Capítulo 7 - El colgante de fuego

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Eran las siete de la mañana. Maya ya había preparado todo: una bolsa con comida, la botella de agua y el mapa dentro de la mochila, que llevaría en la espalda. Se puso la gorra, y metió la coleta por el agujero de atrás, para que se le quedase fuera. Ya se había despedido de Max la noche anterior. Le estaba muy agradecida.

Empezó a caminar para salir del bosque y llegar a un pequeño caminito que rodeaba el pueblo. Entonces, escuchó cómo alguien la llamaba.

- ¡Maya!

Ella se giró, y vio a Max corriendo.

- Sé que ya nos despedimos ayer, pero se me olvidó desearte...buena suerte. - Hizo una pausa para respirar, y luego prosiguió. - Sé que no nos conocemos desde hace mucho tiempo, pero ya eres una amiga...o, mejor dicho, como una hermana para mí. Y vas a hacer un viaje muy difícil, pero quiero que sepas que yo te apoyo.

La chica sonrió. Después, cerró el puño y se lo acercó al pecho. Lo volvió a abrir. Sobre la palma de su mano había una especie de corazón rojo con una cadenita del mismo color, y parecían estar hechos de rubíes.

- Esto es para ti. - Se lo entregó al chico. - Yo lo llamo colgante de fuego. Este truco lo descubrí hace tiempo, y cada vez que creo uno de estos funciona como una conexión conmigo.

- ¿Una...conexión?

- Sí, cada vez que estoy en peligro o me pasa algo, el colgante desprende un brillo rojizo bastante intenso. Así sabrás en todo momento si estoy bien.

Él puso una sonrisa de oreja a oreja, y abrazó a la chica.

- Tengo que irme... - Dijo ella, separándose.

- ¿Y si no consigues llegar hasta el final? - Preguntó Max, con un tono de preocupación.

- Lo habré dado todo en el intento.

Maya se alejó caminando. Una lágrima calló al suelo. Sonrió y aceleró el ritmo.

El poder ocultoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora