KINGDOM; T'Challa Udaku

VEINTICINCO

Entró al auto dando un portazo y miró al frente. Sentía la mirada de Okoye, pero aún no se sentía listo para decir en voz alta lo que acababa de pasarle; Debía asimilarlo primero

— Vámonos — fue lo único que dijo y la Dora Milaje encendió el auto y emprendió la marcha hacia el sitio donde habían dejado el helicarrier

Volaron por una hora. Seguramente su padre seguía en una reunión, los acuerdos ya eran un hecho y solo era cuestión de tiempo para que el secretario de estado diera aviso a Los Vengadores. Mientras tanto, T'Challa enviaba mensajes a Shuri contándole lo que Sarah le había dicho. Deseó estar con su hermana en ese momento, que le diera una palabra de aliento o que incluso hiciera un chiste. Pero las circunstancias no se lo permitían, había perdido a Sarah, pero haría todo lo que fuera necesario para mantenerla a salvo. Y firmar esos acuerdos era el primer paso.

***

Sarah siempre se había considerado a sí misma como alguien que superaba las cosas fácilmente.
Como aquella vez en la escuela primaria, cuando había pasado un mes entero preparándose para la obra de teatro de invierno y al final, no la habían escogido. Lloró todo un día y jamás volvió a dolerle.
O aquel semestre donde había perdido una materia, se pasó encerrada en el dormitorio parte de las vacaciones y después recursó con ánimo.
Hubiera podido pasarse la tarde enumerando las cosas a las que le había hecho frente con valentía.
Pero ninguna se comparaba con lo que sentía ahora.
Y es que en ese momento, se había separado del chico del que verdaderamente se había enamorado. Lo extrañaba en todas las formas, extrañaba no poder llamarlo en las madrugadas, sus visitas inesperadas o los mensajes cariñosos que el le enviaba por las mañanas.

Apenas había pasado una semana de su ruptura, pero habían sido días difíciles, tenía que levantarse y asistir al trabajo sin mostrar nunca el desánimo que sentía, evitaba al chico de la oficina de a lado que siempre trataba de invitarla a salir y veía las noticias llenas de cosas alarmantes todas las noches.
Nada de eso ayudaba a mejorar sus ánimos, y no fue hasta inicios de la segunda semana que invitó a su padre a cenar y finalmente pudo hablar con alguien sobre lo que estaba pasándole

— ¿Estas diciéndome que T'Challa es un príncipe? Joder, ¿Uno de verdad?

Sarah asintió con pesadez y removió la comida en su plato

— Lo extraño — dijo quedamente

— Ay cariño — Johnatan estiró una mano sobre la mesa y apretó cariñosamente la de su hija —Dentro de la realeza hay muchas falcedades, no quiero lastimarte y mucho menos que el lo haga, pero un rey siempre tendrá a su disposición cuántas mujeres quiera, no quiero que vivas esa vida

— Ni siquiera he pensado en eso — admitió — He estado demasiado ocupada atormentándome con el hecho de que me ocultó la verdad

Su padre ladeó una sonrisa — Si yo fuera el tampoco iría diciendo algo así a la ligera, pero eso no justifica que no te lo haya dicho. Al menos cuando sintió la suficiente confianza contigo

— Quizá fue eso, y jamás se sintió seguro conmigo

— No trates de desviar la responsabilidad hacia ti Sarah — habló su padre quedamente — Lo qué pasó no fue tu culpa

***

A la mitad de la tercera semana Sarah llamó a Maia, acordaron de verse en un café y se pusieron al día. Después de que Maia le contara sobre una oferta de empleo que tenía en la cuidad colindante, Sarah le dijo lo que había pasado. Maia permaneció en silencio hasta que Sarah terminó.

— Es una locura — dijo llevándose la taza a los labios — Casi de película

— La plebeya conoce al príncipe y se enamoran — ironizó Sarah — Que estupidez

— ¿Y cómo estás sobrellevándolo? — preguntó Maia con cautela

— Pésimo. No puedo dejar de pensar en el, lo he intentado, pero es inútil

— ¿Y porqué no lo perdonas?

Sarah frunció el ceño — ¿Hablas enserio?

Maia se encogió de hombros — Escucha, no quiero que lo mal interpretes. Pero hasta donde lo conocí, T'Challa siempre parecía honesto. Quizá ocultar su estatus no es el gran escándalo. Además, mírate, te vez horrible Sarah, parece que no has dormido bien, si correr a sus brazos soluciona tus problemas, entonces hazlo.

Guardó silencio mientras se mordía el labio. Después de una pausa dijo — No parece correcto

— Haz un balance. Pon las cosas positivas frente a ti y después compáralas con las negativas. Sabes que el amor no es sufrimiento Sarah, donde duele jamás habrá amor. Pero tener una relación con alguien, tampoco es lo que se dice fácil. Se trata de saber identificar hasta donde es sano. Medítalo

Cambiaron de tema y siguieron hablando por horas. De camino a casa, las palabras de Maia resonaron en la mente de Sarah; ¿Era ya el momento adecuado para llamarlo?  Siguió el consejo de Maia y enumeró las cosas positivas y negativas de su antigua relación. La diferencia era tan grande que parecía absurda. Por otro lado,  ese no era su único problema. Y es que T'Challa era un príncipe, no uno de película animada, sino uno real. Uno con una nación próxima a su cargo y con responsabilidades serias. Ni siquiera podía llegar a imaginar de lo que se trataban. Pero no eran pequeñeces, mucho menos ahora con Wakanda tan involucrada en el desarrollo de los acuerdos de Sokovia. Pero no quiso dejarse llevar por aquello, no todavía. Le había pedido tiempo a T'Challa para pensar y eso era justamente lo que estaba haciendo.