Capítulo 7. Los triángulos amorosos nunca fueron buenos.

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Al abrir los ojos veo el rostro de Luke, se le ve tan tranquilo y vulnerable como un niño. Intento llegar al despertador que hay en la mesita de noche sin moverme mucho del sitio. Las 7 de la mañana, estoy con el cuerpo acostumbrado a madrugar pero no quiero levantarme aún. Hasta las 11 no tengo que volver así que prefiero aprovechar su compañía un poquito más. Paso mis dedos por su cara, y disfruto de su piel tan suave y perfecta. Peino su pelo con mis dedos, está alborotado pero igualmente se ve sexy. Siento tanto no poder corresponderle de esa manera, deseo poder hacer el amor con él, realmente lo deseo, pero mi cuerpo se pone rígido y no me deja continuar. Dejé ese problema atrás hasta que me he visto en esta situación. Sus manos tocando mi cuerpo fue el mayor placer que he sentido, mi cuerpo estaba a su cargo, expuesto en todos los sentidos, pero simplemente se quedo en nada. Quiero volver a sentirme segura, disfrutar de algo tan bonito y placentero como el sexo, pero mi experiencia me hace verlo como algo doloroso y no puedo quitármelo de la cabeza.
Estoy inmersa en mis pensamientos mientras sigo acariciando su pelo y hace un pequeño gesto para moverse. Decido dejar de tocarlo porque estoy disfrutando viéndole dormir.
Tengo una gran necesidad de ir al lavabo, literalmente estoy a punto de reventar. Me levanto de la cama intentando no molestar a Luke aunque a veces cuando no quieres hacer ruido, terminas haciéndolo aún más.
-¿Dónde vas? -Pregunta medio dormido con solo un ojo abierto.
-Pues... tengo que ir al baño -digo mientras cruzo las piernas intentando aguantar. Eso le hace reírse y disfruta viéndome sufrir como una niña dando pequeños saltitos.
Me levanto y voy al baño. Aprovecho para mirarme en el espejo, tengo una cara de muerta que no puedo con ella. Intento pellizcarme las mejillas para darles un poco de color ya que mi piel natural es bastante pálida. Vuelvo a la habitación pero Luke ya no está en la cama así que bajo las escaleras para ir al comedor. Ahí está, en la cocina de espaldas preparando lo que parecen unas tortitas y me quedo en la escalera apoyada en la barandilla para observarle sin molestarlo. Se da la vuelta, me mira y me regala una de sus sonrisas. Así que bajo y me siento en una de las sillas cerca de la cocina.
-Estoy preparando tortitas. No estoy acostumbrado a cocinar pero quería sorprenderte llevándote el desayuno a la cama. Pero te me has adelantado.
-Que detalle por tu parte -Veo que al darle la vuelta a la sartén media tortita cae fuera y empiezo a reírme a carcajada limpia.- Ya veo que no estás acostumbrado -digo mientras me dirijo hasta donde está él e intento arreglar el estropicio que ha montado.
-¡Y voilà! -Digo satisfecha por mi tortita perfectamente moldeada.
-Deberías enseñarme a hacer eso -dice pasándose la mano por el cuello como si le avergonzase que algo tan fácil no le salga bien.
-Claro. Pero me encantan tus tortitas. Son... originales. -A falta de una palabra mejor. Nos reímos y poco a poco se va acercando a mí hasta poner su mano en mi cintura acercándome más a él. Empieza a darme pequeños besos por el cuello que me provocan una descarga eléctrica por todo el cuerpo. Acaricia mi pelo mientras acerca su cara a la mía, rozando mi nariz con la suya.
-Estás muy sexy así -dice mientras pasa su mano por mi muslo hasta mi cintura. No me había dado cuenta que sólo iba con la camisa que me dejó anoche y me pongo roja de repente.- Vamos a desayunar -y me besa en los labios tiernamente.
Nos sentamos en la mesa y hablamos un poco de todo. Recuerdo que anoche mencionó a su ex mujer así que decido activar mi radar de detective y preguntarle.
-¿Así que has estado casado? -Pregunto.
-Pues si -dice sin darme más información pero le miro para que continúe. Se moja los labios con su lengua y continúa.- Con 18 años conocí a la hija de uno de los socios de mi padre. Era una mujer atractiva, rubia, alta -tosió falsamente para que se dé cuenta que no quiero más detalles de su físico- bueno, realmente me cautivó. Hicimos muchos planes de futuro, incluida esta casa que decoró ella a su gusto. Poco a poco me di cuenta que lo único que le importaba era el dinero, compraba todo lo que quería y realmente no me importaba darle toda clase de caprichos, me sentía afortunado de poder darle el mundo a la chica que quería. Pero hace 3 años, volví a casa y me dejó una nota donde ponía que ya no le interesaba para nada más y que se iba para siempre. Se llevó todo el dinero que tenía ahorrado en el banco, el coche y algunas joyas que tenía guardadas de mi madre. Mi mundo se quedó en nada sin ella. -Pongo mi mano en la suya intentando suavizar su cuerpo que está tenso desde que empezó a hablar- Nunca pensé que volvería a enamorarme de alguien, pero apareciste tú y me diste la vida de nuevo. Eres tan buena, tan inocente y tan hermosa que me es imposible resistirme a ti.
