Me levanto al notar algo de frío en los pies.
Busco con mi mano a la persona que tendría que estar junto a mi en la cama, pero el sitio se encuentra vacío.
Me incorporo con dificultad y acaricio mi ya gran y abultada barriga.
- Ya queda poco cariño...
Salgo de la cama y camino hacia la ducha para refrescarme un poco.
Hace unos meses que la temporada de boxeo volvió a empezar, y esta vez, tanto el grupo adulto como el grupo de Juniors han participado.
Sonrío y salgo de la ducha poniéndome un albornoz.
Me dirijo a la sala de estar y me encuentro con el desayuno hecho y una nota de Jake.
Cierro los ojos contenta y abro la televisión para ver como van.
Sara se ha convertido en una gran entrenadora... ha conseguido llevarlos a todos a la final, aunque la mayoría de veces ha sido gracias a sus broncas y a su falta de paciencia...
En estos momentos, las cámaras están enfocadas el la lucha que está teniendo Jake con su contrincante.
Sara parece histérica perdida, no para de gritarle cosas a Jake mientras que Kai intenta calmarla sin éxito.
Me río y mientras desayuno observo como mi pareja acaba con su contrincante con una sonrisa triunfante.
Se dirige a las cámaras y formando una E con sus manos acaba lanzando un beso.
Niego con la cabeza y acabo de desayunar.
Jake era el último participante, así que lo único que tienen que hacer ahora es hacer una entrevista frente a la cámara y ya...
De repente, noto como un líquido empieza a escurrirse por entre mis piernas.
Me llevo la mano a la cabeza y con la calma del mundo subo a mi habitación y me coloco un vestido.
Bajo con cuidado y llamo a una ambulancia para que venga a recogerme rápidamente.
Acto seguido marco el número de Sara y me quedo mirando la entrevista que están teniendo.
Veo a Sara coger el teléfono frente a las cámaras.
- Sara... he roto aguas.
Veo como mira a la cámara con el rostro pálido y se gira hacia Jake.
Por la tele se escucha un claro.
- Ha roto aguas.
Me río ante la expresión de Jake, quien sin pensárselo dos veces, sale del recinto con solo los pantalones y las bambas de boxeo.
Cuelgo la llamada en el momento en que la ambulancia llega y me acompañan al hospital.
Cuando empiezo a sentir las contracturas, me viene a la mente el poder apretujar con fuerza los dedos de Jake.
- Vamos... un poquito mas...
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Dejo el coche aparcado de cualquier forma y entro en el hospital rápidamente.
Miro a todos lados, atrayendo las miradas de todos los allí presentes.
Alguien me agarra del hombro y me giro sorprendido.
- Maldito... cuando te digo que... esperes... es por... algo...
Sara se encuentra sin aliento tras de mi.
Recobra la compostura y se dirige a la recepción.
Sonríe y vuelve a dirigirse a mi.
- Vamos Jake... tu hijo ya está en este mundo.
Esas palabras se clavan en mi mente con fuerza.
Siento mis manos empezar a temblar, pero en cuanto llegamos a la habitación y Sara abre la puerta, siento que todos mis miedos se desvanecen.
Erika, con un bulto entre los brazos, me sonríe orgullosa.
- Mira pequeño... tu papá acaba de llegar de haber ganado...
Escucho un pequeño ruidito y me acerco con cuidado.
Erika me muestra el rostro de nuestro hijo, y siento como la fuerza de las piernas me falla.
Caigo de rodillas junto a su cama y lloro de felicidad.
- Gracias... gracias Erika...
Siento su mano en mi cabeza y me permito disfrutar de lo mejor que me ha pasado en la vida.
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Observo sonriente a Jake y decido cerrar la puerta para dejarles intimidad.
Al rato, veo al resto del grupo venir ajetreados.
Les informo de que el parto ha ido bien y que tanto Erika como el bebe se encuentran en perfectas condiciones.
Todos sonríen y hablan de ello.
Kai se acerca a mi y me estrecha entre sus brazos.
- Estas sudado Kai... es asqueroso...
- En serio? Cuando estamos en la cama no parece que eso te importe...
Me pongo roja y le doy un puñetazo en el abdomen para que se aleje de mi.
- No seas pervertido...
Se ríe y me abraza para darme un beso en la frente.
Voy a unirme a la felicidad del resto cuando alguien me llama.
Frunzo el ceño y observo la pantalla de mi teléfono.
- Sara?
- Necesito atender a esta llamada...
Me aparto del grupo y atiendo con manos temblorosas al teléfono.
- Dígame
- Hola, estoy hablando con la señorita Sara?
- Si, que desea
- Buenos días, soy de la AMB y estábamos interesados en uno de sus boxeadores.
Me sorprendo al escuchar que se trata de la AMB, pero me sorprendo aún mas al escuchar que están interesados en uno del grupo.
- Claro, dígame, de quién se trata?
Porque el corazón ha empezado a latirme con fuerza?
- Se trata de Kai Méndez, hay alguna forma de que podamos ponernos en contacto con el?
Un nudo se me atora en la garganta, impidiendo que mis palabras salgan.
Me giro a mirar al grupo, y veo a Kai sonreír con el resto animadamente.
- Señorita Sara?
- Si... perdón... tienen pensado ficharle?
- A decir verdad, teníamos planeado llevar su carrera como boxeador profesional, al público le ha gustado mucho, y tengo a varios equipos interesados en obtener un fichaje como el suyo.
Aprieto el puño y respiro hondo.
- Me permitiría hablarlo con el primero? Una vez tengamos una decisión, le pediré que le llame directamente
- Eso sería estupendo! Muchas gracias, esperamos con ansia su respuesta
Cuelgo el teléfono y miro a Kai desde donde me encuentro.
Si se va... podría no verle en mucho tiempo... pero... es una gran oportunidad... y yo no soy quien para cerrarle las puertas a grandes oportunidades.
Respiro hondo, y tragándome el miedo, camino hacia ellos con una gran sonrisa.
Kai me observa, pero su sonrisa cesa un poco al verme.
Debes mantener la calma Sara.
Le sonrío y sigo hablando con el resto.
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La conocí por un puñetazo
Novela JuvenilUn gimnasio conocido por sus peleas de lucha libre. Él, invicto en luchas y conocido en toda la zona. Ella, la nieta de la jefa del gimnasio. Y un puñetazo. Nada podía salir mal