Capítulo 11. Mis dulces 18.

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Ha pasado un mes y una semana más o menos desde que empecé mi pequeña relación con Dylan, aunque no me gusta llamarle así más bien es algo como "amigos con derecho a roce". Durante este tiempo me he mantenido al margen de todo lo que rodea a Luke y por lo que sé él también porque un ex compañero del trabajo me dijo que se fue de viaje una temporada. Estar alejados es lo mejor para los dos. Dylan me cuida como solo él sabe hacerlo, no necesito nada ni a nadie más.

En tan poco tiempo mi vida ha cambiado bastante. Dejé el bachillerato ya que vi que era algo que realmente no me llenaba y estaba empezando a estar agobiada, a demás me fui del restaurante y empecé a trabajar con Marcel cuando hace dos semanas me llamó buscando una especie de asistente, vamos, organizando los horarios de sus sesiones de fotos y sus reuniones, sirviendo cafés y poco más. Así que ahora solo estoy ocupada de 8 de la mañana a 3 de la tarde, puede que esto de dejar mis estudios sea una idiotez pero prefiero estar centrada en algo y no querer hacer muchas cosas y que no salgan bien. Ahora, al menos, puedo ir con una sonrisa al trabajo porque mi jefe no es un verdadero hijo de puta como María. Perdón, señora Tyler. El día que me fui quedará grabado en mi cabeza para siempre, esa cara que se le quedó cuando la mandé a la mierda y me fui por la puerta grande y con la cabeza bien alta. Nunca me había quedado tan a gusto. Aunque el señor Tyler era bueno conmigo, creo que debería de despegarse del kremlin que tiene como mujer.

Me siento realmente bien ahora que no dejo que las cosas me afecten como antes y de echarle un par de narices a todo lo que me venga. Puede que esto de ser independiente, tanto por el hecho de tener mi propio apartamento, como de no depender de los demás, haya reforzado mi carácter.

Tengo un ratito libre ahora que Marcel está ocupado en una reunión con unos diseñadores de moda, la verdad es que no controlo mucho ese tema solo me dedico a atender a la conversación cuando me toca estar presente en alguna de ellas.

Voy a la cafetería que está en la planta baja y me siento dándole vueltas a mi taza de café cuando mi móvil empieza a vibrar.

-¡FELICIDADES!-oigo gritar a mi familia des del teléfono y casi todos los presentes en la cafetería se giran para mirarme.

-Gracias- digo susurrando y un poco avergonzada por todas las miradas puestas en mí aunque poco después todos siguen con lo que estaban haciendo.

-No puedo creer que ya tengas 18- dice mi madre con ese tono de madre orgullosa con el nudo en la garganta- y yo no puedo estar ahí para achucharte.

-Os echo de menos

-Y nosotros a ti cariño- no puedo creer que vuelva a sentirme débil otra vez. Tengo ganas de abrazarlos a todos y que me sirvan de punto de apoyo en mi vida. Pero no puedo decirle eso a mi madre estando separadas por tantos kilómetros.-Por cierto.- su tono cambia de repente- es bueno saber que tu cara este plasmada en una revista y que tu madre no lo sepa. ¿Alguna explicación?

No había contado con que mi madre la viese y tener que explicar que fue por un ataque de venganza hacia Luke.

-No lo tenía planeado Mamá. Fui para hacerle un recado a Emma y el fotógrafo creyó que estaba bien para su revista. A demás ahora trabajo para él.

-Tenemos que hablar más a menudo porque me pierdo partes importantes de la vida de mi hija.

-Prometo llamarte más.- sea independiente o no mi madre siempre va a querer controlar mi vida.-Bueno Mamá tengo que volver al trabajo. Dale un beso a todos de mi parte.

-Está bien cariño, ya hablaremos. Por cierto te hemos enviado un pequeño regalo que si todo va bien, tendrías que recibirlo hoy.

-Muchas gracias. Os quiero.

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