Aparco la moto y observo el edificio renovado que tengo frente a mi.
Entro y empiezo a encender las luces de todo el local.
La planta principal sigue siendo exactamente igual, las maquinas, la estructura, el ring... todo está como cuando mi abuela abrió este gimnasio.
La única diferencia ahora son las escaleras que llevan a un piso superior.
Un piso dedicado únicamente al boxeo.
Abro la puerta del despacho y observo el montón de papeles que hay encima de la mesa.
Se me cae el alma, pero me recompongo y me siento para empezar a trabajar.
Hace dos días que acabaron las obras, y desde entonces he estado ordenando todo el papeleo para poder volver a abrir.
- Sara? Estás aquí?
Escucho la voz de Erika y salgo del despacho.
- Estoy aquí, estaba haciendo pape...
Mi amiga me abraza de la nada y me mira sonriente.
- Mejor no pregunto... donde está Jake?
- Ahora viene, ha ido a aparcar el coche.
Me quedo con la boca abierta y justo lo veo entrar en ese momento.
- Quién iba a decir que conducirías coche...
Jake me fulmina y se rasca la nuca observando todo el local.
- Los chicos llegarán en poco, así podrás hablarnos de todo eso que tienes planeado en esa cabecita tuya.
Ruedo los ojos y vuelvo al despacho para coger lo que tengo que entregarles.
El abdomen de Erika a crecido un poco, provocando que Jake se vuelva algo mas sobreprotector a su alrededor, y obligando a esta a relajarlo de vez en cuando.
La puerta vuelve a abrirse, dejando ver a cinco figuras mas.
Sonrío y no puedo evitar sacar una fotografía de todos ellos juntos.
Mas tarde la colocaré en la pared, junto al resto.
- Muy bien, ahora que estáis todos aquí, ya puedo empezar a deciros los nuevos roles que vais a tener aquí.
Les entrego sus respectivos papeles y les dejo un rato para leerlos y estudiarlos.
Los miro a todos hasta que acaban de leer y alzan su mirada.
- Erika, tu te encargaras de la recepción... por ahora tómatelo con calma, y si te molestan, eres libre de usar la violencia
Erika asiente contenta mientras pellizca el brazo de Jake para sacarle la cara de descontento que tiene.
- Jake, tu te encargarás del entrenamiento de los más jóvenes, los orientarás y te encargarás de enseñarles que el boxeo no es algo para hacer daño.
Mi amigo sonríe y asiente satisfecho.
- Vicky, tu estarás a cargo de la zona de máquinas, todo lo que suceda dentro de ese área, es tu responsabilidad.
La hermana de Jake asiente mientras revisa de nuevo sus papeles.
- Derek, a ti te dejo algo mas libre, necesito que revises todas las zonas mientras estás entrenando aquí... no me pongas esa cara, te doy entrada gratuita al gimnasio si me ayudas con esto.
Mi cachorro sonríe y me guiña el ojo.
Miro a los tres restantes y suspiro.
- Alex, Lucas y Kai, vosotros os encargaréis de la zona de boxeo. Cada uno tendrá un horario especifico para que no choquéis con vuestras cosas.
Los tres asienten y se miran divertidos.
Sonrío y me pongo a caminar hacia las escaleras que llevan al piso superior.
- Sara?
Me giro y los miro.
- A que esperáis? Esto aún no ha acabado.
Subo las escaleras y espero a que ellos hagan lo mismo.
Cuando escucho que todos están arriba, me permito abrir la luz y permitirles admirar todo el espacio.
Suelto una pequeña risa al ver sus rostros de sorpresa.
- Esto... es lo que Helena estaba planeando... como...
Sonrío a Kai.
- Mi abuela siempre me habló de tener un espacio así solo para sus boxeadores estrella... pero cero que lo que quería era hacer un espacio exclusivamente para vosotros.
Sonrío mientras observo el sitio y me aguanto las lágrimas que amenazan con nublarme la mirada.
- Sara.
Me giro y siento que ya no aguanto las lágrimas al verlos a todos juntos con los brazos abiertos.
- Bienvenida a casa!
Sonrío mientras dejo las lágrimas correr y me acerco a ellos para darnos un abrazo grupal.
- Esto hay que celebrarlo! Vamos a tomar algo!
Todos asienten y empiezan a bajar, pero me veo obligada a quedarme un poco mas en este lugar.
Unos brazos tatuados me rodean la cintura y siento un beso en mi cabeza.
- Estás bien?
Asiento por inercia.
- Tu que tienes pensado hacer?
Me tenso y aprieto la mandíbula.
- Dejaré el boxeo.
Siento su abrazo deshacerse, y me imagino perfectamente el rostro de Kai.
- Sara...
Me giro y niego con la cabeza.
- No... digas nada... por favor...
Kai me estrecha de nuevo entre sus brazos y me permito sollozar.
- Está bien pequeña... Helena estaría orgullosa de ti.
Siento una punzada en el pecho y oculto mi rostro en su cuello.
No, mi abuela no estaría orgullosa de lo que he hecho, ni mucho menos de que debido a ello me niegue la oportunidad de boxear.
Me aparto y la mirada se me desvía tras lo que hay al otro lado de las escaleras.
Me deshago de las lágrimas y sonrío a Kai.
- Vamos a celebrar, nos lo merecemos.
Kai asiente y me coge de la mano mientras me da un beso en la frente.
- Te quiero
Asiento y bajamos junto al resto.
Observo por última vez la foto que he sacado con el teléfono y sonrío.
No pude proteger a mi abuela... pero a ellos los protegeré con todo lo que tenga.
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La conocí por un puñetazo
Roman pour AdolescentsUn gimnasio conocido por sus peleas de lucha libre. Él, invicto en luchas y conocido en toda la zona. Ella, la nieta de la jefa del gimnasio. Y un puñetazo. Nada podía salir mal