El viernes llegó muy pronto y estaba cada vez menos entusiasmada con la idea de tener que hacer un trabajo con mi enemiga de la infancia, la persona que me hizo imposible la existencia, por decir algo.
El día era gris, lluvioso y frío.
Combinaba perfecto con mis sentimientos; Aún no encontraba a Tommy y eso me tenía bastante deprimida, también, estaba el hecho de que no había visto a Dean en todo este tiempo desde el martes. Se me hizo raro que no mandará ni un mensaje, ni siquiera para saludar o ver como estaba.
Me sentía más sola que un frijolito en un frasco de Gerber intentando germinar.
Suspirando por quinta vez en 20 minutos decidí dejar el autocompadecimiento a un lado y tener una actitud "digna" como decía mi madre, de una dama.
Levante la cabeza, puse mi sonrisa ensayada y abrí las puertas de la biblioteca.
Ryan estaba sentado en la mesa del fondo. Llevaba jeans, camisa a cuadros color celeste que combinaban con sus encantadores ojos grises y gorra roja. Estaba guapísimo.
Caminé con pasos decididos hasta llegar a su lado y le toque el hombro.
-¡Hey!
Levanto la cabeza del libro que leía y me regalo una preciosa sonrisa perezosa.-¿Qué hay, Steph? ¿Lista para patear el trasero de las matemáticas?-. Dijo alegremente.
-Claro-. Puse los ojos en blanco.
Las matemáticas eran lo último que necesitaba en estos momentos.
Ryan se rió de mi expresión.-Vamos, no lo hiciste tan mal la última vez.
-Que alivio no haberlo hecho TAN mal, señor sabelotodo.
Le piqué un poco el orgullo.
Sonrió y palmeo el asiento a su lado, indicándome que me sentara a su lado.-Hoy sólo haremos 2 problemas con trigonometría, se que quedaste de ver a Charlie después de esto.
Puse mi cabeza sobre mis manos, cubriéndome la cara.
-Ugh ya ni me digas.
-¡¿Aún se odian?! Han pasado, ¿que?¿10 años?
-Sip, algo así.
-Son bobas. Dime, ¿realmente se odian por una buena razón?
-Solíamos ser amigas. Hace muuuucho tiempo. Todo cambio cuando Beth llegó. En realidad no se porque se alejó pero si se que después de eso no desaprovechaba la oportunidad de hacerme llorar. Odio llorar.
Dije lo último en voz bajita.
Cuando no dijo nada, Levante lentamente la cabeza para verlo apretando su mandíbula y con expresión seria en la cara.-Su parte de la historia es muy diferente, Steph.
-Intente hablar con ella cuando empezó pero Beth me dijo que Charlie me iba a cortar el cabello sí le hablaba.
-Ella nunca haría eso en realidad, ella es muy buena y leal.
Dijo sonriendo. Eso me hizo pensar que tal vez había algo más que amistad entre ellos. La idea en sí no tenía porque haberme afectado, yo tenía a Dean que estaba muy guapo y daría todo por mi. Pero la idea de Charlie y Ryan juntos hizo que me doliera el estómago.
-¿Qué son tu y Charlotte?
Pregunté de sopetón.
El me miro fijamente un minuto tratando de evaluar si lo decía en serio.-Es como mi hermana, Steph. Mark es mi mejor amigo, crecí con ellos.
Incluso me acuerdo de ti cuando ibas a jugar a la casa de los Alderson.Me acordaba de él también. Ahí empezó mi pequeña obsesión hacia él. Desde pequeño era algo hermoso pero se veía perdido, siempre tan triste. Lo ocultaba bien ahora, sin embargo.
-Yo también te recuerdo.
Dije en bajito.-Steph, vamos a trabajar. Estoy seguro que ya nos tomamos mucho tiempo de plática y Charlie vendrá pronto.
Su tono era definitivo. No se que lo enojó pero no le pregunté. En su lugar me gire un poco para escuchar su explicación de los ejercicios.
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A la deriva
Teen FictionNadie dijo que amar fuera fácil. Lástima que nadie le advirtió a Estephanie. De 17 años de edad, Estephanie siempre se ha sentido atraída por Ryan, el chico más sexy y encantador que haya conocido, pero pronto descubre que no todo es perfecto. Su r...