34

6K 595 187
                                    

La mañana lo recibió con el sol iluminando fuertemente su cuarto, pero al ver la mesita de noche  notó que no era tan temprano como había imaginado. Pasaban de las 10 am. Bueno tenia un poco de sentido, se quedó dormido a las 4 de la mañana calmando una pequeña rabieta de parte de los gemelos; les dio de comer y finalmente a las 5: 20 pudo cerrar los ojos. No hace falta decir que fue glorioso.

Se estiró un poco mientras se levantaba. La manada no estaría el día de hoy. Harley aun pasaba su calor, Stephen y Rhodey le habían avisado que no estaría gran parte del día. Y el chico aún no podía pasar por el complejo. 

Miro sus manos sin nada más que mirar realmente, hace meses que no estaba solo. Siempre estaba con alguien de su manada revoloteando a su alrededor. Era extraño encontrarse con nadie ahora. Especialmente que le tocaba bajar si quería comer algo.

De paso, no tenía ni idea de que cocinar, por lo menos habían sido buenos y le habían dejado la comida para los bebes.

En fin, ya eran las 10:30 de la mañana y como ya era inesperadamente inusual, suele despertarse a esa hora para dormir dos horas después, hasta que los bebes decidan despertarlo. Viendo que los bebes no despertarían dentro de un rato, y en caso tal de que los hicieran Friday le avisaría, decidió bajar. Bajar por primea vez a su cocina desde hace mucho.

Mientras iba en el elevador, evitó pensar en la manada del capitán, solo sabía que ellos solían irse muy temprano y volver un poco tarde, no quería pensar en ellos, porque de solo hacerlo le daban ganas de volver. Y sí quizás era un cobarde por pensar de esa manera pero era inevitable. Genuinamente no se sentía muy preparado para verlos.

Entró a la amplia, limpia y vacía cocina; justo como esperaba. Puso una tetera a hervir mientras miraba con el ceño fruncido a la cafetera vacía y sostenía hojas de té en sus manos. Era evidente que su alimentación cambiaria después de ser regulada tanto tiempo pero. ¡¿Enserio tanto?!

Al final no pudo hacer más que suspirar y verter las hojas de té a la tetera e ignorar a la cafetera. Era extraño pero realmente no se le apetecía tomar café ahora. Quizás algo de alcohol si, pero café no tanto... Debería ordenar sus prioridades.

Sin previo aviso su cuerpo se tensó. Y no pudo evitar un "mierda" saliera de sus labios.

- Hola Tony – Escuchó atrás de el por parte de la persona que menos quería ver en el universo. Como pudo olvidar que el capitán américa se quedaría fuera de las misiones por su pierna rota de hace dos días-

¡maldita sea su vida!

- Capitán. – Saludó, sin voltear a verlo, tuvo que apretar sus puños por como salió su voz de... estúpida.

Escuchó el crujir de telas y algunos pasos dudosos, era evidente que no sabía si acercarse a él o alejarse. Aunque lo que más le preocupaba era su corazón que comenzaba a latir como un jodido desquiciado, y no precisamente de emoción o amor. 

- No sabia que ahora tomabas té Tony. – Tony giró los ojos mientras vertía el té caliente en su taza.

- Es bueno para relajarse. – Dijo tomando respiraciones profundas y pausadas.

- Eso parece. – contestó el capitán.

Tony suspiró, sus manos picaban demasiado, solo quería girar hacia su alga y complacerlo, era lo que su omega gritaba a toda voz. ¡Estúpido omega interior!. Pero de manera increíble su corazón volvió a latir lentamente a un ritmo normal, . ¡aromas alfas tenían que ser! 

Al final no había vomitado y escupido sangre como había pensado. Parece que las feromonas Rogers si hacen efecto.

Teniendo ese pensamiento en mente, tomo su taza y fue a sentarse en la sala.

Omega abandonadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora