Omega abandonado

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Tony oficialmente puede decir que ha vivido la peor semana de su vida. No medio oriente, no su secuestro, no a punto de morir por envenenamiento de la cosa que se supone que lo mantenía con vida, no a ser arrojado por una ventana en lo alto de su edificio o casi quedar atrapado en el espacio hasta que el aire de su traje se agotara. Tampoco por ser secuestrado nuevamente y torturado, no por perder su manada no una vez sino DOS veces, y ya saben lo que dicen. La tercera es la vencida. Ni siquiera cuando luchó contra ellos y estos cortaron lazos con el hundiéndolo en una agonía durante meses.

No, nada de eso importa porque ahora había perdido a su mejor amiga.

Había enterrado a Pepper el día de ayer entre una gran tormenta. Por lo menos el clima había estado de acuerdo con su ánimo.

Nunca se había sentido más devastado. Siempre pensó que de alguna forma ella sería la primera en llorar frente a un ataúd con su cuerpo en él, porque se supone que en su mente debió ser así. Y él está seguro de que en la mente de su Peps muy en el fondo ella temía que fuera así.

Pero como ya había dicho hace mucho, la vida es una perra y el uno de sus juguetes favoritos.

En su entierro, no muchas lágrimas cayeron, pero cuando tuvo que volver a casa y entender definitivamente que ya Pepper no haría parte de su vida, lloró hasta caer dormido.

Ella era demasiado joven, aun tenia una vida por delante. Si el no fuera sido tan estúpidamente terco, si él no fuera sido tan... él

Y ahora, ella no estaba y era su culpa. Porque si, él era el culpable, era su culpa y solo su culpa, Peps estaba muerta por su culpa. Debió morir en su lugar...

Un fuerte llanto lo saco de su espiral. Girando en la cama encontró a unos de los bebes removiendo ligeramente, Tony sonrió cuando vio que era Morgan

Sí, Jhonny y Morgan Stark.

la pequeña de una escaza mata castaña sobre su cabeza, se calmó un poco cuando su padre lo agarro en brazos. El pequeño Jhonny continuaba dormido, pero no por mucho tiempo si su hermana seguía llorando de esa manera.

- Hey ¿qué pasa señorito? estoy cien por ciento seguro de que no tienes hambre te di de comer hace menos de media hora. ¿o será que...? - Tony palpo su pañal, el cual no se sentía ni pesado ni húmedo, todavía. - ¿qué es lo que tendrás ahora? - susurro para sí mismo.

El suave llanto se convirtió en unos estridentes al pasar los minutos y Tony no encontrar la causa de su malestar. Esto estaba trayendo como consecuencia que Jhonny también despertara y se uniera al coro de su hermana.

Tony suspiro y con su pequeña en brazos se sentó en la cama, al lado del pequeño niño que ya despierto estaba a punto de llorar, y sin más como ya venía haciendo desde hace tres días, inicio a tararear.     

You make me happy y where
You make me happy whether you know it or not.
We should be happy, that's what I said from the start....

No era una canción de cuna, pero tenía mucho sentimentalismo con ella, por lo cursi que era y por la historia que había detrás. Al terminar, parpadeo varias veces para tratar de que sus lágrimas no se derramaran, fallando en el proceso, las limpió con el dorso de su mano.

Con una sonrisa plagada de cariño, vio como ambos niños se encontraban durmiendo nuevamente y aliviado los arropo de nuevo.

- Cantas bastante bien, deberías hacerlo más seguido. - Tony dio un respingo al escuchar la voz de Strange en la puerta, con una bandeja en sus manos.