Omega abandonado

22

                                   I

El Omega  respiró aliviado cuando cruzó las puertas del instituto.

Se sentía muy atemorizado. No paraba de recordar lo que había sucedido aquella tarde del sábado, desde su padre, hasta su secuestro de pocas horas.

Nunca había sentido un temor tan grande como ese, haber estado rodeado de personas desconocidas que seguramente querían hacerle daño no era muy bonito. Hubo al inicio una que otra agresión física, lo golpearon un poco y magullaron insistentemente sus manos, como si ellas les fuera  hecho algo, ahora mismo portaba vendas por las horribles contusiones que poseía.

Aunque toda tortura acabó cuando el hombre que había escuchado hablar con su padre les dijo que se detuvieran. No pudo verle el rostro, en todo momento estuvo en las sombras, pero de solo escuchar su voz lo hacía temblar. El hombre solo pidió una cosa:
Completo silencio, eso fue todo lo que su captor pidió y a cambio no le haría nada a él, ni a sus amigos. Sonará cliché pero realmente fue perturbador.

Luego de horas encerrado, lo dejaron en un callejón, no lo tiraron ni nada. Solo lo estacionaron y el salió de allí. Por lo menos fue en el centro de la ciudad.

No quería volver a su casa, a si que  caminó durante tres horas hasta la casa de Flash, con los músculos gritando de dolor y las heridas palpitando, recordando que aún estaban allí y no estaban haciendo atendidas.

Cuando al final pudo ver a su novio, cayó desplomado, escuchando con insistencia en su oído, la pregunta de "¿Quien le había hecho esto". Él no pudo responderle, no podía y tampoco lo sabía con certeza, y al despertar se lo hizo saber.
Faltó a clases, obviamente, mientras fue atendido por un médico particular. Recibió incontables llamadas por parte de su padre al quien no quería ver ni escuchar, de solo pensar en él sus ojos se aguaban.

También recibió mensajes y una que otra llamada por parte de Peter y Ned, del porque había faltado. Y una sonrisa se formó en su rostro al ver la preocupación de sus amigos.

Al final del día no quería volver a su casa, y se lo hizo saber a Flash el cual le dijo que estaba bien. Y esa noche durmió entre los brazos de su alfa, este calmando sus temblores sin preguntar nada a cambio.

Al día siguiente decidió ir al Instituto, no se sentía bien estando solo, a si que se colocó la ropa más pequeña que el alfa tenía y llevo solo una simple mochila donde tenía una libreta y una que otra pluma. ¿Ahora como le iba a explicar al profesor de biología que no había hecho la tarea?.

Ya en los pasillos de la Escuela, iba junto a Flash, el cual tenía un brazo alrededor de sus hombros acercándolo a él. Era ciertamente recorfortante. Luego de la pelea con Peter, lo único que quedó a Flash fueron ciertos moretones que para desgracia de él, no sanaban.

– ¡Harry! – gritaron detrás de él y pudo ver a Peter corriendo. Escuchó a Flash soltar un gruñido y apretarlo más hacia él.

Un poco enojado pellizco fuertemente su costado haciendo que esté diera un pequeño salto. – Te veo en el salón.

– Pero...

– Te-Veo-en-el-salon Thompson.

Frunciendo el ceño y viendo nuevamente a Peter, se fue antes de que el otro alfa llegará hasta ellos.

– Hola. ¿Estas bien?

– Si,estoy bien. ¿Porque la pregunta?

– No viniste ayer, y no contestabas nuestras llamadas. Ned y yo estábamos preocupados.

– Estoy bien. – dijo estirando la manga de su chaqueta para ocultar los vendajes. – No hay nada de qué preocuparse.

– ¿Seguro? – Preguntó dubitativo.