¿Angel o Demonio? [TERMINADA]

🔥Capítulo 6🔥

Los días pasaban y el entrenamiento que Dabi le daba a Mirokia era cada vez más difícil.

—Dabi ya, estoy exhausta. ¿Podemos parar?

—No, levántate.

Esta se encontraba arrodillada en el suelo, habían pasado la parte de defensa la primera semana y ahora estaban con ataques.

—Ni siquiera te me puedes acercar, te falta mucho todavía.

—Creo que si dejaras de quemarme sería todavía más fácil.

—No se supone que sea fácil, arriba.

Se puso de pie y volvió a elevarse un poco para ir contra el, tratando de esquivar el fuego que lanzaba tapándose con sus alas.

Volvió a pararse en el suelo y trató de atacarlo con un corte sus plumas pero este lo esquivo y lanzo fuego sobre ella de nuevo.

—Así nunca vamos a avanzar —dijo mientras dirigía sus llamas a un lado.

—Lo intento.

—Pues no lo suficiente.

Prendió una llama que lanzo contra ella y al cubrirse hizo un mal movimiento y corto su brazo. Dabi se detuvo y miró como sostenía su herida.

—Aguantatela y sigue peleando —sujeto su brazo para que dejara de sostener el corte—. Allí afuera también te lastimaras, de peores maneras incluso, y debes aguantarlo.

—Por favor —pidió con lágrimas en sus ojos—. Me duele mucho.

Este suspiro y sujeto sus hombros—Vayamos de nuevo a la base.

Al regresar Kurogiri la vió y se acercó de inmediato.

—¿Que sucedió?

—La estúpida no sabe controlar su poder y se corto el brazo, encargate tu ahora, yo estoy harto.

Kurogiri la sentó en la barra y miró su brazo. Tomó de uno de los cajones varias cosas. Dabi se sentó en el sillón mirando como esta dejaba caer sus lágrimas cuando el hombre desinfectaba su herida para luego vendarla.

—Deberías tener más cuidado —comentó Kurogiri limpiando su cara con un pañuelo—. Podrías hacerte mucho daño con este tipo de cortes.

—Odio mi kosei —murmuro esta.

—Vamos, mocosa —Dabi sujetó su otro brazo y la llevó a su habitación—. Aún estas a mi cuidado, así que te quedas aquí.

—Esta bien. ¿Puedo acostarme?

—Haz lo que quieras.

Esta se recosto mientras el azabache se sentó en la ventana y prendia un cigarrillo.

*

Cuando se hizo más de noche Dabi se acercó a la chica y sacudió su hombro para despertarla.

—¿Vas a cenar?

—No tengo ganas.

Salió de la habitación y esta se cubrió con la única manta que el tenía ya que comenzaba a hacer algo de frío. Unos minutos después Dabi regreso y encendió la luz.

—Ven aquí —le llamó mientras se sentaba en el suelo.

—Dije que no tenía ganas de comer —se quejó al ver que al había traído algo para ella.

—Aparte de que te traigo algo me lo rechazas, estúpida niña... No te voy a dejar sin comar, necesitas tus energías para mañana.

—¿Tengo que entrenar tambien mañana?