Capítulo 6. Dos hombres y una confesión. [Parte 1]

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Después de un largo y profundo beso lleno de deseo por ambos, me quedo apoyada en su pecho por un instante mientras él me abraza con fuerza. No quiero moverme, no quiero separarme de él, pero sé que esto no durará porque tengo que volver a casa. Lucho con todas mis fuerzas por separarme de él, pone mi cabeza entre sus manos y planta un corto pero tierno beso.

-No sabes cuánto deseaba esto -dice todavía sujetando mi cabeza.

Estoy eufórica por dentro, es lo que quería oír Necesitaba saber si realmente el sentía algo por mí y puedo estar segura de que por poco que sea, algo siente.

-Necesitaba esto, sobre todo para aclararme-digo casi sin aliento después de sus palabras.

-¿Aclararte?

-Sí, estaba preocupada por si no estabas interesado en mí.-digo mientras inútilmente intento agachar la cabeza mirando al suelo porque rápidamente vuelve a poner sus manos en mi cara.

-Estoy interesado en ti desde antes de conocerte.- pongo una cara que le pide que me explique eso, porque no lo he entendido.-Holly, ¿no puedes saber por qué pude ir tan rápido a ayudarte la noche de la fiesta? Tenía un negocio entre manos con aquella discoteca y mientras esperaba me acerqué a la barra a pedirme algo de beber. Te vi entrar por la puerta con ese vestido azul y solamente tuve ojos para ti. No podía apartar la mirada de ti, simplemente me quede disfrutando viéndote bailar. Así que cuando saliste tuve la necesidad de ir detrás de ti porque ya había visto a los chicos de la puerta antes, entonces supe que tenía que protegerte.-Hace una pausa- He deseado besarte desde aquella noche.

No puedo creer lo que me está diciendo. Simplemente no me entra en la cabeza. No era la única que tenía esa necesidad. Vuelvo a besarle en respuesta por sus palabras, me siento feliz y puedo decir que hasta excitada. Y puedo notar que él también lo está, pero se aleja cuando los besos se vuelven cada vez más carnales.

-Tenemos que irnos Holly, es tarde y tengo que llevarte a casa.- no, no. No quiero irme, lo único que quiero ahora es lanzarme a su cuello y perderme en él. Pero no me quejo ya que este no es un buen sitio para eso.

Nos subimos al coche y mientras conduce deja su mano en mi pierna y hace que me suba el calor. Intento disimularlo pero sé que puede notar el efecto que su toque provoca en mí y le veo con una sonrisa de verdadero orgullo. Esa sonrisa que le hace parecer un niño travieso, y eso me encanta. Si quiere jugar a este juego, jugaremos los dos. Me echo el pelo hacia atrás con la intención de dejar al descubierto el escote que me hace esta camiseta. Y cuando me mira su sonrisa se amplía aún más y le miro a través de mis pestañas para darle a entender que yo también puedo provocarlo.

-Señorita Becker deja de hacer eso o tendremos un problema- dice riéndose y de una manera muy seductora.

-¿Hacer qué?- digo en un intento fallido de disimular. Y él niega con la cabeza mientras ríe.

Estaciona el coche en frente de mi casa. Nos miramos y la tensión que hay entre nosotros es totalmente palpable en el ambiente. Sin dudarlo termino subida en su regazo y empieza el roce de nuestros labios, el choque de dientes y el juego entre nuestras lenguas. La temperatura sube de inmediato y noto su mano subiendo y bajando por mi espalda mientras nos fundimos en un apasionado beso.

-Me vas a dejar seco, déjame respirar- se burla. Me quedo rodeando su cuello mientras el pasa su mano por mi mejilla y pone un mechón de pelo que me cae por la cara, detrás de mi oreja.-Eres preciosa Holly. Podría contemplarte todo el día- y planta un suave beso en mis labios.

Amo cada segundo que paso con él, realmente me hace sentir especial.

No queda más remedio que volver a casa porque ya es tarde y en cuanto bajo del coche contemplo como se va. Una gran parte de mí deseaba que volviera, pero mi parte racional me recordaba que mañana sigo con mi rutina diaria.

- ¡Holly!- oigo que alguien dice mi nombre y me doy la vuelta. Y ahí está Dylan subido en su moto con un pie apoyado en el suelo.

-Hola Dylan, ¿qué haces por aquí?

-Pues tenía ganas de dar un paseo con la moto y he llegado hasta aquí.

-Ya claro, es que no puedes vivir sin mí- me burlo.

- La verdad es que no, ¿de quién me burlaría entonces?- me devuelve la broma y yo le doy un pequeño golpe en el brazo seguido de un "oye" quejica. - Bueno te dejo que a estas horas las niñitas como tú tienen que estar en la cama ya.

- ¿No te cansas de meterte conmigo?

Hace un gesto como pensativo y suelta- No, la verdad es que no. Es más me gusta ver las caras que pones cuando lo hago. Se te pone una arruga aquí muy graciosa-y me toca en el entrecejo y no me había dado cuenta de que tenía el ceño fruncido, pero extrañamente para mí con su toque me relajo inmediatamente. Realmente estos chicos te vuelven loca eeh Holly. No, Luke es la persona que quiero, Dylan no es más que un chico guapo e irritantemente seductor, con el que tengo una relación cordial por no estar matándonos en cada momento.

Intento alejarme un poco mientras aparto su mano.

-Tranquila Hollywood, ¿te pongo nerviosa?- dice con esa sonrisa de medio lado totalmente irresistible.

- Enferma es lo que me pones- pequeña mentira de la noche.

Pero esto provoca otra sonrisa en su cara. En realidad me alegro de verle así porque normalmente va con cara de amargado por el restaurante y no le suelo ver sonreír Para qué engañarme, me encanta ser yo la que le haga sonreír.

- Tenía pensado ir a un bar a tomar algo y si a la señorita le apetece, puede acompañarme.

-La verdad es que el día de hoy ha sido un poco largo y ya es tarde, tenía pensado irme a dormir.-Pone cara de decepción. Realmente no me parece buena idea estar a solas con él, aunque sea una salida de amigos.-Pero puedo aceptar tu invitación este viernes si te va bien.

-Me parece bien. Te dejo descansar entonces. Hasta mañana Hollywood-y me da un beso en la mejilla que me pilla desprevenida- hasta mañana- respondo. Y se va.

Estaba deseando poder tumbarme y se nota que estoy rendida del día de hoy, porque me duermo nada más pisar la cama.


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