Y si antes me sentía así del precipicio ahora más. Y no era uno por el que caías y tocabas fondo rápido, no. Este era más agonizante, ese en el cual la caída duele más y más, se cuela en tu pecho y se te dificulta respirar.
No sé qué hacer.
Me siento tan perdida.
No quiero morir pero tampoco quiero vivir sintiéndome la peor madre del mundo. Y como he dado a entender anteriormente: no me veo a mí misma siendo una buena madre. Simplemente no puedo.
—Necesito tiempo para pensar en todo esto — respondo bajito. Mi voz se escucha rota y débil.
Cher me extiende un folleto -que dicho sea ahora, ni idea de dónde lo consiguió-. Lo analizo como si fuera un arma mortal. Trago saliva y lo guardo en mi mochila, al tiempo que Noah hace lo propio con su laptop.
—No queremos que pienses que no te apoyamos — aclara él — Solo queremos que tomes una decisión acertada para que en el futuro no te lamentes.
—Te queremos ¿Vale? Anhelamos lo mejor para ustedes dos. No estás sola, ¿entendido? — apoya Cher dándome un fugaz abrazo.
El profesor anuncia su presencia haciendo sonar demasiado el escritorio. Nos incorporamos en nuestros asientos, y no me queda más que "prestar atención". Durante la clase mi mente se está tan aislada de todo que incluso me gano un regaño que me hace sentir vergüenza ¡Dios! Esto es lo que me faltaba. Lo único que parece estar estable es mi vida son mis clases, no puedo ser tan idiota como para arruinarlo.
Adopción.
La sola palabra me pone los vellos punta ¿Yo seré capaz de hacer eso? ¿Acaso mis padres me obligarían a darlo en adopción, aún si yo quisiera quedarme con el bebé? ¿Cuál sería la posición de Stephen en todo esto? No lo sé. No puedo saberlo a ciencia cierta cuando nadie, fuera de mis mejores amigos, lo sabe.
«Pero siempre está de opción de quedártelo»
Descarto esa idea porque no quiero hacerme cargo de ningún bebé. De solo imaginar lo insoportable que será se me eriza la piel. Tener que escucharlo llorar constantemente, cuando se levante en las madrugadas y luego no quiera dormir. No y no, paso de todo eso. Aunque también habrá cosas lindas, por ejemplo: si es niña puedo combinar su ropa y vestirla como una muñeca, pintar sus uñas y cosas así. Y si es niño enseñarlo a jugar y definitivamente será un consentido.
Suena lindo, pero no, la realidad es otra y no puedo ablandarme por una imaginación.
—Tu cara me dice que estás pensando — Canturrea Cher, mientras caminamos por los pasillos.
—Pensando tonterías, solo eso — hago un ademán con la mano para restarle importancia.
—Tu rostro de ilusión dice otra cosa — secunda Noah.
—En estos momentos no estamos siendo definitivamente un «Trío feliz»
— No — niega —Sobre todo porque ahora somos tres y medio. Debemos cambiar el nombre del grupo.
Cher se ríe a carcajadas a causa de tal ocurrencia. Yo solo me quedo callada para luego sacar otro tema de conversación mientras avanzamos a la siguiente clase. Por lo menos tengo algo de suerte y Stephen va dos años adelantado lo cuál significa que tengo la mínima posibilidad de compartir clase con él. Lamentablemente hoy me toca deporte y esa profesora siempre nos obliga trotar y hacer ejercicios cerca de la cancha de fútbol. Ruego para que hoy nos deje en el gimnasio, prefiero mil veces subir la cuerda y morir en el intento, que verle la cara.
Mis oraciones parecen no ser escuchadas y los planetas no se alinean a mi favor porque ahora me encuentro corriendo por todo el lugar y respirando como si me fuera a dar un ataque de asma.
ESTÁS LEYENDO
Aprendiendo De Ti © EDITANDO [Saga AENY libro #1]
Teen FictionLibro #1 de la saga Amores en New York «Te quiero porque apesar de no haber visto tu rostro, revolucionas mi mundo y me llenas de dudas; porque llegaste de improvisto y me sorprendiste pero ahora no concibo una vida sin ti. Y aunque tengo miedo de f...