"Wakanda jamás permitirá una extranjera en el trono, pero daré mi vida si es necesario para que ella porte la corona"
Disclaimer: Ningún personaje de Marvel me pertenece.
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Sarah se removió en la cama e intentó una vez más conciliar el sueño en vano. Soltó un suspiro frustrado y estiró un brazo para tocar el lado vacío de la cama. Habían pasado ya cinco años desde el chasquido, y aún no podía dormir del lado de la cama donde T'Challa solía acostarse. Su ausencia se había vuelto un constante dolor en el pecho de la chica; Todavía lloraba por las noches, pero durante los días debía aparentar que tenía todo bajo control.
Así había sido desde que había tomado el lugar de T'Challa en el trono. No había sido una decisión fácil, pero solo ella y la reina Ramonda eran las únicas Udaku vivas; Y a pesar de que siempre se había imaginado gobernando junto a T'Challa, aceptó el puesto con responsabilidad y había hecho su mejor esfuerzo desde entonces.
Se levantó sobre un codo y dio un rápido vistazo a la habitación antes de salir de la cama. Se cubrió con un chal tradicional y abrió la puerta. En el pasillo, una Dora Milaje la recibió con una mirada confundida y Sarah alzó la mano para tranquilizarla
— Caminaré un rato — explicó. También quiso decirle que no era necesario ir con ella, pero desistir a la compañía de las escoltas ya no era una opción. La tensión y vigilancia habían aumentado desde el ataque de Thanos.
Avanzó por los silenciosos pasillos absorta en sus pensamientos. Pasó frente a la sala de reuniones y recordó la primera vez que había entrado ahí como gobernante. Tres líderes de las tribu habían desaparecido en el chasquido y sus sucesores habían tomado el puesto. La prioridad en ese momento era velar por la seguridad de los Wakandianos restantes. A partir de eso, habían tratado de seguir, de la manera más normal posible, a pesar de todas las perdidas.
Sarah se rascó el brazo distraída y anduvo hasta llegar a un balcón. Frunció el ceño al ver la puerta abierta y asomó la cabeza; Su padre estaba recargado sobre la barandilla admirando el bosque iluminado por la luna.
Después del chasquido, Sarah había buscado desesperadamente a su familia, su madre y Zack habían desaparecido. Pero su padre no, así que lo había convencido de mudarse a Wakanda con ella.
— ¿Papá?
Johnatan giró la cabeza y le sonrió. Usaba la ropa de dormir pero parecía que también tenía problemas para conseguirlo.
— Hola — respondió en voz baja y estiro un brazo. Sarah se acercó y correspondió el abrazo
— ¿Qué haces aquí? — murmuró ella aún abrazada
— Me encantan estos paisajes — respondió — No me canso de verlos— después de una breve pausa habló de nuevo — ¿No puedes dormir, cariño?
