"Wakanda jamás permitirá una extranjera en el trono, pero daré mi vida si es necesario para que ella porte la corona"
Disclaimer: Ningún personaje de Marvel me pertenece.
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T'Challa colocó el piloto automático y se levantó para quitarse el traje. Estiró los brazos y el cuello un momento, y después comenzó a vestirse con ropa civil de nuevo. Se sentó detrás del mando y contempló el cielo totalmente oscuro. Tomó una profunda bocanada de aire y pensó, que por primera vez, no sabía lo que haría. Desbloqueó su celular para ver la hora. Y permaneció mirando la fotografía de Sarah. La había tomado el día de su graduación, en la foto, ambos estaban charlando con las cabezas juntas. El hermanastro de Sarah la había tomado y después enviado. T'Challa la había usado como fondo de pantalla desde entonces. T'Challa sonrío involuntariamente, recordando cómo había caído ante Sarah desde el primer momento. Se había enamorado de ella en muy poco tiempo y exceptuando su linaje, siempre le había confiado todo.
Voló media hora más y condujo quince minutos. Era más de medianoche cuando llegó al hotel. Subió al quinto piso y trató de recordar el número de su habitación, pero cuando entró al pasillo no le fue difícil de localizarla. El cuerpo de Teela resaltaba de la quietud del pasillo, estaba de pie y muy recta como siempre. Cuando la Dora Milaje lo miró, inclinó la cabeza levemente y T'Challa detectó una expresión de alivio en el rostro de la guerrera.
— Majestad
— Hola — susurró — ¿Okoye está dormida?
Teela asintió — Puedo despertarlas si lo desea
— No, hablaré con ella por la mañana
Teela asintió una vez más y T'Challa abrió cautelosamente la puerta de la habitación. Sacó su teléfono para encender la linterna pero lo devolvió a su bolsillo al notar la claridad de la habitación. Las cortinas del balcón estaban abiertas, dejando entrar la luz de la luna y los edificios al rededor. Se quitó los zapatos y miró la cama; Sarah dormía profundamente del lado izquierdo, la sabana le cubría hasta la cintura y T'Challa notó que la chica usaba una de sus playeras.
Desvió la vista y comenzó a buscar su maleta, la encontró en una esquina junto a la de la de Sarah y sonrío al ver que ella había apilado perfectamente la ropa dentro. Sacó un pantalón de pijama y se desvistió en silencio sin quitarle la vista a la cama, atento a cualquier movimiento de Sarah, por si ella detectaba su presencia. Logró entrar a la cama sin despertarla y la rodeó con sus brazos. Al acercarla a su pecho, instintivamente Sarah se removió asustada, pero un segundo después, recuperó la calma recordando que ningún intruso podría pasar a las Dora Milaje. Cerró los ojos de nuevo y aspiró con fuerza, disfrutando de la colonia de T'Challa. El alivio la invadió al saber que, finalmente el había regresado.
— ¿Estás herido? — murmuró acercándose más al príncipe para oír el latido de su corazón
