No fue nada

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-Y ¿sí no vamos?- no quiero ir.

-Sabes que tenemos que ir. A mamá le dará el soponcio si no vamos. ¿Para qué la quieres enojada?

Buen punto.

Exhalo fuertemente.

-Es sólo que odio ir ahí. Todos los domingos es exactamente lo mismo. Las mismas personas.

-Te entiendo, tal vez, cuando seas bastante genial como para ir a la universidad puedas saltarte estas comidas, como yo.

Se señala a sí mismo.

Me dan ganas de reír.

-Por favor no me dejes sola con las amigas de mamá.

-¡¿Aún sigue con eso?!

-Quiere que sea su sucesora como presidenta del comité.-hago comillas con los dedos. Es una tontería.

-Esa mujer está como una cabra.

-¿Así fue siempre?

Los nudillos de Noah se vuelven blancos de tan fuerte que agarra el volante.
Caray. No pensé que fuera un tema peliagudo.

-No. No siempre fue así, antes nos hacía ella el desayuno y nos arropaba en la noche. Una vez no volvió a casa y para cuando regresó, tenía la ropa rasgada y llena de sangre. Pasó bastante tiempo encerrada en su habitación.

-¿Qué le paso?-.pregunto con voz aguda.

-No lo se.-desvía la mirada. No me lo está contando todo pero decido no presionarlo.

El tema de mi madre me obsesiona tanto que no me doy cuenta de que ya hemos llegado hasta que Noah esta alado de mi puerta y la abre para que peda bajar.
Al menos nos enseñó modales antes de olvidarse de nosotros.

Entramos al club y todos ya están ahí, como de costumbre.
Mi madre lleva un vestido ligero azul cielo, su cabello oscuro perfectamente alisado y unos guantes blancos en las manos. En cualquier otra mujer se verían ridículos pero ella lo hacía ver elegante. Estaba con su perfecto círculo de amigas igual de presumidas que ella. La única que me caía bien era la esposa del señor Scotland; Maggie. Ella era dulce y delicada, se reía si algo le resultaba divertido y no tenía miedo de lo que opinaban los demás.

Mi madre me ve y finge alegría; me indica que me acerque a saludar y ponerme al día. Después de saludar a todos me acerco a Maggie.

-¡Effie! Cuanto tiempo sin verte- me llama por mi diminutivo de bebé. Antes no podía pronunciar bien mi nombre.

-Hola Maggie. ¿Cómo has estado?-hago las preguntas habituales.

-Muy bien. Ocupada con los preparativos para Navidad, Erik y Ryan me han estado ayudando.

Erik es su esposo y se que su hijo se llama Ryan pero nunca lo he visto.

-Me alegra. Nosotros también estamos con los preparativos; ¿Me disculpas? Voy a terminar de saludar.-no quiero hacerlo pero las miradas de mi madre me dicen que ya charlé mucho con Maggie y debo seguir con los saludos o ella vendrá personalmente por mi.

-Adelante, querida. Saluda a Erik, querrá verte.

Asiento y me dirijo a las demás mesas.

Veo a Noah platicando con sus viejos amigos. El siempre esta rodeado de gente.

Una mano se posa en mi cintura.

-Stephanie, tenemos que hablar.

Ugh. Odio conocer tan bien esa voz.
Me volteo para mirar a Dean.
Lleva un suéter gris y pantalones caqui. Siempre va bien vestido.

-No tengo nada que hablar contigo.- le doy una dura mirada.

-¿No me vas a perdonar? Ya te dije que no significó nada.

-¿Hacer el amor con alguien no significa nada para ti? Entonces me alegro de no haberlo hecho contigo.- me cruzo de brazos.

Se queda atónito. Nunca le había hablado así.

-No hacíamos el amor, Steph. Sólo follamos.

No puedo creer que este sea el mismo Dean con el que salía. Siempre fue muy estirado.

-Llámalo como quieras, me engañaste.

-¿Qué querías que hiciera? Tu nunca querías.

-Vaya, ¿ahora es mi culpa?

-Técnicamente, si.

Ahora yo estoy atónita. Que gran imbécil.

-Dean, eres un asco.

-¡Oye, Steph!-Noah me grita-dice mamá que...

Cuando ve a Dean se olvida de lo que me estaba diciendo.

-Ah, Dean. ¿Cómo esta Beth?-Noah se cruza de brazos. Se ve realmente imponente.

-Métete en tus asuntos, Noah.

Oh oh. Este chico es más estúpido de lo que pensé.

-Los idiotas que engañan a mi hermana son mis asuntos.

Se acerca a Dean y este empieza a retroceder.
Claramente está sorprendido de que le haya contado a Noah.

Empieza a levantar las manos en señal de paz.-Hombre, le dije que no significó nada.

Noah aprieta la mandíbula. Se para enfrente de Dean y le da un puñetazo, Dean cae al suelo.

- Eso tampoco significo nada en comparación a lo que haré si vuelves a lastimarla. Mantente alejado de ella.

Noah gira y me indica con la mirada que lo siga.
Dean sigue en el piso quejándose de su nariz, probablemente ahora rota.

Alcanzo a Noah y lo abrazo desde atrás.
-Gracias. Estaba siendo un idiota.

El ríe y gira para poder devolverme el abrazo.

-Lo noté. No te preocupes, dudo que vuelva a molestarte.

-¿Qué haría sin ti?- Noah siempre ha sido mi salvación.

-Supongo que tendrías que entrar a artes marciales o algo así.

Ruedo los ojos.- Sabes que ya lo intenté y no funciono.

Ríe al recordar mi intento fallido por convertirme en el sucesor de Jackie Chan.

-Papá te estaba buscando, estaba con Erik.

-¿Scotland?

✨✨✨✨✨✨

¡Feliz Navidad!

A la derivaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora