El objetivo, el causante de mi ira y de mi desgracia, se encuentra riendo tan campante rodeado de sus amigos justo en la salida de la escuela. Sin importarme dar un espectáculo, acelero el paso hacia él. Mis padres desaparecieron al momento de irme de la oficina del director, creí que estarían conmigo aunque sea unos instantes para hacerme sentir apoyada ¡Ja!
A veces eres tan ilusa, Melody.
— ¿No te cansas de joderme? — le grito.
Las lágrimas comenzaron a rodar por mis mejillas, y es lo que menos me importa.
Quiero que también le duela como me duele a mí. Que se sienta tan humillado como yo.
—Ni siquiera te topo — ríe, dándome la espalda.
— ¡Tienes tan poca cara, carajo! — hago acopio de mis fuerzas para jalar su brazo y hacerlo que me mire — ¡Niegas a tu hijo, luego me buscas y ahora me quieres joder! ¿Hasta cuándo? ¿Qué tanto te he hecho?
Los estudiantes se están aglomerando a nuestro alrededor y escucho algunos farfullos.
—No sé de que me estás hablando.
— ¡Me acaban de expulsar de la escuela por tu jodida culpa!— a medida que digo cada palabra, lo golpeo en el pecho— Así como tú quieres salir adelante sin tu hijo, yo quiero hacer lo mismo y me cortas las ilusiones de un tajo, imbécil.
— ¡Que yo no dije nada, loca! — se altera él también — ¿Por qué tendría que interesarme lo que hagas o dejes de hacer?
—Porque te encanta joderme la vida — reviro.
—Antes, tiempo pasado — aclara— Desde el momento que decidiste joderme a mí también, ya dejaste de ser un importante en mi vida.
— ¡A ti no te importa nadie! — me frustro — No se va a quedar así — le juro con la rabia a millón.
Le doy una última mirada para luego seguir con mi camino.
— ¡No sabía que eras tan vengativa, cariño!— se burla.
No se va a quedar así, me lo repito y es más una promesa.
Quieren cortarme las alas, quieren verme sin opciones y mendigando pero no lo van a conseguir. Voy a salir adelante con este niño, con ayuda o sin ayuda.
Respiro hondo, y me doy ánimos. Me digo que todo va a estar bien, que voy a salir de esta, que voy a poder graduarme. Ahora, lo siguiente en mi lista y que es prioridad es buscar una escuela que pueda aceptarme. Tengo buenas calificaciones, no creo que eso sea un problema. Pero creo que tendré que optar por una escuela pública, ya que no quiero ni un solo centavo del bolsillo de mis padres. No voy a dejarme caer.
Tengo muchos motivos para ser mejor, para crecer.
Con ese pensamiento en la cabeza me dirijo a la tienda. Aún falta mucho para mi turno pero no quiero estar cerca de este lugar. No miro hacia atrás, no hay lamentos, solo amargura.
Las siguientes horas las paso en un parque cercano. Y no, no le doy de comer a las aves de manera pensativa: solo intento calmarme y creo que lo logro a medida que camino por el lugar. Solo respirando y manteniendo la mente en blanco... Bueno, no tanto. Pienso en el bebé que crece dentro de mí y eso me causa nervios ¿Querrán aceptarme en alguna escuela con mi estado? En un privada es casi imposible, la reputación es lo más importante y está bien, lo entiendo. Cada quien quiere conservar el prestigio que le costó conseguir.
—Aquí estás — dice una voz detrás de mí.
— ¿No deberías estar en clases? — le reviro sin detener mi caminata.
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Aprendiendo De Ti © EDITANDO [Saga AENY libro #1]
Novela JuvenilLibro #1 de la saga Amores en New York «Te quiero porque apesar de no haber visto tu rostro, revolucionas mi mundo y me llenas de dudas; porque llegaste de improvisto y me sorprendiste pero ahora no concibo una vida sin ti. Y aunque tengo miedo de f...