Eran las siete de la mañana. Maya ya había preparado todo: una bolsa con comida, la botella de agua y el mapa dentro de la mochila, que llevaría en la espalda. Se puso la gorra, y metió la coleta por el agujero de atrás, para que se le quedase fuera. Ya se había despedido de Max la noche anterior. Le estaba muy agradecida.
Empezó a caminar para salir del bosque y llegar a un pequeño caminito que rodeaba el pueblo. Entonces, escuchó cómo alguien la llamaba.
- ¡Maya!
Ella se giró, y vio a Max corriendo.
- Sé que ya nos despedimos ayer, pero se me olvidó desearte...buena suerte. - Hizo una pausa para respirar, y luego prosiguió. - Sé que no nos conocemos desde hace mucho tiempo, pero ya eres una amiga...o, mejor dicho, como una hermana para mí. Y vas a hacer un viaje muy difícil, pero quiero que sepas que yo te apoyo.
La chica sonrió. Después, cerró el puño y se lo acercó al pecho. Lo volvió a abrir. Sobre la palma de su mano había una especie de corazón rojo con una cadenita del mismo color, y parecían estar hechos de rubíes.
- Esto es para ti. - Se lo entregó al chico. - Yo lo llamo colgante de fuego. Este truco lo descubrí hace tiempo, y cada vez que creo uno de estos funciona como una conexión conmigo.
- ¿Una...conexión?
- Sí, cada vez que estoy en peligro o me pasa algo, el colgante desprende un brillo rojizo bastante intenso. Así sabrás en todo momento si estoy bien.
Él puso una sonrisa de oreja a oreja, y abrazó a la chica.
- Tengo que irme... - Dijo ella, separándose.
- ¿Y si no consigues llegar hasta el final? - Preguntó Max, con un tono de preocupación.
- Lo habré dado todo en el intento.
Maya se alejó caminando. Una lágrima calló al suelo. Sonrió y aceleró el ritmo.
ESTÁS LEYENDO
El poder oculto
AdventureMaya, una chica capaz de controlar el fuego a su antojo, decide ir en busca de un chico misterioso que parece tener el mismo don que ella. Por ello decide emprender un largo viaje en el que no se lo pondrán nada fácil.