"Wakanda jamás permitirá una extranjera en el trono, pero daré mi vida si es necesario para que ella porte la corona"
Disclaimer: Ningún personaje de Marvel me pertenece.
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Sarah caminó con pesadez hacia su cama, se tumbó sobre ella aún con los pantalones de mezclilla puestos y se envolvió en cobijas hasta la cabeza. Finalmente la universidad le obsequiaba un respiro después de dos semanas a base de estrés, café e insuficientes horas de sueño. Comenzaba a cerrar los ojos cuando oyó la puerta de su dormitorio abrirse y varios pasos entrar, después reconoció las voces de Maia y Lizzy susurrando y moviéndose con cautela. Quiso decirles que no le importaba el ruido, pero no se sintió con ánimos de abandonar la calidez de sus sábanas. Ignoró lo que decían y giró para después doblar las piernas y acercar sus rodillas al pecho. Sintió que comenzaba a dormitar de nuevo hasta que la conversación de sus acompañantes se coló
— No puedo decirle Lizzy. Al menos no ahora, la he visto exprimirse a sí misma durante los parciales y necesita descansar, le diré en cuanto esté recuperada
— Baja la voz — siseó su novia — Podría estar oyéndote
— Sarah es peor que un oso invernando — dijo Maia riendo — Podría traer a Guns N' Roses ahora mismo para que montaran un concierto y Sarah no despertaría. Te lo aseguro
Aún envuelta y sin moverse Sarah frunció el ceño. Odiaba oír conversaciones ajenas pero esa la involucraba y no pudo apartar la idea de que tenía que saber de que se trataba.
— Como sea — Lizzy soltó un suspiro — No creo que le agrade saberlo de alguien más. Deberías ser tú quien me diga antes de que la notifiquen
— ¿Y qué es lo que quieres? — Sarah notó el enfado en la voz de su amiga — ¿Qué la arrastre fuera de la cama y le suelte todo esto?
— Si es necesario — respondió Lizzy de igual manera — Y apuesto a que no te matará por haberla despertado.
— No ahora. ¿De acuerdo?
— ¿Y cuando entonces?
— Si declara podrían involucrarla. Ella los siguió aquella noche en el bar
— Eso no lo sabes cariño, además esa es decisión de Sarah, eres su amiga y deberías...
Lizzy fue interrumpida por el escandaloso sonido de un teléfono sonando. Sarah cerró los ojos con fuerza al percatarse que era el suyo. Por unos segundos pensó en ignorarlo pero quien sea que estuviera del otro lado de la línea no parecía dispuesto a colgar. Apartó las cobijas descubriéndose y se agachó para sacar el celular de su bolso sin mirar a las dos chicas que estaban sentadas en la cama de enfrente. Observó en la pantalla un número desconocido y colgó sin atender
Dejó caer las piernas en el borde de la cama y metió el celular de nuevo el la mochila. Finalmente miró a su compañera de cuarto y Maia resopló al reconocer la mirada de Sarah
