"DOBLEGANDO EL ORGULLO"

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ATENCIÓN!

El siguiente capitulo puede contener escenas y/o situaciones desagradables, que pueden no gustar, por lo que si no os veis con corazón, por favor, evitad leerlo!

Si por el contrario, decidís leerlo, por favor, recordad que es una historia! NO ME MATEIS!

Todos los comentarios son bienvenidos, solo faltaría, pero me gustaría evitar situaciones en las que me echáis la culpa por poner escenas retorcidas... ya se que queréis y amáis a nuestra protagonista... pero tened compasión por mi, no todos los libros pueden ser como los cuentos de hadas!

Muchas gracias!

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Me encuentro en mi casa, tumbado en mi cama con un simple bóxer, con Sara frente a mi.

- Desnúdate.

Verla apretar la mandíbula hace que sonría en la oscuridad de la habitación, que está únicamente iluminada por la tenue luz de una lámpara.

- Sara... desnúdate.

A pesar de que lo hace a desgana, acaba quitándose la ropa que llevaba encima, mirando en todo momento al frente.

- Date la vuelta.

Esta vez, obedece sin dudarlo.

Sonrío y salgo de la cama para acercarme a ella.

Acaricio su melena y la hago a un lado para admirar el tatuaje que se encuentra escondido en su espalda.

Acaricio la piel pintada con suavidad.

- Dicen que los dragones son los animales mas orgullosos que han existido nunca en la tierra.

Beso suavemente su cuello mientras dirijo mis manos a las suyas y las entrelazo.

Ver que no rechaza esa acción hace que piense que vuelvo a tenerla entre mis manos, pero de un momento a otro, ella simplemente se separa de mi y se abraza a ella misma.

- Alan... porqué has vuelto a por mi?

Me acerco a ella y la abrazo con ternura.

- No es obvio? Porque te amo Sara... te sigo amando.

Veo como se gira y me mira con lágrimas en los ojos.

- Y si me amas... porque no me dejas ser feliz?

- Te dejo ser feliz Sara... puedes serlo estando conmigo.

- Alan... yo...

Antes de que diga otra palabra mas, la beso, primero suave, luego con impaciencia.

He pasado dos años alejado de ella... no puedo pasar ni un segundo mas sin tenerla.

La agarro del brazo y la llevo a la cama.

- Alan por favor...

La beso para acallar sus palabras mientras dirijo una de mis manos a su entrepierna y la otra a su cuello.

Sentirla húmeda hace que pierda el control, pero debo contenerme, no quiero que las cosas acaben mal.

 - Estas mojada Sara... ábrete de piernas para mi...

Sara niega e intenta empujarme fuera de su alcance.

Agarro sus manos y las ato a la cama con una de las corbatas que tenía guardadas en el cajón de la mesa de noche.

- Alan por favor... no quieres hacer esto...

- Claro que quiero preciosa... quiero saborearte como lo hice las otras veces... y quiero escucharte gemir mi nombre.

Toco y beso los puntos clave de Sara, provocando que sus quejas acaben en gemidos y en escalofríos.

Beso su abdomen mientras acaricio su espalda y sigo bajando hasta llegar a su sexo.

Lamo lentamente de arriba a abajo, provocando que Sara arquee su espalda.

Me concentro en su sexo mientras lentamente introduzco uno de mis dedos.

- Alan!

Sonrío y subo hasta su rostro para lamer sus orejas y seguir masajeando su interior con uno de mis dedos.

- Que pasa Sara? 

- Por favor... no quiero esto... déjame ir...

Niego con la cabeza y muerdo su cuello levemente.

- No puedo hacer eso Sara... por mucho que me niegues, tu cuerpo reacciona a mi como en el pasado.

Me deshago de mis bóxer y acaricio su entrada con mi miembro, provocando que Sara se remueva intentando evitarme.

- Sara no me lo compliques mas...

- Por favor Alan... suéltame... por favor...

Me estoy cansando de escuchar sus suplicas.

La beso y antes de que pueda negarse, la penetro.

Sentirme de nuevo en su interior hace que casi me corra, pero debo aguantar, primero debo hacer que ella disfrute.

Poco a poco voy embistiéndola cada vez mas rápido y profundo.

- Sara... gime para mi... 

A pesar de que la escucho, también puedo sentir lagrimas caer de sus ojos.

- Sara... no llores por favor...

La desato y la siento encima de mi, con mi miembro aún dentro de ella.

- Sé que te he cogido desprevenida... pero yo te amo...

- No es verdad... tu no me amas... si me amaras Alan, no me estarías haciendo esto...

Chasqueo la lengua y vuelvo a moverme con fuerza en su interior.

Cuando siento que pretende separarse de mi, la muerdo en el hombro y la aprieto mas hacia mi.

Sus gemidos se mezclan con sus llantos, provocándome una satisfacción única.

Esa no es la única vez que la poseo en mi cama, no se cuantas veces llego a poseerla durante la noche, solo puedo pensar en todas las posturas que hacemos, en las lagrimas que derrama, en los arañazos que me da...

Cuando me tumbo por fin en la cama, acerco a Sara a mi cogiéndola por la cintura.

Le doy un beso en la frente y lo último que escucho de ella es un "te odio".

Sonrío.

Espero que en un futuro puedas odiarme aún mas Sara.

La conocí por un puñetazoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora