"Wakanda jamás permitirá una extranjera en el trono, pero daré mi vida si es necesario para que ella porte la corona"
Disclaimer: Ningún personaje de Marvel me pertenece.
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Capítulo final
Seis meses después Para Bucky, recuperar la paz, era una opción a la que había renunciado hace mucho tiempo. Sin embargo, su estadía en Wakanda lo había hecho cambiar de opinión lentamente. Los habitantes de la tribu eran gentiles y educados con el; Los niños lo divertían, lo miraban constantemente y había descubierto a varios espiándolo mientras dormía, los animales andaban libremente por el campo e incluso se había encariñado con una cabra lastimada que siempre bebía agua del lago frente su choza.
Pero lo más importante era que por fin, el control mental que Hydra había instalado en el años atrás, había desaparecido. Había sido un intenso golpe emocional recuperar el control de sus acciones. Teela, la Dora Milaje que lo había acompañado durante toda su recuperación se había mostrado orgullosa al darse cuenta de que la mente del soldado ya no respondía a las antiguas palabras rusas. Para Bucky, esa era finalmente una oportunidad de vivir una vida propia.
—¿Estás bien? — el acento americano de Sarah lo trajo de vuelta de sus pensamientos
El asintió sin dejar de mirar las montañas. Confiar en alguien que no fuera Steve también era algo nuevo para Bucky. Pero el y Sarah se habían vuelto amigos fácilmente; Después de que T'Challa recuperara el trono, Sarah había ido a visitarlo diariamente para asegurarse de que estuviera bien, poco a poco Bucky había hablado y compartido sentimientos e inquietudes con ella. No habían hablado nada del pasado y Sarah sabía que aún faltaba mucho para que el confiara plenamente. Aun así, ambos estaban felices con la compañía del otro; Y presentían que conservarían su amistad por mucho más todavía.
— Tengo algo para ti — habló Sarah metiendo la mano a su bolsillo. Rebuscó brevemente y sacó una larga cadena con dos placas de identificación militar — Las recuperé y mejoré; Ahora están recubiertas de Vibranium y cuentan con un localizador. Por si acaso
Bucky extendió una mano y las tomó. Las miró brevemente mientras las acariciaba con la yema de los dedos, curvó los labios y las pasó por su cuello. El frío del metal le dio una sensación familiar.
— Gracias Sarah
— Por nada lobo blanco — respondió y el le dio una mirada confundida — He oído que los niños te llaman así — explicó — Dicen que eres igual de misterioso y sigiloso que uno
— Lobo blanco — repitió y después sonrió — Me gusta
Ella le correspondió la sonrisa y permanecieron en silencio observando los árboles agitados por el viento. Después de unos minutos Sarah habló
— Tendremos una boda
Bucky arqueó una ceja y preguntó divertido — ¿Otra?
Ella lo codeó con suavidad y el río — En realidad es una ceremonia. Tomaré el nombramiento real
