cap. 6 - Primer día. Que Comience El Caos

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Andy.

Mientras vamos de regreso a mi casa, observo las hermosas casas que hay al rededor, y algunas discotecas llenas de gente, entre restaurantes elegantes.

También observo algunas calles recordando varios paseos que tuve por esta zona.

Simplemente algunos recuerdos de estos me causan nostalgia.

-¿aquí es.?-no me doy cuenta en el momento en el que llegamos a mi casa. -esta completamente oscuro.-dice observando la casa.

La casa de alado también está a oscuras porque se quemó el foco del patio al igual que el de nosotros.

Aunque hay cinco en mi casa dos se quemaron y los otros tres no se prendieron. Se ve que nadie aún no se despertó nadie.

-si, aquí es. Gracias por traerme.-me giro para abrir la puerta y siento como posa su mano de manera firme pero a la vez delicada sobre mi hombro.

-nos vemos mañana Daurzat. A las seis, y sé puntual.-dice para luego soltarme. Frunzo el ceño y termino de bajarme.-dentro de un rato te envío la ubicación. -me guiña un ojo y antes de que pueda responder avanza.

¿acaso me dió el empleo? O mas bien, ¿acaso se compadecio por lo que me dijo y me va dar las semanas de prueba? No tengo ni la menor idea. Espero que ya no me vuelva a pedir otra "entrevista" ya que esta cena de "negocios" fue bastante extraña.

Solo hubieron discusiones y peleas. Siquiera me preguntó algo profesional como había dicho Rubén.

Siento que me puse nerviosa más de lo necesario.

Me pregunto que pasará ahora de mi ropa. Ojalá Ruben me lleve mi ropa.

Abro el portón y agarro la pequeña maceta que se encuentra en la entrada. Justo abajo está la copia de llave de la casa.

Si no fuese por esto me tocaría dormir afuera...

En el momento que coloco la llave en la cerradura, el arrancador de un vehículo me hace girar sobre mi eje.

Observo como baja la ventanilla, puedo divisar las puntas rubias de Rubén.

-Hola Daurzat. -se me sigue haciéndome extraño que me llamen por mi apellido y no por mi nombre.

Cosas de ricos, quizá.

-Hola.-es lo único que digo, o más bien susurro.

-se te olvidó algo.-veo como gira su torso al asiento de atrás para agarrar algo y deja ver el bolso de hace rato.-ni creas que me olvidé. -vuelvo hasta la calle y agarro el bolso.

-gracias.

-no es nada, mañana deberás de despertar a las cuatro para llegar a la oficina a las cinco.-frunzo el ceño.

-Ivan me dijo a las seis.

-yo quiero que estés a la cinco.-

-pero tu no eres el jefe.

-pero si quieres este empleo y el dinero en sí, deberás de seguir cada orden que te doy.

-¿me estas amenazando?

-¿que te parece a ti?

-una amenaza.

-yo creo que más bien te estoy salvando el pellejo.

-vaya manera de quitar la palabra chantaje.

-a eso se le llama estrategia.-hace una pausa.-en fin. Solo despierta a las cuatro y sal a las cuatro y media. Tu casa no queda nada cerca a decir verdad.-ruedo los ojos.-nos vemos, descansa.

La Propuesta Engañosa.  - Ivan y Emilio Martinez.  [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora