"LA PRIMERA REBELIÓN"

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Estoy encerrada en el baño del cuarto de Alan, con este tras la puerta dando golpes sin parar.

Escondo mi cabeza y cierro los ojos deseando que toda esta pesadilla acabe.

Hoy he tenido la tercera ronda del torneo, he vuelto a ganar invicta, pero ver a Jake y a Kai ha hecho que cometa errores de novata.

Me levanto y me dirijo al espejo ignorando los gritos de Alan en ruso.

Alzo la mirada y observo mi rostro.

El labio roto y un ojo morado.

Empiezo a desvestirme lentamente, intentando disminuir todo el dolo que mi cuerpo siente a cada movimiento exagerado que hago.

Abro el agua de la ducha y dejo que se caliente y empiece a salir vapor.

Me adentro lentamente y dejo que el agua caliente recorra cada rincón de mi cuerpo.

La sensación de los labios de Kai vuelve a mi por milésima vez, provocándome un suspiro y un sentimiento de anhelo.

Me apoyo en la pared caliente de la ducha y me siento, dejando que el agua caiga encima de mi, impidiéndome coger frío.

- Solo un mes mas... aguanta un mes mas...

Decido animarme y levantarme de la ducha.

No puedo seguir aquí encerrada por miedo a lo que Alan pueda hacerme.

Ya me ha hecho de todo, y no tengo nada que perder.

Enrollo una toalla alrededor de mi cuerpo y me paro una última vez en el espejo.

Varios moratones, chupetones, y mordidas recorren mi cuerpo.

Me asqueo al pensar en el motivo de los dos últimos, pero el alivio me recorre al pensar en los moratones.

Sigo viva, y tengo a alguien esperándome.

Vuelvo a colocarme la ropa y decido salir del baño.

En la habitación solo se encuentra Laika, el perro de Alan.

Al verme, se incorpora y se acerca a mi con ojos llorosos.

- Ya lo se pequeña... mama está bien, y cuando esto acabe, te llevaré conmigo.

Salgo de la habitación y miro a lado y lado para asegurarme que nadie está esperándome.

Laika me sigue por el pasillo, ayudándome cuando escucha a alguien venir.

Busco el despacho de Alan y en cuanto lo encuentro, me aseguro de que no hay nadie en su interior.

Dejo a Laika en la entrada para que me avise cuando alguien se acerque.

Normalmente Alan sale a beber cuando no consigue lo que quiere conmigo o cuando lo rechazo.

- Por favor... que no vuelva en unas horas...

Observo su despacho atentamente.

Solo he estado dos veces en esta habitación, y han sido dos veces horribles.

Me acerco a su mesa y me siento en la butaca encuerada.

Abro su PC y me sorprendo al ver su fondo de pantalla.

Es una foto de hace años... cuando era mas pequeña... cuando aún confiaba en el...

- Céntrate Sara...

Empiezo a abrir carpetas, buscando cualquier cosa que pueda ayudar a los chicos a incriminarle.

Ninguna de las carpetas me sirve, todas son sobre la empresa de su padre... nada de esto es lo que estoy buscando.

La conocí por un puñetazoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora