Cap. 79 - El Lado Oscuro De Emilio

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Emilio.

Suelto un suspiro y dejo a un lado la botella de cerveza.

Perdí la cuenta de cuantos meses y años llevo haciendo esto.

Siento que la vida fue tan injusta conmigo que yo intento que la vida sea de igual manera para todos los que me rodean.

Siempre creí que intentar ser como Ivan me haría tener la atención de mamá.

Pero cuando lo estaba logrando todo desapareció. Un día amaneció y mamá murió, nunca pude recibir todo el amor que veía como se lo daba a mi hermano.

Nunca sabré que se siente cuando mamá te cuida mientras estás enfermo, o el típico sazón de mama.

Es un sin fin de privilegios que no podré tener nunca, del cual creo que siempre odiaré a mi hermano por tenerlo.

Eso no va cambiar mi historia pero me complacería verlo sufrir tanto como yo lo hice.

Mis padres se divorciaron por culpa de mi abuela, yo me quedé con él y viceversa.

No la pasé bien, creí que estar con él todo sería increíble pero sólo fue catastrófico.

Mi papá se amargó la vida por perder a la mujer que amaba, todo el odio que guardó lo descargó conmigo.

Tenía que soportar gritos en casa, lugar donde mi hermano vive en estos momentos con su futura esposa.

El lo tiene todo, incluyendo a mi propia hija. Fui tan cobarde que no supe tenerla conmigo e inventé lo que pude para devolversela a Ivan como si fuese un objeto.

Soy un asco.

No puedo ser la mejor figura paterna para mi hija si no logro superar a su mejor figura paterna.

No tengo la paciencia que el tiene, mucho menos el conocimiento. No tengo nada. Sin contar que fui capaz de aceptar un trato con mi papá y utilizar a mi hija de esa manera.

Verdaderamente no la merezco.

Tengo tanto miedo que intentarlo me asusta.
La primera vez que la vi fue como una muñeca de cristal.

Cuando la vi supe que ella tenía algo mío y de Aitana. Verla era como el mismo reflejo de su madre

No pude con ese dolor que me aparté por completo de su cuarto. No me acerqué a su cuna nunca en la vida.

Las veces que la veía intentaba deducir de donde había salido y por qué tanta semejanza.

Si se me cruzó la idea de que podía ser mi hija pero, no recuerdo haber visto a Aitana con panza y mucho menos me dijo algo.

Sólo se desapareció en su propia faz.

Todos los días, en algún momento de este me pregunto que hubiera sido diferente si sabía de su existencia.

Pero hay que agregar que yo estaba con Amelia en ese entonces. La quería mucho pero no tanto como amaba a Aitana.

Me parte saber que la abandoné cuando más me necesitó, pero agradezco que Ivan estuviese allí en ese momento aunque es algo que nunca le agradecí.

Capaz algún día lo haga o capaz no.

En estos momentos sólo intento debatir mi siguiente paso.

Estoy tan hundido que no sé cómo salir de esto, si no fuese poco me metí tanto en las drogas que no sólo me volví adicto, sino que también lo fabrico.

Todo esto es un delito mayor más allá del cargo que tenía anteriormente.

Ahora mucho menos estoy preparado para tener hijos.

La Propuesta Engañosa.  - Ivan y Emilio Martinez.  [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora