"EPÍLOGO"

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Bajo del avión con una sonrisa en los labios.

Me dirijo hacia las cintas para recoger mis maletas y poder salir cuanto antes del aeropuerto.

En todo el trayecto, puedo ver a gente sacarme fotos y susurrar entre ellos mientras me señalan.

Agarro mis maletas y salgo por la puerta, pero me quedo parado al encontrarme una gran pancarta que pone "Bienvenido Kai" en grande, y un grupo de policías tiene acordonada la zona, y gracias a dios que lo hacen, porque si no la masa de fans que empujan para intentar llegar a mi me habrían aplastado.

Sonrío y me acerco a todos mis amigos, quienes me miran sonrientes.

- Ya era hora de que volvieras... se te ha echado de menos.

Abrazo a Erika y a Jake, quienes me miran con ilusión y... miedo?

- Espero que lo que has ganado de masa muscular, no te haya disminuido el tamaño del cerebro...

Me río y choco puños con Alex y Lucas, quienes también han estado entrenando duro.

Por último, abrazo a Derek y a Vicky, quienes me saltan encima emocionados al verme de nuevo.

Busco con la mirada a alguien, pero todos sonríen.

- Sara no ha venido, se ha quedado en el gimnasio entrenando a los jóvenes... deberás tener cuidado con ellos, se han vuelto unos fieras.

Me río y nos vamos todos a una furgoneta que por lo visto han comprado para poder ir a las competiciones.

Entro en ella y miro el teléfono.

Hace veinte años que no he hablado con Sara.. lo último que escuché de ella fue un te amo tierno y dulce.

Mi corazón se acelera a medida que nos vamos acercando al gimnasio.

Derek, que es quien conduce la furgoneta, se para frente al gimnasio.

Respiro hondo y me dispongo a salir cuando veo una cabellera rubia ir cogida del brazo de un chico apuesto y bien entrenado.

Siento una enorme punzada en el pecho, pero Erika me toca el brazo y me sonríe.

- Ese es David... es nuestro hijo, ha crecido bastante eh?

Asiento y trago para hacer pasar el enorme nudo que se me había formado en la garganta.

De repente, siento un miedo enorme invadirme.

Me apoyo en el asiento y observo a todos mis amigos.

- Y si ya no se acuerda de mi?

Al instante todos se echan a reír y se dan golpecitos entre ellos.

- Pero tu estás tonto? Estamos hablando de Sara... podemos prometerte que no ha cambiado nada en estos veinte años que no has estado, bueno un poco, pero no ha sido por ti.

Todos me sonríen y me animan a que baje de la furgoneta y vaya a saludarla.

Respiro hondo y bajo del coche.

Trago saliva y me miro las manos nervioso.

Alzo la mirada y empiezo a caminar hacia el interior del gimnasio que tan bien conozco.

Sonrío al ver que todo sigue tal y como lo dejé cuando me fui.

Varios clientes se encuentran entrenando, pero para mi sorpresa, la zona de boxeo está vacía, a excepción de una chica de cabellera rubia, que se encuentra de espaldas a mi golpeando un saco de boxeo.

Contengo mis ganas de ir a abrazarla, por lo que me acerco sigilosamente hacia ella, y una vez estoy detrás suyo, le toco el hombro para que se gire y poder darle una sorpresa.

Por desgracia, nada sale como lo había planeado.

La chica se gira antes de que pueda siquiera tocarla y me pega un puñetazo en el rostro.

Caigo al suelo sintiendo un dejavu enorme.

Me incorporo molesto y abro la boca para quejarme, pero me quedo de piedra al encontrarme con una chica mas joven que Sara... a pesar de que el parecido es enorme, lo único que las diferencia son los ojos...

- Kiara? Ha pasado algo?

Esta vez escucho la voz de Sara a mis espaldas.

Giro la cabeza rápidamente y me la encuentro junto al chico que he visto antes, David.

Sara abre los ojos con sorpresa al verme, y se lleva las manos a la boca mientras empieza a sollozar.

Se lanza sobre mi y me abraza con fuerza.

Dejo de lado todas mis preguntas y la abrazo con fuerza.

Aspiro su aroma y por primera vez desde que he pisado tierra puedo decir que me siento como en casa.

Acaricio su espalda y cuando se separa de mi, la beso.

- Mama? Quién es el?

Me atraganto al escuchar esas palabras salir de la boca de la joven que se ha colocado al lado del hijo de Erika y Jake.

Sara reacciona y se incorpora.

Me ayuda a levantarme y me mira nerviosa.

- Kiara... el... es tu padre


La conocí por un puñetazoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora