Nos encontramos todos frente al restaurante a la espera de que nos den nuestra mesa.
Estamos todos excepto Sara, quien por lo visto llegará un poco mas tarde.
Sonrío al bebé de Jake y Erika y dejo que me coja el dedo.
Erika se ha calmado bastante después del embarazo, pero se ha vuelto súper protectora con su hijo, hasta el punto en que a veces no deja ni que Jake lo coja en brazos.
Un camarero nos llama la atención y nos guía a una sala donde hay dos mesas grandes, una para ocho personas y otra para cinco.
Todos vamos bien vestidos y preparados para la ocasión, ahora solo queda esperar a que ninguno de los jóvenes se pelee.
Veo a Derek dirigirse al grupo de cinco adolescentes y amenazarles claramente con una sonrisa angelical en el rostro.
Si son listos, no buscarán pelea estando en la mesa.
Nos sentamos y esperamos a que Sara llegue mientras hablamos de cualquier cosa para aliviar la tensión del ambiente.
De un momento a otro, la puerta se abre, dejándonos ver a una espectacular Sara enfundada en un vestido largo de color negro, con escote y con un lateral abierto, dejando a la vista su pierna.
Trago saliva y me levanto para acompañar a Sara a su sitio junto a mi.
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Bajo del taxi llamando la atención de todas las personas de alrededor.
Ignoro las miradas y me adentro al restaurante a la espera de que me lleven a la mesa, el resto ya debería haber llegado.
Un camarero joven se queda boquiabierto al verme, pero gracias a un codazo de su compañero, empieza a moverse para guiarme a mi mesa.
Al pasar por entre la gente sentada, noto varios rostros voltearse a verme, no es incomodo, pero si raro.
Una vez hemos llegado, el camarero me abre la puerta y me permito entrar a la sala.
Todos se quedan con la boca abierta, pero a quien mas se le nota, es a Kai.
Nos sonreímos y se levanta para ayudarme a sentarme junto a el.
Antes de sentarse el, escucho como me susurra un suave "estás hermosa" en la oreja.
Saludo a mis compañeros y a los jóvenes y me permito enamorarme de la hermosa cosita que han creado Erika y Jake.
Mi amiga me pide que lo coja en brazos para hacernos una foto, y a pesar de que tengo miedo de que se me caiga, acabo cogiendo al bebe con cuidado y arropándolo junto a mi.
Una sonrisa involuntaria aparece en mi rostro, y la idea de ser madre me viene a la cabeza.
Observo a Kai, quien me mira orgulloso, y parece tener la misma idea que yo.
Devuelvo al bebe junto a sus padres y empezamos a mirar la carta.
Me muerdo la lengua al notar como una de las manos de Kai se ha colado por la parte abierta de mi vestido y me acaricia el muslo descaradamente.
Lo miro a los ojos y veo en ellos un brillo juguetón.
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Bajamos del taxi riéndonos.
Creo que esta vez hemos bebido un poco de mas...
Sara se cuelga de mi cuello y empieza a desabrocharme la camisa.
- Espera espera... ni siquiera estamos en casa...
Me mira risueña y tira de mi corbata para besarme.
Sonrío y la cojo en brazos mientras subo las escaleras hasta mi apartamento.
En el momento en que cierro la puerta tras de mi, Sara me ataca voraz, empotrándome contra la pared y rompiendo los botones de mi camisa.
- Hey... la camisa no te ha hecho nada...
Agarro sus manos y le doy la vuelta a las posiciones en las que estábamos.
Sonrío y beso a Sara mientras siento como empieza a temblar.
Entre beso y beso nos dirigimos a mi cuarto con prisas.
No pasa ni un minuto cuando ambos estamos completamente desnudos frente al otro, observándonos atentamente, grabándonos a fuego en nuestra memoria.
Sara me besa y mientras me tumba en la cama, se coloca a horcajadas sobre mi.
La visión que tengo de ella cada vez que se coloca encima mío es la de una leona en busca de poder... y mentiría si dijera que esa visión no es de las mejores que veo en ella.
Siento como mi miembro se coloca en su entrada y tortuosamente la acaricia.
- Sara...
Sus labios me acallan mientras siento como empieza a bajar lentamente hasta abajo.
Ambos nos estamos conteniendo, como si no quisiéramos que esto acabara nunca...
Agarro su cadera con gentileza y empiezo a moverme rudamente, ignorando las súplicas de Sara por ir mas lento, por esperar...
Me es imposible.
Dirijo una de mis manos al cajón para coger un condón, pero ella me para y con una sonrisa me pide que por esta vez, no usemos condón, que ya se tomará la pastilla mañana.
A pesar de que odio que se tome pastillas para este tipo de cosas, no puedo evitar excitarme al pensar que por primera vez podré sentir a Sara sin ningún tipo de tela de por medio.
Acelero mis embestidas a medida que siento como el interior de Sara estruja mi miembro en busca de mas placer.
Beso y muerdo su cuello en el momento justo en el que llega al clímax y empapa toda mi envergadura al salir yo de su interior.
Sara me observa desde arriba con un rostro lascivo, que hace que mi miembro se inquiete.
Giro su cuerpo y la coloco a cuatro frente a mi.
Beso su cuello, su espalda, su cadera, y por último, su sexo.
Su cuerpo tiembla bajo mis caricias, y sus jadeos se hacen cada vez mas incontrolables.
Sara me mira con deseo y me pide que deje de torturarla mas.
Sonrío y entro en ella de una estocada, sacándole un gemido de su boca.
Mientras la embisto, una de mis manos la uso para acariciar su lengua y la otra para apoyarme.
Cuando mis dedos están lo suficientemente húmedos, dirijo mi mano a su clítoris y empiezo a masajearlo a desigual de mis estocadas.
Esta vez, me aseguro de que ambos llegamos al clímax juntos.
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He perdido la cuenta de cuantas veces nos hemos venido juntos, pero lo que sí se, es que este recuerdo no lo olvidaré jamás.
Acaricio el rostro dormido de Kai y le beso la mejilla tiernamente.
El agarre en mi cintura se eleva y siento como me acerca mas a el.
Una sonrisa asoma por sus labios, causándome ternura y cariño.
Acaricio su pelo y le doy un beso en la barbilla para acto seguido dormirme entre sus brazos.
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La conocí por un puñetazo
Roman pour AdolescentsUn gimnasio conocido por sus peleas de lucha libre. Él, invicto en luchas y conocido en toda la zona. Ella, la nieta de la jefa del gimnasio. Y un puñetazo. Nada podía salir mal