Capítulo 3. Amistades peligrosas.

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Hoy es lunes otra vez, así que toca despedirse del fin de semana y volver a la rutina. Suena el despertador a las 7 como siempre, pero pospongo la alarma 5 minutos más ya que anoche no dormí nada y no me veo con muchos ánimos de levantarme.

Me he pasado toda la noche pensando en él. Su sonrisa, su mirada incluso he tenido sueños húmedos con él. Me tapo la cara con la almohada y me sonrojo ante mis propios pensamientos. Imagino su torso al desnudo vistiendo unos bóxers ajustados y acercando lentamente sus labios con los míos tumbados en la cama.

Aún no me puedo creer que tenga 25 años y negocio propio, aunque sospecho que sus padres tendrán mucho que ver en eso. Ahora entiendo porque se sorprendió tanto cuando por teléfono le dije que iba al instituto. Espero que eso no sea un inconveniente en el futuro, porque para mí no lo es. Pero guiándome por su sorpresa creo que para él si lo será.

No me puedo creer que esté pensando en un futuro con una persona que apenas conozco. Nunca he sido una persona enamoradiza ni cursi ni esas cosas que se les suele atribuir a las chicas sobretodo de mi edad, es más yo prefiero ver los mercenarios antes que una peli romántica. Pero no sé qué me pasa con este hombre, puede que porque sea el chico más guapo e interesante que he conocido nunca.

Cuando vuelvo a mirar el reloj son las 8 menos 15, no lo puedo creer llegaré tarde porque se me ha olvidado darle al botón de la alarma con tanto pensamiento distractor .La primera vez en 5 años que llegaré tarde. Intento ir lo más rápido posible. Por suerte no hay nadie en casa ya que mis padres se han ido a trabajar y mis hermanos siempre salen antes para ir al colegio así que ya estarán de camino.

Me pongo lo primero que pillo en el armario y me dejo el pelo suelto ya que por suerte no lo tengo muy mal hoy.

Me lavo los dientes y preparo la mochila. Joder  son las 8 y tengo que estar a las 8:15. No encuentro mis llaves, ¿dónde coño estarán?

Las 8:05 no llegaré ni de broma. Dejo de buscar y salgo corriendo, no espero al ascensor así que a falta de tiempo toca bajar por las escaleras.

Cuando llego al instituto las puertas ya están cerradas. Joder, que tonta eres. Dos decepciones en menos de una semana esto no es normal en mí. ¿Qué le voy a decir a mi madre? No, no puedo volver a casa. Me quedaré por la calle hasta que llegue la hora de comer y poder irme para casa sin que nadie sospeche nada.

Inconscientemente termino en la esquina donde está el restaurante de Luke. Recuerdo lo guapo que iba anoche y las ganas que tenía de tirarme a su cuello en ese momento.

Por un instante pienso en refugiarme ahí, pero creo que puedo parecer demasiado obvia con él.

Pero ¿dónde puedo ir si no? No puedo volver a casa y en la calle no me puedo quedar. Cojo valor y me dirijo al restaurante. Antes miro en mi mochila por si tengo mi monedero y por suerte lo tengo, así puedo pedirme algo y disimular un poco más.

Nada más entrar veo que el restaurante está dividido en tres partes. Una parte con una barra americana de color lila oscuro muy moderna, donde se sirven las bebidas y junto a ella 7 taburetes de color negro que a mi parecer no se ven muy cómodos aunque si bonitos. El estilo moderno es lo que tiene, la apariencia antes que la comodidad. En la barra hay un hombre de unos 45 años vestido con traje gris y negro, supongo que es uno de los camareros. En esa misma parte hay también 6 mesas con cuatro sillas cada una. La segunda parte del local es una especie de sala/discoteca con unos sofás blancos donde podrían sentarse, a groso modo, unas 7 personas en cada uno. Por lo que alcanzo a ver es una sala bastante grande y al fondo de esta se encuentra una especie de mesa de mezclas donde supongo que irá el dj en las fiestas de la noche. Y por último está el restaurante, con mesas de mantel blanco bordados de color dorado que le dan un toque muy elegante. Las sillas hacen juego con las mesas aunque parecen sacadas de la época medieval. Al fondo de la sala hay una gran chimenea decorada con baldosas de piedras color arena y crema.

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