Cherry.
Camino por los pasillos medio llenos de la escuela en modo automático. Mis pensamientos van más dirigidos al estado recién descubierto de mi mejor amiga; y no puedo evitar querer golpearla, abrazarla y llorar a su lado.
Aunque siendo honesta, debí anticiparlo:
Mi primera sospecha fue cuando Melody comenzó con estos raros antojos de querer ingerir alimentos que ella consideraba apetitosos. Ejemplo: limones. Y no te hablo de limón combinado con otra cosa, no, literalmente podía verla en alguna que otra ocasión cortando un limón y comiéndolo ¡Cuando ella es la persona más quisquillosa que he conocido en cuanto a la comida se refiere! Y ni hablar cuando aquella vez en la cafetería preguntó si no tenían cualquier cosa con zanahoria rayada y otra verdura que justo ahora no recuerdo el nombre pero que es común en su país.
Obviamente, lo asocié con algún tipo de cambio hormonal por su período.
¡Error!
La segunda sospecha llegó cuando en las duchas: Nos estábamos cambiando de ropa y noté sus pechos más grandes de lo normal ¡Porque sí! El hecho que sea mujer y ella sea mi mejor amiga no significa que no le dé una mirada a su anatomía de vez en cuando.
Me declaro culpable pero jamás arrepentida.
Y la tercera fue cuando manifestó que se sentía mareada y estaba teniendo vómitos matutinos. No mentiré: me reí de su desgracia y le dije que eso se debía por consumir tantas pastillas de emergencia.
¿Cruel? Solo un poco.
No puedo culparla, no cuando los preservativos no son cien por ciento seguros y ella se confió cuando cierto idiota la convenció de salirse antes de llegar al orgasmo.
Sin embargo, no es una excusa rentable para mí.
¿No quieres usar preservativo porque no se siente igual? ¡Perfecto! Vamos a la farmacia y compramos de los preservativos extrafinos y asunto arreglado.
Lastimosamente, nosotros los adolescentes cuando descubrimos las maravillas que nos ofrece el sexo, queremos experimentar de todo un poco ¡Y vaya que la mayoría de las veces es sin pensar en las futuras consecuencias! La carne es débil, sí, pero también idiota. Y tampoco puedo exigirle madurez a una persona de dieciséis años que está tan verde como un mango fuera de temporada.
No obstante, lo que me preocupa son varios puntos: a) su renuncia a aceptar su embarazo, que la verdad yo lo asocio más con el miedo y b) su loca idea de querer abortar. Y sí, sé que una mujer es libre de decidir sobre qué hacer con su cuerpo y bla bla bla pero es una opción/decisión que no puedo apoyar ¿Respetar si decide continuar con ello? Tal vez lo haga. Pero no me pidas que te apoye a realizarte un aborto clandestino que es muy probable que salga mal. Quiero creer que Melody recapacitará con el pasar de los días, y si no quiere abortar después pero tampoco está dispuesta a quedarse con el bebé, lo entregará en adopción.
—Ese semblante y silencio pronostica la llegada de problemas — canturrea un voz detrás de mí.
Salto del susto, chillando.
Noah Anderson, nuestro otro integrante del grupo llamado «trío feliz» ríe a mis espaldas para luego aparecer en mi campo de visión.
Sip, definitivamente es el nerd más sexy que he conocido en esta escuela.
Y lastimosamente es una vagina más para mí, no de una forma literal. Sin embargo, no es correcto que sienta un capricho por él y arriesgarme a perder su amistad. Aunque nadie mencionó que no podía verlo de vez en cuando... Solo un poco.
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Aprendiendo De Ti © EDITANDO [Saga AENY libro #1]
Novela JuvenilLibro #1 de la saga Amores en New York «Te quiero porque apesar de no haber visto tu rostro, revolucionas mi mundo y me llenas de dudas; porque llegaste de improvisto y me sorprendiste pero ahora no concibo una vida sin ti. Y aunque tengo miedo de f...