—No parece un bebé — el tono de Eric es pensativo a medida que le da vueltas a la pequeña ecografía.
— ¿Ah, no? — la cabeza se Noah se cuela entre los asientos del autobús para quedar en medio de nosotros — ¿Y qué parece?
—Un pollo frito — murmura Cher.
Me rio escuchando su absurda acotación.
— ¡Es un bebé! — exclamo aún entre risas.
—Estoy seguro que con el pasar de los meses tendrá más forma— ese es Carter.
—Tampoco es que esté engendrando a un alien.
— ¿Qué te pareció la doctora? ¿Te sientes cómoda? — pregunta Eric por sobre los demás.
No sé en qué momentos todos se aglomeraron pero tanta cercanía me incómoda, así que los sacudo lejos de mí.
—Espacio, por favor — ahora sí respiro con más tranquilidad — Y la verdad es que no me sentí cómoda — le respondo a mi hermano — No me explico mucho más que mis cuidados y tenía mala vibra.
—Estás siendo un poco caprichosa — me reclama Noah.
Sé que mis cambios de humor últimamente no son los mejores pero es algo que no puedo evitar. Pese a que el bebé no se va a quedar conmigo, quiero que llevar este embarazo lo más calmada posible y lo mejor asesorada que pueda. Que haya sido irresponsable una vez, no significa que este bebé tenga que pagar los platos rotos al no darle los cuidados necesarios para que llegue sano a este mundo.
A decir verdad no disfruté mucho del viaje de retorno ni de posibles conversaciones porque me quedé dormida unos 10 minutos después. No me culpen, el cansancio aumentó también. Solo sé que cuando llegamos, bajamos a la estación de autobús correspondiente y cada quien se separó para volver a sus casas.
Yo me quedé con Eric y Carter, que a último momento decidió que sería buena idea acompañarnos.
— ¿Sabes algo de él? — mi lengua me traiciona cuando de Stephen se trata; también aprovecho que Eric está más adelante discutiendo con alguien por su teléfono; de seguro me haría retractarme de mis palabras.
Percibo un poco -o mucho- de molestía por parte de Carter, y tampoco es que él sepa el significado de la palabra «disimular».
— ¿Volvió el amor? — revira.
Bufo un poco molesta.
—No— alargo la o más de la cuenta — Es solo que me dio curiosidad. No lo veo mucho por la escuela últimamente.
La mirada que me da es como si no me creyera del todo, así que la aparto un poco ruborizada por la vergüenza que me causa.
Algo dentro de mí reclama que no debí preguntar. Ni quiera debería permitir que se cuele en mis pensamientos, pero heme aquí.
—No sé mucho sobre él — me responde pero todavía no puedo verle a la cara— Casi nada a decir verdad. Ya no somos los mejores amigos que creí que éramos.
—Oh.
Quisiera preguntar por qué pero mejor me callo.
—Por ti — dice y ahora sí lo miro un tanto confundida— Tenemos ideas diferentes acerca de cómo proceder en estos casos extremos... Además de que — carraspea — Sabe que tú me gustas y que quiero que seamos más que amigos.
—Rompiste el código de hermandad.
—Si así podría decirse.
Casi me siento mal por él. Casi, pero no completamente, ya que él fue quién falló de alguna manera ante los ojos de Stephen, no yo. Sé que ambos eran muy buenos amigos. Podrías preguntarle a cualquier persona de la escuela sobre ellos y te responderán que son polos opuestos, pero era una amistad idílica, casi perfecta.
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Aprendiendo De Ti © EDITANDO [Saga AENY libro #1]
Novela JuvenilLibro #1 de la saga Amores en New York «Te quiero porque apesar de no haber visto tu rostro, revolucionas mi mundo y me llenas de dudas; porque llegaste de improvisto y me sorprendiste pero ahora no concibo una vida sin ti. Y aunque tengo miedo de f...