Capítulo 3

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Capítulo 3- La cena, parte II

Salí del trabajo tarde, tuve mucho papeleo, además debía ayudar a mi padre en un caso. Quedé en almorzar con Naruto, acaba de llegar de unas pequeñas vacaciones. Me dirigí al restaurante que vamos siempre, no me gusta mucho el lugar pero sirven buena comida. Cómo siempre llegué a la hora acordada pero el lo hizo media hora tarde, estaba por irme y lo vi entrar apurado.

—Tsk, ¿Que no sabes lo que es la puntualidad?

—Lo siento teme, Hina quería un vestido para hoy a la noche y esa mujer si que es complicada para escoger la ropa... Cuando tengas novia entenderás la tortura de ir a comprar ropa.

—Como digas...

Ordenamos un tazón de ramen y mientras Naruto me contó de sus vacaciones, se fue una semana a una playa con su novia.

—Bien, ahora me debes una, me encargue de todo durante esa semana. Tu pagas la comida y además quiero una botella de whisky.

—Oye Sasuke no, eso es injusto, no me lo dijiste desde el principio...

—Como sea.

—Bueno, ¿Ya sabes que te vas a poner hoy?

—¿Hoy?

—¿Lo olvidaste? Sai anunciará su compromiso y dará una cena.

—Odio las fiestas.

—Pero Sai es como nuestro hermano, debes ir, ademas, seguro van chicas lindas...

—Tu tienes novia tarado.

—Sí, pero también ojos teme... Además tu necesitas una novia.

—No necesito novia, necesito que te calles. Me voy, debo descansar.— Tomé mi saco y salí. ¿Qué hay de bueno en casarse o tener novia? Es estúpido, las relaciones solo traen problemas.
No era una cena formal pero sí había que ir vestidos decentemente, así que me puse una camisa blanca y un jean negro ceñido. Como está un poco frío me coloqué una campera negra. Fui por mi auto y finalmente llegué muy puntual a la casa de Sai.

—¿Por qué en el patio? Hacen como 12 grados...

—Ino prefirió hacerlo aquí, para no estar tan amontonados.

Llegamos a la mesa y ya estaban sentados otros dos chicos, Shikamaru y Chouji, amigos de ella, veinte minutos después llegó Naruto y su novia, a la que por fin conocía. Comenzaron a charlar con los demás, luego llegó la comida pero todavía habían dos asientos vacíos.

—Sakura, ¿ya están viniendo? Shikamaru dijo que Temari te fue a buscar, no me asustes frentona.

Ino envío un audio a una de las chicas que faltaban.

—Quizás se quedó dormida, hoy hizo un turno de 30 horas, Tsunade tuvo que decirle que se vaya.— Habló Hinata, se la veía algo preocupada.

—¿Trabaja 30 horas?— Naruto siempre tan educado, metiéndose en conversaciones ajenas...

—Sí, trabaja demasiado, es una adicta al trabajo.

—Como nuestro Sasuke.— Habló Sai dándome un codazo.

—No me molestes.

—Deberían salir, quizás dejan de ser aburridos.
¿Ahora su novia también me molesta? Ya veo porque están juntos.
No llegué a responder, sonó el timbre y salió la rubia a abrir.

Estaba con mi teléfono y no presté atención cuando llegaron, no es que me importara mucho, pero al mirar justo en frente de mí se sentó una chica de cabello rosado y ojos verdes, con rasgos muy finos y con una voz encantadora. Hasta se puso a molestar a Sai, eso me agradó, ¿Será ella la famosa Sakura?

Lo pude comprobar unos minutos después cuando su otra amiga charlaba con Naruto. No podía dejar de verla, me siento un adolescente estúpido, seguramente la esté incomodando porque cada cierto tiempo nuestras miradas se conectan y ella velozmente cambia su vista. Cerca de las dos de la mañana ya necesitaba regresar a mi casa, estoy muy cansado, pero no quiero irme antes que ella, ¿Qué idiota suena, no?

Pasó otra hora y mi momento llegó, se estaba por ir, no había bebido mucho pero sus amigos le decían que no tendría que manejar, así que le dije si quería la podía llevar, ¿Me abré visto como un idiota? Tal vez, cualquier cosa puedo culpar al whisky. Fuimos en silencio, esperaba que me hable ella primero, en la mesa se la notaba muy charlatana, es como Naruto pero en mujer y para nada molesta, pero no lo hizo, solo miraba por la ventana, esperaba que viva más lejos pero realmente era muy cerca. Antes de irse hizo un leve movimiento para saludarme pero se detuvo, me agradeció con una sonrisa y bajo. Esperé a que entrara y arranqué, sintiéndome un imbécil. Más imbécil me sentí todo el día siguiente, no podía sacarla de mi cabeza. Nunca me había sucedido

¿Y ahora qué hago?

El amor en tus ojosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora