cap. 82 - Intentando Solucionar.

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Emilio.

Pasó una semana desde la muerte de Amelia.

Hubiera deseado ir pero no me dejaron salir en absoluto. Me me dejó una carta pero no soy capaz de leerlo, lo abrí y lo guardé repetidas veces.

-Emilio, tienes visita- suspiro.

Me levanto y voy atrás de la enfermera mientras que por los pasillos que pasamos se escuchan gritos.

A veces pienso que esto parece un psiquiátrico.

-tienes cinco minutos- avisa antes de dejarme pasar al recibidor.

Veo a jimena esperando, ¿es buena idea salir corriendo?.

El guardia me ve y me empuja para que salga así que no me queda de otra.

Me siento frente a ella- ¿cómo te enteraste que estoy aquí?

- lo descubrí por mi cuenta

Río-¿quién te lo dijo?

-solo vine a saber como estas- cambia de tema

-solo no se lo cuentes a Ivan

-¿por qué?- se inclina -¿te avergüenza estar aquí?- pregunta con cierto tono de burla

-no es el mejor lugar para estar pero aún así tengo mis razones, ¿que quieres?

-solo vine a saber como estabas, me sorprende que estés aquí

-solo intento hacer algo por mi vida pero todo me sigue saliendo mal

-¿cómo ver a tu novia morir por tu culpa?

Atajo la respiración intentando calmarme- si vienes a burlarte, te invito a que salgas. Tengo mejores cosas que hacer que estar aquí contigo

- Claro, seguro y por ella lo hiciste

-cállate- advierto con mi dedo índice- no pienso tolerar tus estupideces

Se queda en silencio por un rato- quisiste ser un buen novio pero, ¿que hay de un buen padre?- lleva sus manos a su panza, desvío la mirada

- te dije que eso no está en mis planes y no lo estará nunca

-¿sabías que ella estaba embarazada?- la vuelvo a mirar -acabaste con cuatro vidas, no sólo tres

-¿qué carajos sabes?

- ¿en resumen? Todo

Cierro los ojos y miro al techo-¿para qué vienes? No me eches en cara todo lo que sabes, a mi no me interesa lo que sabes y lo que no.

-no sólo vengo a echarte en cara todo sino también para saber que harás con tus hijos. Recuerda que aún están aquí

-ve con mi papá, el hará algo

-¡Emilio!- chilla enojada

- no vas a lograr chantajearme hasta hacerme sentir mal y aceptar mi responsabilidad en el intento de humillarme

-¿cómo piensas que voy a mantenerlos yo sola?

-ese, no es mi problema- me levanto y rápidamente me adentro de vuelta.

No pienso escucharla, sólo viene a hacerme perder el tiempo.

Ya dejé una cuenta a nombre de ella para cuando nazcan sus hijos y sólo espero que así deje de molestarme, no tengo nada en contra de ellos pero si de ella.

Capaz y al salir de aquí me anime a hacer algo pero definitivamente si sigue haciendo esto, no lo haré.

Entro al cuarto y veo la carta sobre mi cama. Supongo que llegó el momento de rendirme y leerlo.

La Propuesta Engañosa.  - Ivan y Emilio Martinez.  [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora