Capítulo 28

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20 semanas de embarazo| El bebé está del tamaño de un Plátano.

—La verdad no veo que tenga forma de un plátano — Carter frunce el ceño alternando la vista entre la pantalla y mi vientre descubierto.

Le arrebato mi teléfono.

—No la forma — rio— El tamaño.

Estamos en horario de clases y para hacer esto tuvimos que alejarnos un montón de las miradas curiosas de los demás alumnos.

— ¿Cómo puede ser un plátano cuando ni siquiera se nota tu barriga? — revira — ¿Crees que eso sea normal? Es decir, en los documentales veo a las mujeres con sus barrigas a punto de reventar.

Me encojo de hombros.

—Deberías de preguntarle a... — se corta— Oh, lo siento.

Muevo la mano para restarle importancia.

—No te preocupes. Siempre puedo consultarle a mi médico.

— ¿Cuándo tienes consulta?

—La ecografía morfológica será en un par de semanas, solo tengo que coordinar fecha y hora.

Carter asiente y hoy lo noto inquieto. Lo sé porque está jugueteando con sus dedos y sus ojos van de un lado a otro.

— ¿Sabes algo... — carraspea— sobre los padres del bebé?

Ahora entiendo porqué está así ¿Cuánto tiempo tendría con esa duda en su mente? El corazón se me oprime en el pecho y le esquivo mirada, sintiendo que mis ojos pican.

—Todavía no — susurro—. Es algo bueno ¿Verdad? Seguro que sigo en lista de espera. No creo que mágicamente mi nombre sea el primero en la lista.

—Pero puede avanzar rápido.

Bajo la mirada, concentrándome en mi ombligo. No sale tampoco, sigue como si nada y secretamente una de las cosas que quiero es que mi ombligo se salga para poder sentirme una embarazada.

—Ya veremos — le digo.

Entre nosotros se instala un incómodo silencio. Normalmente cuando estoy con Carter la conversación fluye de manera natural, no hay pausas incómodas... Pero cuando tocamos el tema de la adopción del bebé, es como si estuviéramos a muchos kilómetros de distancia. Sé su opinión, y la de los demás; y también sé que se muerden las lenguas de vez en cuando para que yo no me estrese. Y se los agradezco, porque suficiente tengo con mi conciencia.

Muevo los dedos por inercia sobre mi vientre, imaginándome si es niña o niño. Sonrío al pensar en un pequeña niña con lazos en su cabecita y sonriendo feliz... Inmediatamente, el panorama cambia y me veo obligada a sacudir la cabeza para centrarme en Carter que agita frente a mí un poco de fruta.

—Gracias.

— ¿Por qué?

Paseo mi dedo por su barbilla, suspirando.

—Por todo — le reconozco — Por querer estar conmigo pese a que estoy esperando un hijo de otro.

—Te quise desde antes — confiesa— No un amor profundo, pero sí un pequeño gusto. Obviamente Stephen fue más rápido que yo.

Murmuro entre risas que tiene razón para luego darle un casto beso en los labios.

Hay ciertas ocasiones en las que siento que parezco un loro de todo lo que repito mis agradecimientos a Carter. Y no es por ser lamebotas, pero considero que una persona siempre tiene que ser agradecida con la otra parte que la está ayudando... Y para bien o para mal Carter es una de ellas.

Aprendiendo De Ti © EDITANDO  [Saga AENY libro #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora