Lucho seguía en la cueva. Había oído cómo Maya se iba, pero no quiso detenerla. No tenía ni una pizca de sueño, solamente no quería hablar. Se incorporó y miró la cascada que cubría la entrada de la cueva.
- ¿Qué debo hacer? - Se preguntó a sí mismo. - Primero será mejor que aclare mis ideas. A ver, cosas que tengo que solucionar: qué es lo que pasó en el hospital; aniquilar al tío que me atacó; y...Maya. Aunque...no sé si en ese orden...
Se levantó y llegó hasta la entrada de la cueva. El agua brillaba con la luz de la luna. Lucho se acercó un poco más a la cascada, con la intención de beber un poco, pero con cuidado de no caerse. Entre la cascada y el camino de la cueva había un hueco que podría ser peligroso, pero aun así decidió intentarlo.
- Ya casi está... - Dijo él, acercándose poco a poco a la cascada.
De repente, un trozo de piedra se calló, haciendo que el chico también tropezase.
- ¡Kyaaaaa! - Gritaba mientras caía.
Un gran golpe resonó por aquel valle. Lucho nadó hasta la orilla y salió del agua calado hasta los huesos. Entonces, miró a los lados con curiosidad.
- Me pregunto dónde...
Caminó hasta un pequeño sendero que se habría paso por el bosque y decidió seguirlo. Presentía que algo estaba sucediendo y él debía estar presente.
ESTÁS LEYENDO
El poder oculto
مغامرةMaya, una chica capaz de controlar el fuego a su antojo, decide ir en busca de un chico misterioso que parece tener el mismo don que ella. Por ello decide emprender un largo viaje en el que no se lo pondrán nada fácil.