"CERRANDO BOCAS"

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Estoy corriendo en la cinta con los cascos puestos y la música de Grenade de Bruno Mars sonando sin parar.

Después de acabar mi turno de clases, he decidido entrenar un poco mientras espero a ese grupo que mi abuela ha pedido que vengan.

Se que tanto Kai como Lucas y Alex no creen que sea capaz de hacer frente a un par de aficionados.

Siento que me enfado y decido parar de correr.

Cuando me giro, veo a todos mirarme embobados, a todos excepto a Kai.

Los ignoro a todos y decido ir a la fuente mientras me quito la sudadera que llevaba encima, dejándome en un top deportivo.

Cuando acabo de beber me dirijo a donde se encuentra Kai repasando unos documentos.

- Pasa algo?

Le veo alzar la mirada y quedarse unos segundo de mas observándome.

- No, no pasa nada, solo estaba mirando como debería hacer para que no se me solapen algunas sesiones.

Me acerco y me inclino para observar los documentos.

De repente, siento como alguien me da una palmada en el culo.

Instantáneamente me giro y pego un puñetazo en el rostro de la persona que se le ha ocurrido tocarme tan libremente.

Un chico cae al suelo quejándose por tener su nariz rota.

Tras el, otros tres chicos se acercan desafiantes.

- Se puede saber que te pasa?

Los fulmino con la mirada e intento hablar, pero Kai se coloca frente a mi y les planta cara.

- No sois de este gimnasio, por lo que os agradecería que no molestarais al personal.

Los chicos se ríen.

- Personal? Esa perrita es parte de vuestro personal?

Aprieto los puños i abro la boca para defenderme, pero la voz de mi abuela los pone a todos firmes.

- Parece ser que ya han llegado mis queridos invitados.

El chico del suelo se levanta y me fulmina con la mirada.

Seguimos a mi abuela hasta el ring y esperamos atentamente a sus ordenes.

Los chicos se han colocado frente a mi a modo de barrera protectora.

No me gusta que me defiendan sin motivo alguno, se defenderme por mi misma.

Me muerdo la mejilla interna enfadada por su comportamiento.

- Muy bien, os he pedido que vengáis para que os enfrentéis a uno de mis profesores.

Los cuatro chicos que han venido observan detalladamente a los tres chicos que tengo frente a mi.

Mi abuela se ríe.

- Tranquilos, no os enfrentareis a ninguno de ellos, os enfrentareis a mi nieta.

Aparto a Kai para que me deje pasar y miro indiferentemente a los cuatro chicos que hay plantados frente al ring.

Verlos sonreír hace que me den ganas de partirles las piernas.

Me vendo las manos y subo al ring, mirando desafiante a cada uno de los presentes que sigue pensando que soy una florecilla de campo.

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La conocí por un puñetazoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora