Nuevos bebés

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-¿Sí? Pues es mi hermana y se va conmigo. ¿Estas loco? Solo tiene 17, ¡Cristo!

La voz de Noah en susurros furiosos me despiertan.
No se como me encontró pero no lo quiero aquí. No ahora.

-Hombre, dale un respiro. ¡Necesita un descanso de esa casa de locos!

La voz de Ryan ni siquiera disimula su enojo.

Ryan me protege.

Ryan me ama.

Si tengo que elegir, elijo a Ryan.

Me estiro en la cama y salgo al encuentro de las dos personas más importantes en mi vida.

-Cuida tu lengua, Ryan. Si no te he dado una paliza todavía es porque se que amas a mi hermana y por alguna razón ella te ama, pero no empujes mis botones porque no será bonito.

-Tu no le vas a dar una paliza a nadie, Noah.-mi voz resuena por el pasillo.

Los dos voltean la cabeza como si tuviera resorte.

Si no estuviera exhausta emocional y físicamente seguro me reiría de ellos.

Los brazos de Noah están inmediatamente a mi alrededor y me abraza con fuerza.

-Dios, estaba tan preocupado. No vuelvas a irte así de nuevo, ¿está bien?

-No puedo prometer eso, Noah. Ya no aguanto estar ahí, no pienso volver pronto. Te apuesto a que ni siquiera saben que de nuevo no llegué a dormir.

Las palabras raspan mi garganta como una pastilla gigante. El nudo en mi garganta y mi vista nublada me advierte que no me he secado por completo y que estoy a punto de convertirme en una regadera... De nuevo.

-Solo aguanta, hermanita. Juro que te sacaré de ahí tan pronto como encuentre un lugar estable.

-Pero te iras a Inglaterra, no puedo tenerte atascado aquí, tienes que buscar liberarte a ti primero. No pretendo que resuelvas mis problemas, eres mi hermano no mi papá y aunque siempre has sido mas lo segundo, no puedo seguir haciéndote eso. Me rehuso a anclarte en este lugar donde se que tampoco eres feliz.

Veo las lágrimas no derramadas en los ojos de Noah.
Mis lagrimas ya están corriendo por mi rostro.

-Te voy a sacar. Lo prometo.

Es lo ultimo que decimos por un largo tiempo, pero se que aún no ha acabado la reunión familiar.

Ryan ha desaparecido en algún momento de nuestro primer abrazo.

-No puedes quedarte con él, ¿lo sabes no? Aún no es tu momento.

Mierda.

-Si, sobre eso,humm...

Pone las manos en sus ojos.

-Por favor dime que no lo han hecho.

No digo nada.

-Mierda, Estephanie. No lo puedo creer.

Exhala fuertemente.

-No me arrepiento, Noah. El es lo mejor que me ha pasado.

-No hables así, pajarito. Haces que tu vida suene realmente deprimente.

Me encojo de hombros.-No es como si fuéramos los mas felices del mundo...¡Oye! No me veas así, solo porque tu eres un masoquista y bastante optimista no quiere decir que yo acepte nuestra vida como tu.

-Solo aguanta. No siempre será así, más pronto que tarde tendremos suficiente dinero para salir de ahí y no regresar.

-Los extraño, Noah.-digo-Extraño cuando éramos una familia de verdad. No se cuando fue que todo se fue al caño pero extraño como solía ser antes.

A la derivaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora