— ¿Estás bien? — la voz de Cher se hace presente. Levanto la cara que tenía entre mis rodillas para observarla. Ella se arrodilla a mi lado y toca mi brazo en un gesto condescendiente — Vi cuando saliste corriendo de la biblioteca, luego escuché a Carter reclamándole a Stephen y me fue fácil atar cabos.
La barbilla me tiembla y los ojos me arden a causa de las lágrimas que no he derramado.
—Está bien llorar — susurra — Ven aquí, cariño.
Me acuna entre sus brazos y no pienso mucho al momento de refugiarme en ellos. Un sollozo se me escapa.
—No lo soporto — mi voz suena estrangulada — No puedo hacer oídos sordos a sus palabras hirientes, Cher. No puedo, me duele que desconfíe de mí y me mire como si fuera una desconocida.
—Ya te ha enseñado su peor versión.
—Lo va a lamentar — me alejo — Se lo dije y sé que será así.
Me regala una sonrisa ladeada pero no dice nada durante algunos minutos. Sin previo aviso se pone de pie y me extiende la mano, la cuál acepto sin titubear.
—Quedamos en que vas a enseñar tu mejor sonrisa — me abraza por los hombros mientras caminamos — No pienses en él o vas terminar amargada. Claramente no quiero eso para mi mejor amiga, además que tu embarazo será lo más tranquilo posible, ¿Entendido? — con disimulo toca mi vientre y por primera vez sujeto su mano para que la mantenga ahí — Este bebé merece paz y será muy amado, ya lo verás. Solo confía.
Asiento.
Le hago una señal con la cabeza para que sigamos nuestro camino de regreso a la biblioteca.
Durante el resto de la tarde intento mantener mi mente ocupada hasta en la más mínima tontería para no darle vueltas a las palabras de Stephen, disimulo mis emociones lo mejor que puedo frente a mis amigos. Ya no puedo permitirme estar llorando por los pasillos ni con la mirada abajo. No cuando no he hecho nada malo. Cher está al pendiente de mí lo más que puede y es un gesto que le agradezco tanto.
Cuando llego a casa por la tarde me topo con la sorpresa de ver a mamá correteando de un lado a otro. Dejo la mochila en el sofá y la sigo hasta la cocina con una sonrisa. Me recuesto en el umbral de la puerta, cruzándome de brazos.
— ¿Qué estás haciendo? — cuestiono.
—Jugando, ¿No ves? — responde sarcástica, soplando un mechón de cabello que tiene en el rostro — ¿Qué haces ahí parada como una estatua? Ven a darme una mano.
Me acerco.
— ¿Y qué estamos celebrando?
—Un acontecimiento muy importante— sonríe — Ya lo sabrás en la cena.
— ¿Y por qué no ahora?
Me codea.
—No seas chismosa.
—Quiero tener la premisa antes que Eric.
—Esto precisamente involucra a tu hermano, Melodía — me observa con atención — ¿Estuviste llorando? Tienes los ojos irritados.
Aparto la mirada de la suya. Empiezo a picar algunas verduras.
—Vi una película romántica con Cher — murmuro — Ya sabes lo llorona que suelo ser con esos temas.
— ¿Segura? — insiste.
—Que sí, mamá — le sonrío — No te preocupes que estoy de lo mejor.
Veo en sus facciones la duda.
— ¿Sabes que si quieres hablar de lo que sea, yo voy a estar aquí?
ESTÁS LEYENDO
Aprendiendo De Ti © EDITANDO [Saga AENY libro #1]
Novela JuvenilLibro #1 de la saga Amores en New York «Te quiero porque apesar de no haber visto tu rostro, revolucionas mi mundo y me llenas de dudas; porque llegaste de improvisto y me sorprendiste pero ahora no concibo una vida sin ti. Y aunque tengo miedo de f...