Me abalanzo hacia él, sentándome en su regazo mientras saboreo sus labios, disfrutando de la sensación que recorre mi cuerpo en entrar en contacto con él.
Le peino el pelo con mis dedos, me encanta pasar mis manos por su pelo siempre lo tiene tan suave y alborotado.
-Tengo una invitación para ti. Mañana tengo que ir a una de las cenas de mi padre a la que asiste todo tipo de gente aburrida, ya sabes. Había pensado en llevarte como acompañante si tú quieres. Podrías llevarte a dos acompañantes para sentirte más cómoda si lo deseas.
Frunzo los labios, no pinto nada en una fiesta de esas ni siquiera tengo algo decente que ponerme. -¿No te gusta la idea? -Dice preocupado.
-No es eso, es que no creo que tenga nada bonito que ponerme -digo un poco avergonzada.
-No te preocupes por eso. Mañana por la tarde puedo llevarte a comprar algo -niego con la cabeza- no acepto un no por respuesta. -Y me da un beso para que no pueda discutir ese punto.
Ya estamos de camino a mi casa, se terminó el estar juntos hasta mañana. Sólo de pensar que hoy tengo que trabajar más horas me pongo enferma. Quiero pasar un sólo día en pijama, bebiendo una taza de Cola Cao y viendo el cuerpo de Matt Bomer en "white collar". Pero tendré que esperar.
Estaciona justo delante de mi casa y pienso en que me gustaría presentárselo a mis padres, pero presentarlo ¿cómo qué? Luke se baja del coche para abrir mi puerta. Y otra vez somos todo lenguas y roce de labios.
-Vendré a buscarte mañana después de comer. Puedes traer a tus acompañantes por si necesitan algo de ropa también -Emma estaría encantada, pienso- Hasta mañana preciosa.
-Hasta mañana- digo con una sonrisa que ocupa todo mi rostro.
Entro a casa.
-Hola familia -digo con la misma sonrisa que tenía antes. Y todos se giran para verme pasar con mi felicidad por delante.
Llamo a Emma para decirle que será mi acompañante en la fiesta y como era de esperar, le entusiasma la idea. Y más la parte de ir de compras. Me dijo que podía llevar a dos acompañantes e inmediatamente me viene a la cabeza Will, puede ser una oportunidad para restaurar nuestra amistad así que decido llamarle.
-Hola Will -digo con miedo esperando un rechazo por su parte.
-Hola Holly. ¿Querías algo?
-Pues sí, quería saber cómo le va todo al que era mi mejor amigo.
-Holly... Ya sabes lo que pienso sobre eso.
-Lo sé, pero no quiero perderte Will. Te echo de menos, echo de menos a la persona que me hacía reír todos los días. Eres una parte importante en mi vida pero sabes que los sentimientos no se pueden forzar y lo siento mucho.
Hay un momento de absoluto silencio hasta que puedo oír su respiración.
-Me porté como un imbécil contigo y ¿aún así quieres retomar nuestra amistad?
-Sí, ya te he dicho que te echo de menos. ¿Podemos ser amigos de nuevo?
-Pues claro que si tonta -y mi yo interior aplaude con entusiasmo.
-Me alegro tanto de oír eso. Tenía pensado que fueses uno de mis acompañantes para una fiesta de mañana, si te parece bien claro.
-Estaría bien, hace tiempo que no hago nada más que estudiar.
-Perfecto, ponte guapo y mañana por la tarde te llamaré para recogerte.
Me paso toda la tarde hasta la noche trabajando. Estoy muerta literalmente. Me duele la espalda de tanto coger cajas, parezco una mujer de 80 años ahora mismo. Hoy teníamos tanto trabajo que no he podido hablar con Dylan aunque nos echábamos algunas miradas cuando coincidíamos en los pasillos. No quiero que sea uno de mis acompañantes porque creo que entre Luke y él saltan chispas y es mejor no tentar a la suerte.
Cuando llego a casa me doy una ducha relajante e inmediatamente me voy a dormir ya que quiero que sea mañana lo antes posible.

I need youDonde viven las historias. Descúbrelo ahora