Capítulo 21

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Primer día de trabajo, primer día con nuevas oportunidades siendo alguien independiente.

Convencer a los señores de la tienda fue lo menos complicado, a decir verdad se mostraron ¿Aliviados? Creo que estaban cansados por estar tantos años y todo el tiempo en la tienda. Yo lo llamaría un MiniMarket: tiene de todo un poco y es bastante concurrida por la zona. Mi trabajo es cobrar, estar al pendiente de las cámaras de seguridad y ordenar los productos que llegan semanalmente. Ellos se van a encargar de abrir y cerrar el local, también de hacer los pedidos de las cosas que faltan. Es un trabajo sencillo y me permite ir a la escuela.

Hoy es día de entrega de gaseosa, así que firmo la boleta y entrego el pago correspondiente que me dejaron previamente.

— ¿Puede acomodarlos ahí? — le indico al joven que asiente y lleva las cajas de gaseosa al lado de la exhibidora — Muchas gracias.

Tomo un pañuelo que ya tenía húmedo y limpio los envases para luego meterlos dentro del. refrigerador. Hoy es una de esas mañanas tranquilas. Es fin de semana, así que estaré aquí todo el día. Es difícil aburrirse aquí, siempre hay algo para hacer. El bebé ha decidido darme una tregua hoy y colaborar conmigo, puesto que los malestares de embarazada no son una opción muy buena cuando estás trabajando.

Poco a poco siento que mi cuerpo cambia, no por fuera puesto que apenas se nota que he subido de peso. Algunas que ya son madres e incluso las que no lo son dirán que exagero, pero yo siento como dentro de mí algo está cambiando. No sabría describirlo, es una sensación extraña y a la vez reconfortante.

—Aún estás pequeño y no sé si me escuchas — empiezo a hablarle a mi pequeña pancita— Pero lamento no poder estar tranquila y estás prácticamente obligado a acompañarme — rio —. Me hubiera gustado estar descansando y que estuvieras creciendo en un ambiente sin tanto drama ¿Puedes oírme? Porque creo que parezco una loca hablando sola, pero últimamente eres la única compañia que tengo; además de que tú no juzgas — continúo guardando los envases limpios — ¿Sabes que ese sacrilegio que me hicieron pasar fue en vano? He investigado y no era necesario meterme eso por ahí abajo: tú corazón ya es perceptible en las ecografías, así que he decidido ahorrar un poco o hacer un pequeño gasto para repetir la ecografía y esta vez poder escuchar tu diminuto corazón ¿Qué te parece la idea, ah?

—Mi madre siempre dijo que las ecografías seguidas son dañinas para el bebé — alzo la vista encontrándome con Carter que se encoge de hombros.

—No quiero sonar grosera ¿Pero no tienes una familia con la que pases tiempo de calidad?

—Auch— escucho su risa mientras yo sigo con mis deberes — ¿Mal de hormonas?

—No, nada de eso. Es solo que siempre estás por ahí.

—O tal vez vine porque mi madre me envía a comprar cosas.

— ¿Cómo qué? Estoy segura que cerca de tu casa hay alguna tienda más surtida que esta.

—Puedo irme si tanto te molesta despachar a los clientes que llegan — se da media vuelta.

«Bien, Melody. Respira.»

— ¡Carter! — le llamo cuando ya me da la espalda — Lo siento mucho— me acerco — Es solo que aún no me acostumbro a que, ya sabes, sientas cosas por mí.

—Sé lidiar con el rechazo — se gira para mirarme por un largo rato — Sé entender cuando una chica dice "no".

— ¡Yo no he dicho que no!

—Tampoco que sí— contraataca.

— ¡Oh, vamos! No estamos discutiendo esto. Solo quiero tener un día normal.

Aprendiendo De Ti © EDITANDO  [Saga AENY libro #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora