Capítulo 45 - Héroes de fuego

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Ya habían pasado dos meses allí. Como era habitual desde hacía unas semanas, Fénix llegó por la mañana con una carta en el pico. La dejó en el suelo de la cueva y se fue a revolotear por la zona.

Maya despertó unos minutos más tarde. Miró a Lucho y, al ver que seguía dormido, se acercó lentamente a él y le dio un beso. Éste abrió los ojos y sonrió.

- ¿Ya ha llegado la carta de hoy? - Preguntó el chicho, bostezando.

- ¡Claro! - Respondió ella con alegría.

Maya cogió la carta, la abrió y empezó a leerla en voz alta.

Queridos amigos:

Como ya os conté ayer, el colegio empieza la semana que viene y estoy muuuy emocionado. Hoy he ido a comprar el material que necesitaba (ya sabéis, lo típico). Muchos todavía me preguntan que dónde estuve las semanas en las que me tuvieron encerrado, pero nunca digo nada. Esto seguirá siendo un secreto entre los tres.

El pueblo ya está casi reconstruido y pronto podremos volver a nuestra casa. Además, mi madre me ha dado una noticia que flipas: ¡papá vendrá mañana! No sé qué han hablado ni qué ha pasado, pero pronto estaremos todos reunidos de nuevo.

Ah, respondiendo a la pregunta que me hicisteis ayer, sí que podré comprarlo todo. Hoy el mercado estaba cerrado (porque es domingo, y los domingos nunca abren), pero mañana a primera hora iré a por todo lo que me pedisteis, a tiempo para que Fénix pueda recoger mi carta. Supongo que podrá coger la fruta con las patas...

A veces se oyen rumores raros sobre vosotros en el pueblo, pero nadie sabe dónde estáis ni qué ha pasado exactamente, y espero que siga siendo así. Por cierto, esta tarde no estaré en casa, así que decidle a Fénix que deje vuestra carta encima de la mesilla de mi habitación (dejaré la ventana abierta para que pueda hacer eso).

Un saludo, Max.

- ¿Tienes el bolígrafo por ahí?  - Preguntó Maya. - Voy a escribirle ya.

Lucho le pasó el bolígrafo y juntos redactaron la carta para su amigo. Se las habían apañado para conseguir bolígrafos y papel para poder escribirle. Llevaban bastante bien su vida allí y pensaban estar unos cuantos años más, hasta que el destino decidiese qué hacer con estos héroes de fuego.


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