevó al oído.
T'Challa se acercó silenciosamente. Se quitó el casco y lo dejó sobre la nieve.

— Casi maté al hombre equivocado

Zemo no pareció sorprenderse ante su voz — Que no es ningún inocente

— ¿Esto es lo que deseabas? — preguntó retóricamente — ¿Ver como se pelean y exterminan?

T'Challa escuchó la historia de Zemo en silencio. Pudo verse así mismo en parte de ella, buscando acabar con quienes le habían arrebatado a sus seres amados. Pero ahora, tenía claro que era lo que debía hacer.

— La venganza te ha consumido — dijo — Los consumió a ellos, no voy a dejar que me consuma.

Guardó las garras del traje y se movió con rapidez. Imaginó lo que Zemo haría, pero el había sido más rápido y había logrado evitar que una bala le atravesara el cráneo. Le rodeó el cuello con un brazo y lo inmovilizó.

— La justicia ha de llegar al final de esto

Someterlo fue sencillo. Una vez esposado lo guió hasta el Quinjet. Zemo forcejeó una vez, pero cuando T'Challa aumentó la fuerza de su agarre, dejó de insistir.
Lo empujó hacía un asiento lateral del Quinjet y lo esposó al mismo, de esa forma no podría moverse ni levantarse.
Le dio la espalda y caminó hacía el asiento central. Se sentó detrás del mando y despegó Quinjet en segundos.

Permanecieron la mayor parte del viaje en silencio. Cuando comenzaban a acercarse a Berlín Zemo habló

— ¿Tiene esposa majestad? ¿Hijos?

T'Challa no respondió, pero miró de reojo el compartimento donde almacenaban las armas. Estaba seguro que había al menos, un bozal ahí dentro.

— Espero que aprecie el tiempo qué pasa junto a ellos — habló Zemo una vez más — Cosas terribles pueden pasarles, y cuando uno menos se lo espera, se van.

— Ahórrate las amenazas. No volverás a ver la luz del día — apretó con fuerza el mando y aceleró

— No es una amenaza majestad — respondió Zemo con calma — Es más bien, un consejo

— Apuesto que al subcomandante le encantará oír tus consejos

Zemo no volvió a hablar, ni en el trayecto ni en el aterrizaje. Sin deshacerse del traje ni del casco, T'Challa llevó a Zemo hasta las oficinas de la unidad especial y ambos entraron sin preguntar. Varios oficiales se acercaron consternados, y desenfundaron las armas apuntándoles. La voz de Everett Ross detuvo cualquier movimiento en contra de T'Challa y su acompañante.

—¡Alto! — el subsecretario frunció el ceño al reconocer el traje de Pantera Negra. Se acercó y disminuyó el tono de voz —¿Qué está haciendo aquí majestad?

— Ofreciéndole una tregua. Sé que está al tanto de lo que este hombre ha hecho — respondió T'Challa empujando a Zemo hacía el, Everett ladeó la cabeza y tres hombres lo sujetaron. Zemo permaneció con una expresión inalterada hasta que desapareció de la habitación —Mi búsqueda causó estragos y daños a su país; Me retiraré de inmediato, y no volverá a tener problemas relacionados conmigo

Everett ladeó una sonrisa — ¿Qué es lo qué desea a cambio?

—Silencio — respondió T'Challa sin titubear. Solo el y sus agentes lo habían visto bajo el casco y realmente deseaba que así permaneciera.

—Lo tendrá — afirmó Ross

—Estamos a mano entonces — T'Challa inclinó la cabeza y le dio la espalda

—¿Necesita algo más, majestad? Podemos hablar de temas menos políticos, si lo desea

—Gracias, pero debo declinar. Están esperándome

Everett sonrió y asintió. Observó a T'Challa marcharse aun sin poder creer, como una nación tercermundista como Wakanda, podría tener un protector como aquel.

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Nota: Holaaa:), solo para decirles que me gusta mucho leer sus comentarios. Eso es todo, disfruten los capítulos 💛

KINGDOM; T'Challa UdakuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora