Stephen
— ¿Te cuento un secreto? — la voz de Astrid se cuela por mis oídos.
Dejo a un lado mi teléfono para alzar la cabeza, ya que ella está de pie con una sonrisa triunfal y yo estoy acostado en el césped de la escuela con mi mochila de almohada.
—Si me lo cuentas ya no es un secreto, Astrid.
—Bueno... — de manera inocente juega con un mechón de su cabello que está atado en una cola alta — Es un secreto a voces, a decir verdad — se deja caer a mi lado e inclinándose me da un casto beso en la mejilla — Creí que estabas enterado, pero por lo que veo no.
—Tengo otras prioridades justo ahora.
Prioridades como pasar las materias con sobresaliente ya que esta semana vienen varios representantes de universidades prestigiosas para ofrecer becas deportivas.
Una universidad y nueva vida lo más alejado de Philadelphia es lo que deseo. De hecho, estoy ansioso porque se acabe este año escolar y no tener que ver la panza de Melody crecer.
— ¿Sigues siendo amigo de Carter? — inquiere. Ruedo los ojos porque si alguien sabe a la perfección que no me hablo con Carter desde hace un tiempo, esa es ella — Es decir, ¿Se reconciliaron?
—Ni que fuéramos pareja.
—Eran mejores amigos— puntualiza.
Me incorporo, colocando mi brazo encima de la rodilla que tengo doblada hacia mi cuerpo.
— ¿A dónde quieres llegar, Astrid?
— ¡Oh! A ningún lado, créeme — acaricia mi barbilla con cariño — Es que un pajarito me contó que Carter y Melody tienen una relación formal. Ya sabes que estuvieron unos cuantos días separados.
«Días que fueron los más tranquilos de mi mes»
— ¿Y esto me importa porqué...?
—Alguien los vio salir juntos de las duchas — susurra con un tono de voz malicioso, logrando que me hierva la sangre — Supongo que la reconciliación estuvo de lo más interesante, ¿No lo crees?
Sacudo mi cabello con una mano.
No puedo creerlo. No de Melody. No cuenta ella decía que me amaba.
«Tu comportamiento con ella tampoco ha sido el más idóneo»
Sí, asumo que fui el hombre más cobarde que pudo aparecer en su vida ¿Pero quién no lo sería si la chica que te gustaba te dice que está embarazada, arruinando la vida de ambos?
— ¿La quieres? — cuestiona Astrid.
Dejé de prestarle atención y eso es un detalle que ella odia.
— ¿Quién, yo? — bufo — ¡Por favor! No tengo tiempo para bastardos y madres solteras.
—No tan soltera si Carter está tan enamorado de ella.
Astrid asiente sin creerme del todo.
—Él tendrá que comprar pañales y pagar cuentas que no le corresponden durante 18 años, no yo — me encojo de hombros — Esos dos no son mi problema, Astrid.
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Aprendiendo De Ti © EDITANDO [Saga AENY libro #1]
Novela JuvenilLibro #1 de la saga Amores en New York «Te quiero porque apesar de no haber visto tu rostro, revolucionas mi mundo y me llenas de dudas; porque llegaste de improvisto y me sorprendiste pero ahora no concibo una vida sin ti. Y aunque tengo miedo de f...